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Barcelona: el sector turístico pide medidas para no morir de éxito

Hoteles y agencias receptivas, preocupadas por la turismofobia

Publicada 23/05/15
Barcelona: el sector turístico pide medidas para no morir de éxito

Elecciones/ El turismo se ha convertido en Barcelona en blanco de numerosas críticas y el sector turístico está aterrado ante la posibilidad de “morir de éxito”. De cara al próximo mandato municipal, las asociaciones empresariales reclaman una nueva estrategia que permita un mejor equilibrio entre la actividad turística y la vida cotidiana de los barceloneses.

“Barcelona registra 27 millones de visitas turísticas al año. Como consecuencia de esto, lugares emblemáticos han sido sacrificados al insaciable monstruo del negocio turístico, que acaba creando dinámicas de expulsión de los más débiles. Crecer indefinidamente es inviable”. Expresiones de este tipo son usadas por varias plataformas vecinales surgidas en el último año en la capital catalana y que tienen un enemigo en común: el turismo.

La polémica no es nueva pero se recrudeció a partir del verano de 2014, cuando se convocaron media docena de manifestaciones contra los pisos turísticos (muy presentes en los barrios de la Barceloneta y Ciutat Vella) por las molestias que originaban, pero también se han llevado a cabo protestas contra los autocares turísticos en barrios como la Sagrada Familia.

Con el fin de contrarrestar la cascada de noticias negativas que afectan a una actividad económica que genera el 14% del PIB de la ciudad, en el último año el equipo de gobierno municipal presidido por el alcalde Xavier Trias lanzó una batería de medidas dirigidas al turismo

Así, se contrataron 25 agentes cívicos para poner orden entre los visitantes que generan molestias, suspendió las licencias para nuevos hoteles en el casco antiguo del barrio de Gràcia, regularon los grupos de visitantes en el mercado de la Boqueria, los autocares de turistas ya no pueden aparcar delante de la Sagrada Familia, se aprobó una reforma de la Rambla que dará más espacio a los peatones y limitará el número de hoteles, se ha promovido un pacto de turismo sostenible, las licencias de nuevos pisos turísticos han sido congeladas…

Pero aún así la discusión no se detiene. La candidata a la alcaldía Ada Colau ha declarado que el turismo en Barcelona “está fuera de control” y partidos radicales como la CUP han lanzado campañas contra el “tsunami turístico”. Ver también Turismo: el tema estrella y más polémico de las elecciones en Barcelona.

Las Ramblas de Barcelona. #shu#Las Ramblas de Barcelona. Imagen Shutterstock

La valoración del sector turístico

El pasado abril, el empresario hotelero Jordi Clos fue reelegido presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona por un nuevo periodo de cuatro años (2015-2019) y la junta que preside presentó un plan de acciones que tiene como ejes principales “el encaje del sector turístico en la ciudad para fomentar la convivencia turismo-ciudadanos” así como “la regulación de las nuevas fórmulas de alojamiento turístico”.

Y es que según apunta Jordi Clos, el segmento de los apartamentos turísticos ha registrado un crecimiento “desbordado” en los últimos años y por ello es necesario para la ciudad, pero ha insistido en que hay que regularlos para un “crecimiento sostenible”.

Así, los hoteleros consideran "indispensable" que el Ayuntamiento reordene los pisos turísticos, estableciendo en qué zonas son necesarios y en cuáles no. Para el presidente del gremio hotelero, el Ayuntamiento debería desarrollar un plan estratégico de turismo para "no morir de éxito y perjudicar la imagen de la ciudad".

Por su parte, las agencias de viajes receptivas consideran que "la marca Barcelona se ha potenciado y ahora cuenta con una fuerza a nivel internacional muy buena", dice Martí Sarrate, presidente de la asociación de agencias ACAVE.

"Pero han surgido una serie de conflictos entre turistas y residentes, que deben solucionarse, no sea que el sector turístico muera de éxito cuando Barcelona aún tiene muchas cosas que hacer y un gran desarrollo por delante", añade Sarrate.

"En otras ciudades del mundo no hemos visto que hayan aflorado este tipo de conflictos, como lo han hecho en Barcelona", indica el presidente de la asociación de agencias ACAVE.

"Desde los JJOO de 1992 se han hecho cosas muy bien, sobre todo se ha puesto la marca Barcelona en el mundo y una serie de productos han funcionado muy bien. Pero hay un déficit de infraestructuras y esto provoca posiblemente algún descontento de los residentes hacia el turismo, cuando tendría que ser al revés", añade Sarrate.

Desde ACAVE se reclama incluso “una campaña de sensibilización porque hay una falta de información entre la ciudadanía, explicando los beneficios económicos de carácter transversal. Que los ciudadanos no perciban el turismo como un enemigo porque ellos también son piezas claves del engranaje. Pero algunos partidos políticos no ayudan en este tema".

Desde esta asociación de operadores turísticos se propone también que se habiliten más baños públicos y zonas de estacionamiento para autocares.

“Pedimos que nos tengan más en cuenta en la planificación de las medidas que afectan al turismo. Las empresas turísticas vamos por todo el mundo promocionando la ciudad, para atraer turistas cada vez de mayor calidad, y conocemos a nuestros clientes, sabemos las previsiones de llegadas, etc... Por eso es necesario un mayor entendimiento con el Ayuntamiento y trabajar en equipo, y con anticipación suficiente", concluye Sarrate.

Turismofobia

Cuando se pregunta a los barceloneses si en Barcelona se da un buen equilibrio entre la cantidad de turistas que visitan la ciudad y el desarrollo de la vida cotidiana de los residentes en ella, un 49,5% responde a esta cuestión afirmativamente. El 48,6% responde que no, según revela una encuesta encargada por La Vanguardia.

En una anterior encuesta de La Vanguardia, publicada en octubre de 2013, el porcentaje de entrevistados que consideraban que para la capital catalana es positivo haberse convertido en un gran destino turístico era del 89,6%. En la actualidad, dicho porcentaje ha caído hasta el 80,6%.

Podría decirse que un 13,1% de la población de Barcelona ha desarrollado un sentimiento de turismofobia, pues valoran negativamente o muy negativamente que la capital catalana se haya convertido en un gran destino turístico de referencia internacional.

Este artículo forma parte el tema de portada de la revista HOSTELTUR del mes de mayo y también puede descargarse como documento pdf a través de este enlace.

Ver también La tasa turística de Barcelona, una tarta de 21 M € por la que se pelean los partidos así como Los cambios radicales del turismo en Barcelona si Ada Colau es la próxima alcaldesa.

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