¿Qué es la calidad turística?
La calidad turística se define como el resultado de un proceso orientado a satisfacer todas las necesidades, requisitos y expectativas legítimas de los consumidores respecto a los productos y servicios turísticos, a un precio aceptable, de conformidad con las condiciones contractuales mutuamente acordadas y con factores subyacentes implícitos como la seguridad, la higiene, la accesibilidad, la comunicación, la infraestructura y los servicios públicos.
Este enfoque integral implica que la calidad no se limita únicamente a la excelencia de los servicios ofrecidos, sino que abarca diversos aspectos que influyen en la experiencia del turista, como la sostenibilidad, la autenticidad cultural y la armonía con el entorno humano y natural.
La gestión de la calidad en el sector turístico se basa en principios como la mejora continua, la orientación al cliente, el liderazgo y la participación del personal.
Herramientas como las normas ISO 9001 e ISO 14001, así como certificaciones específicas como la "Q" de Calidad Turística otorgada por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), son fundamentales para establecer estándares y garantizar la excelencia en los servicios turísticos.
Además, programas como el Sistema Integral de Calidad Turística Española en Destinos (SICTED) promueven la mejora continua y la homogeneización de la calidad en los destinos turísticos, involucrando a empresas y entidades locales en la implementación de buenas prácticas y formación especializada.
Es decir, la calidad turística es un elemento esencial para la competitividad y sostenibilidad del sector, ya que influye directamente en la satisfacción del cliente, la fidelización, la reputación del destino y el desarrollo económico local.