La huelga ha afectado a 80.000 pasajeros

Un tribunal australiano ordena a Qantas que reanude inmediatamente su actividad

Anula el paro indefinido y concede a las partes 21 días para alcanzar un acuerdo

Publicada 31/10/11 -Actualizada 15/07/18 23:29h
Un tribunal australiano ordena a Qantas que reanude inmediatamente su actividad
  • El Gobierno australiano había pedido a Fair Work Australia, el órgano mediador en disputas laborales, que pusiera fin al conflicto de Qantas
  • El CEO de Qantas justificó la decisión de parar la actividad en que los tres sindicatos en huelga habían llegado al punto de las "demandas imposibles"

Los aviones de Qantas volverán a volar y los sindicatos de pilotos, mecánicos y personal de tierra cesarán en sus huelgas, según falló ayer el órgano de arbitraje laboral de Australia. La aerolínea anunció este fin de semana su decisión de suspender indefinidamente todos sus vuelos nacionales e internacionales mientras continúen las huelgas de mecánicos, pilotos internacionales y personal de tierra, mientras que el Gobierno había pedido la intervención de la agencia en disputas laborales.

La decisión concede 21 días a todas las partes implicadas para que alcancen un acuerdo y se produce al día siguiente de que Qantas anunciase que dejaba en tierra de manera indefinida sus flota de aviones, lo que ha afectado a unos 80.000 pasajeros en el mundo.

En el caso de que concluya el plazo sin acuerdo, intervendrá de nuevo Fair Work Australia, el órgano de arbitraje."Teníamos que hacer todo lo posible por evitar el mayor daño posible a la industria del turismo", manifestó el juez Geoffrey Guidice, del citado comité.

Las pérdidas superan los 60 M €

El sector del turismo ha calculado que las pérdidas por el parón del fin de semana ascienden a 85,7 millones de dólares (60,5 millones de euros), y que si la crisis continuaba llegarían a los 161 millones de dólares (113,80 millones de euros).

El fallo es el que esperaban Qantas, una de las compañía aéreas más importantes del mundo, y el Gobierno australiano, mientras que los sindicatos aspiraban a una orden de suspensión,que hubiera concedido un plazo de 90 días para negociar.

También estarán contentas las miles de personas que se encuentran bloqueadas en aeropuertos internacionales de todo el mundo con un billete de Qantas y sin opciones.

El asistente del Tesorero Federal de Australia, Bill Shorten, declaró que el Gobierno está "satisfecho" con la decisión y por la restauración "del sentido común tras 24 horas de caos".

Shorten explicó que cree que "Qantas y los sindicatos trabajarán para volver a volar tan pronto les sea posible". Se espera que la flota vuelva a despegar a mediodía de hoy.

El secretario del Consejo Australiano de Sindicatos, Jeff Lawrence, conminó al Gobierno a garantizar que Qantas cumplía con sus responsabilidades derivadas del fallo.

"Vamos a vigilar que esos aviones vuelven a volar lo antes posible y que Qantas continúa siendo una aerolínea buena y viable que ofrece buenos trabajos a los trabajadores australianos", dijo Lawrence.

"Fair Work Australia ha reconocido que han sido las acciones de Qantas las que han causado un daño potencial a la economía australiana", añadió el sindicalista.

La decisión de Qantas "ha afectado a más de 68.000 pasajeros" y "ha motivado la cancelación de 447 vuelos" nacionales e internacionales, según datos de la aerolínea, aunque otras fuentes elevan la cifra de damnificados a 80.000 personas.

El CEO Qantas, Alan Joyce, justificó el sábado su drástica decisión como la única forma que habían encontrado para acabar con las "demandas imposibles" de los sindicatos y la sangría que suponían para la empresa, después de más de nueve meses de huelgas y 200 negociaciones improductivas.

El conflicto ha causado graves perjuicios a la empresa

Joyce defendió su decisión de dejar la flota en tierra porque los tres sindicatos en huelga habían llegado al punto de las "demandas imposibles" y la compañía llevaba perdidos 53 millones de euros (74,9 millones de dólares), a los que se suman las pérdidas de este fin de semana. "Estábamos perdiendo unos 15 millones de dólares australianos (11,3 millones de euros o 16,1 millones de dólares) cada semana y me di cuenta que no teníamos otra salida", explicó Joyce, según un medio local.

Desde el mes pasado, la compañía se está viendo afectada por una serie de huelgas, convocadas alternadamente por los pilotos, el personal de tierra y los ingenieros, que se oponen al plan de ajuste de la compañía que supone el recorte de 1.000 puestos de trabajo y exigen un incremento salarial.

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