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VídeoBlog 16: Formación en Turismo, ¿programas inadecuados o falta de información?

Publicada 20/09/11

Recientemente hemos asistido en HOSTELTUR a un interesantísimo intercambio de opiniones entre estudiantes, formadores y empresarios al hilo de un post titulado Estudios de Turismo ¿una carrera en versión Beta permanente? en el que quedan patentes males que el reciente Plan Bolonia debía contribuir a paliar.

Problemas que van más allá de la dificultad de la adaptación de unos planes de estudio a la realidad empresarial, y que se convierten en unas carencias que el sector sigue sufriendo sin la respuesta adecuada.

Una de las causas apuntadas radica no tanto en la inexistencia de programas formativos adecuados, sino en la falta de información de dónde formarse mejor en cada caso y para cada tipo de especialidad turística.

Para saber más: Diplomatura de Turismo, decálogo de males

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Comentarios 2

Manuel Molina hace 12 años

Hola Alfonso, gracias por tu comentario. Mucha información no es necesariamente una buena información. Yo he escuchado, no ya sólo en ese intercambio de opiniones sino en directo en multitud de actos y oportunidades, a muchos estudiantes y trabajadores decir una frase del tipo "si yo hubiera sabido...". lamentándose de la opción escogida. Cierto que eso puede responder tanto a una mala información, como a una mala construcción de los estudios...también es verdad. Un saludo.

Alfonso Vargas-Sánchez hace 12 años

Por el contrario, yo me apunto a la versión contraria. No creo que a estas alturas, con los medios en uso, pueda existir falta de información. La información está disponible, pero hay programas manifiestamente mejorables. Han proliferado tantos programas formativos en turismo (hablo a nivel de educación superior) que no todos pueden ser buenos. A veces faltan recursos, a veces visión, y a veces (las más) las endogamias universitarias se imponen a cualquier otro criterio de utilidad/responsabilidad social. Y esto último no tiene arreglo, hasta que alguien aborde el serio problema que tienen las universidades públicas, que es su sistema de gobernanza, también manifiestamente mejorable con base en el principio del mérito y la capacidad, que parece estar en vias de extinción. Por otro lado, los sistemas de garantía de la calidad son marcadamente burocrático-procedimentales, o sea poco eficaces.