Un fenómeno social minoritario pero ruidoso

Cuidado con la turismofobia

Publicada 01/12/10 -Actualizada 31/08/18 10:04h
Cuidado con la turismofobia

El tema de portada de HOSTELTUR de diciembre traza la radiografía de un fenómeno social minoritario pero ruidoso, que no puede ser ignorado por empresas turísticas y destinos: la turismofobia o rechazo al turismo por parte de la población local. Tras esta tendencia puede haber problemas muy diversos, por lo que se necesita una gestión transversal y que promueva la participación en la planificación turística. El reportaje analiza las estrategias adoptadas por varios destinos españoles para tratar de influir positivamente en las actitudes de los residentes hacia el turismo.

El pasado mes de octubre, la BBC informó de un episodio que sacudió las consciencias de los habitantes de las Maldivas, uno de los destinos turísticos más paradisíacos del mundo. Todo ocurrió cuando una pareja de clientes del Reino Unido celebraba una ceremonia de renovación de votos nupciales junto a la playa, en un complejo hotelero de lujo.

Pero en lugar de palabras de bendición, los oficiantes de la "ceremonia" se mofaron de la pareja, aprovechando que los occidentales no entendían la lengua local dhivehi, diciendo en voz alta que eran infieles, adictos al alcohol, portadores de enfermedades sexuales y padres de hijos bastardos.

El vídeo que lo registró todo fue colgado días más tarde en Youtube. El ministerio de Turismo de Maldivas abrió de inmediado una investigación.

En declaraciones a la BBC, el viceministro de Turismo del país, Ismail Yasir, lamentó profundamente lo ocurrido, añadió que el turismo era vital para la economía del país y negó que el incidente fuera un síntoma de antagonismo entre los habitantes de las islas y los turistas. "Estoy seguro de que casi todos los maldivianos son conscientes de que el turismo es nuestra principal industria", apuntó el alto cargo.

El incidente fue un hecho aislado en las Maldivas. Sin embargo, otros episodios que reflejan un trato desconsiderado hacia los turistas se van repitiendo en otros lugares del mundo. Esa suma de pequeños incidentes es el reflejo de un fenómeno social minoritario pero de alcance global. Y España no es una excepción.

Estrategias de los destinos españoles

El tema de portada de diciembre analiza las diferentes estrategias que han adoptado varios destinos españoles cuando se trata de influir positivamente sobre las actitudes de los residentes hacia el turismo.

Por ejemplo, el archipiélago canario es uno de los destinos españoles que más en serio ha comenzado a trabajar para mejorar la actitud de los residentes hacia el turismo. En esta línea, destaca la campaña Expertos en Tenerife lanzada por el Cabildo de Tenerife.

Otro destino de España que también está trabajando en este tema es Galicia. Este año la Xunta ha puesto en marcha una campaña de sensibilización que pretende fomentar actitudes positivas y activas hacia el turismo.

Por otra parte, en Barcelona, coincidiendo con el crecimiento turístico de la capital catalana, el debate sobre la turismofobia ha generado multitud de titulares de prensa, editoriales y artículos de opinión.

"No es justo el maltrato que está recibiendo el sector turístico como actividad económica en Barcelona, por un cierto colapso que se pueda producir en cuatro o cinco calles en fechas puntuales", sostiene Joan Molas, presidente de la patronal hotelera CEHAT. Para Molas, el turismo no pueda ser la cabeza de turco ante los problemas de incivismo e inseguridad.

En Baleares, a pesar de que la actividad turística representa un 44% del PIB y el 30% del empleo, no se han desarrollado, de forma permanente, campañas de sensibilización sobre el turismo.

El residente, parte de la cadena de valor

“El sector turístico español tiene que estar cada vez más implicado en las cuestiones que la sociedad exige. Así gana empatía, no sólo por el empleo que genera, sino también por lo que irradia”, dice José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur.

En 2005, esta asociación lanzó la campaña “Turismo somos todos y es cosa de todos”, para concienciar de que el turismo no es la suma de una serie de prestadores de servicios individuales sino que todos ellos conforman una cadena de valor por la que pasa el turista. Y en esa cadena de valor también juega un papel fundamental la sociedad civil.

Debate en la Comunidad Hosteltur

La relación entre turismo y sociedad también ha sido objeto de debate en numerosas ocasiones en la Comunidad Hosteltur. Entre los planteamientos más habituales destacan los que inciden en la necesidad de dejar de mirar al turista como a un “billete”.

El rechazo social al turismo también se expresa a través de los medios de comunicación, donde es habitual leer cartas o artículos en los cuales se habla, por ejemplo, del "turismo low cost" que traen las aerolíneas de bajo coste.

Sin embargo, los estudios comparativos que realiza el Instituto de Estudios Turísticos (IET) sobre las características de los pasajeros de compañías low cost y los de aerolíneas tradicionales desechan varios mitos, no encontrándose diferencias significativas entre ambos colectivos.

El tema de portada de la revista incluye un apunte sobre actividades solidarias que llevan a cabo agencias de viajes españolas en destinos emergentes y se cierra con una entrevista -sobre las causas y consecuencias de la turismofobia- a Desiderio Gutiérrez, consultor turístico de profesión y autor de una tesis doctoral sobre las actitudes de los residentes hacia el turismo.

"Cuando el equilibrio o capacidad de carga del destino se rompe, entonces aparecen fenómenos como la turismofobia, donde los residentes se sienten incómodos con la actividad turística", apunta Gutiérrez.

El reportaje completo ha sido publicado en la revista HOSTELTUR de diciembre y puede descargarse también en pdf como Cuidado con la turismofobia.

Avatar redactor Xavier Canalís Periodista de Hosteltur Más artículos de Xavier Canalís

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Comentarios 3
Llegue a Mallorca hace 26 años, con mi hija mayor recien nacida, y tuve dos hijos mas en la isla, antesde llegar a bachillerato llamaban a los alemanes \"animales\", recordemos las palabras del conseller de turismo del primer periodo del pacto de progreso en la ITB, ahora que se han visto las orejas al lobo la cosa ha cambiado, pero algo de poso queda. El tema es largo para un breve comentario y los motivos de esta fobia pueden tener diferentes origenes y diferentes tipos de promotores, algunos para reducir la competencia.
La Turismofobia no solo es propia de zonas exoticas donde puede haber un choque cultural. Ni tampoco lo es de zonas sobrecargadas,sucede tambien en zonas rurales donde no existe apenas poblacion y el Turismo seria un importante motor de desarrollo. Creo que sencillamente no se les cuenta a la poblacion local que de forma directa o indirecta todos nos beneficiamos del Turismo Y hay la creencia que los beneficiados son solo los empresarios,tan grave es este tema,que incluso se desaprovechan las muchas oportunidades de colaboracion y promocion para otros productos Si no involucramos a toda la poblacion es imposible crear un destino saludable economicamente. Por supuesto cada lugar tiene su \"Turismofobia\" es imperdonable que esta ,se este dando actualmente en ciudades antaño tan acogedoras como Barcelona,visito esa Ciudad varias veces al año y es una pena como se muestra una antipatia por el turismo incluso en los que viven de el.
Como consultora en sostenibilidad y responsabilidad turística, me gustaría hacer una reflexión en referencia a la noticia publicada. En esta artículo, básicamente se habla de ciertas malas actitudes de la población local hacia el turismo como la base un serio problema para el sector. Sin embargo, no se ahonda en el por qué de esas actitudes negativas, ni de dónde parte la raiz del rechazo. Cómo bien dice Desiderio Gutierrez, cada destino, tiene una capacidad de carga, superada con creces en muchas ocasiones por la falta de planificación turística en base a criterios sostenibles. No sólo necesita educación la población local, también la necesita el propio turista, cuyas actitudes en muchas ocasiones, no sólo chocan frontalmente con la cultura del país receptivo, sino que son un insulto para sus tradiciones culturales, usos y costumbres.