¿Qué es el turismo sexual?
El turismo sexual es una modalidad de turismo caracterizada por el desplazamiento de personas a otros destinos con el objetivo principal de mantener relaciones sexuales, normalmente a través de la oferta de servicios de prostitución o actividades sexuales organizadas.
A diferencia de otras tipologías turísticas, en este caso la motivación central no es el ocio cultural, natural o recreativo, sino la búsqueda de experiencias sexuales en el marco del viaje.
El fenómeno comenzó a adquirir relevancia en la segunda mitad del siglo XX, asociado a la globalización del turismo, la aparición de mercados clandestinos y la explotación de la prostitución en determinados destinos.
Ciudades y países del sudeste asiático (como Tailandia, Filipinas o Camboya), América Latina y algunas zonas de Europa del Este han sido identificados como receptores históricos de turismo sexual.
Este tipo de turismo plantea graves controversias éticas, sociales y legales, ya que en muchos casos se asocia a la explotación sexual, la trata de personas, el abuso de menores y la vulneración de los derechos humanos, lo que lo convierte en una práctica fuertemente cuestionada y perseguida por organismos internacionales.
Naciones Unidas, la Organización Mundial del Turismo (OMT) y múltiples ONG han desarrollado marcos normativos y campañas globales contra la explotación sexual vinculada al turismo, especialmente la infantil, tipificándola como delito internacional.
Al margen de los aspectos ilegales, también existen formas reguladas de turismo sexual en algunos países donde la prostitución está legalizada, como Países Bajos o Alemania. En estos casos, el fenómeno se articula dentro de un marco jurídico que busca garantizar derechos laborales, sanitarios y de seguridad, aunque igualmente genera debate sobre su impacto social y sobre la imagen de los destinos.
Desde la perspectiva corporativa y de gestión turística, el turismo sexual es un tema altamente sensible. Si bien representa una realidad en determinados mercados, no se promociona de manera oficial, y la tendencia internacional se centra en su erradicación cuando implica explotación, violencia o trata.
En este sentido, las políticas de turismo responsable y sostenible incluyen de forma explícita el rechazo a cualquier forma de turismo sexual que vulnere derechos fundamentales.