Air France entra en crisis y se desploma en Bolsa

Fue la primera reacción del mercado al estupor causado por la dimisión prometida hecha efectiva por Janaillac, tras el revés que sufrió el viernes en la consulta realizada directamente a los trabajadores, que él mismo había organizado pasando por encima de los sindicatos, para intentar poner fin a los paros que se vienen cumpliendo desde finales de febrero (ver: Air France KLM entra en pérdidas y dimite su presidente).

Por su parte, tras la dimisión de Janaillac, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, lanzó una advertencia en dirección a los huelguistas al señalar que el Estado no asumirá las deudas de la compañía. El alto funcionario no sólo consideró "injustificadas" las demandas salariales de las centrales, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de remuneración de los pilotos, sino que hizo notar que el futuro de la aerolínea "está en juego" y que "si Air France no hace los esfuerzos de competitividad necesarios, desaparecerá" (ver: Air France, ¿aerolínea en riesgo por las huelgas?).

Janaillac había puesto en juego su cargo, confiado en que los trabajadores de Air France respaldarían su propuesta de un aumento de los sueldos del 2% este año y del 5% suplementario en los tres siguientes, ante el hecho de que el seguimiento de los paros hasta ahora ha sido claramente minoritario. Sin embargo, los empleados no sólo participaron de la consulta masivamente (80,33%) en una votación criticada por los sindicatos ya que pretendía deslegitimarlos como interlocutores, sino que se pronunciaron mayoritariamente (55,44%) en contra de la propuesta del presidente del grupo.

Detrás de esa desautorización de quien ha llevado las riendas de la empresa algo menos de dos años, que será sustituido el próximo 15 de mayo, está el descontento de una plantilla que, tras siete años con los salarios congelados, considera que tienen derecho a recibir parte de los beneficios de explotación récord, alcanzados en 2017.

El problema es que más del 60% de esa cifra procedía de KLM, pese a que la facturación de esta marca es un tercio inferior a la de Air France, cuya rentabilidad es netamente inferior y que tiene una estructura de costes más elevada que muchos de sus competidores. Con esos y otros argumentos, la dirección se ha negado a acceder a las reclamaciones de los sindicatos de Air France de un mayor incremento de las remuneraciones, que ha calculado en 240 millones de euros. La respuesta

El resultado han sido una cascada de paros (mañana será el décimo quinto desde el 22 de febrero, con un 20 % de los vuelos suprimidos) que la misma empresa reconoce que le va a reducir en al menos 300 millones de euros el resultado de explotación en 2018.

Las huelgas ya le han restado unos 75 millones de euros en el primer trimestre, cuando Air France-KLM acabó perdiendo 269 millones de euros, lastrada también por el aumento del precio del combustible.

El Gobierno francés en nombre del Estado, primer accionista con un 17,6% de participación, había respaldado el plan de Janaillac para mejorar la competitividad mediante el refuerzo de Transavia y de su nueva marca Joon -también con sueldos inferiores a los de Air France-, así como la entrada en el capital como socios estratégicos de la estadounidense Delta y de China Eastern, con un 10% cada una.

El 80% de los vuelos

Este martes, en la que será la decimoquinta jornada de la huelga, la aerolínea francesa prevé mantener el 80% de sus vuelos, lo que, según asegura la compañía en un comunicado, garantizará el 95% de los vuelos de largo radio, el 75% de los de medio radio que tengan como origen o destino en el Aeropuerto Charles de Gaulle de París y el 82% de los de corto radio. La aerolínea no descarta que, adicionalmente, se produzcan retrasos y perturbaciones en sus operaciones.