Un análisis de Esther Mascaró

Turquía: una primavera caliente que puede salirle muy cara al turismo

En 2013 Turquía pensaba arrebatarle más clientes a España

Publicada 11/06/13 -Actualizada 15/07/18 23:30h
Turquía: una primavera caliente que puede salirle muy cara al turismo

Análisis/ Los disturbios que se están produciendo en Turquía no se han venido a llamar “primavera turca”, sino que se están comparando con el “mayo del 68” francés. Seguramente porque Turquía está siempre entre dos mundos, entre el “nosotros” y el “ellos” y a veces se sienta a nuestra mesa y otras, la empujamos a la calle aunque llueva. Pero la economía de país y el sector turístico pueden pagar cara la situación de inestabilidad.

Estaba leyendo en El País un interesante artículo sobre la economía de Turquía, firmado por el profesor Jeffrey D. Sachs, de la Universidad de Columbia. Está escrito antes del estallido de las protestas callejeras, pero por eso mismo tiene valor: la economía turca sigue siendo la misma y sin embargo, los disturbios pueden dañar irremediablemente al turismo, una de sus principales fuentes de ingresos.

El profesor Sachs destaca que a pesar de su ubicación geográfica difícil, con unos vecinos situados en el epicentro de la crisis (Chipre y Grecia) o bien en plena guerra civil (Siria), y otros que son toda una incógnita en muchos sentidos (Irak, Iran, Armenia, Georgia), Turquía ha conseguido una estabilidad política -ahora cuestionada- y un crecimiento del 5% entre 2002 y 2012.

Destaca Sachs que Turquía no ha basado ese crecimiento en burbujas o en hallazgos de recursos, sino en competitividad y en servicios: el año pasado atrajo a más de 36 millones de turistas y el país pertenece al primer mundo en cuanto a infraestructuras (carreteras, autopistas, aeropuertos, red ferroviaria… Turquía construirá el aeropuerto más grande del mundo con una capacidad para 150 millones de pasajeros al norte de Estambul), igual que sus universidades. De hecho, el Gobierno de Recep Tayipp Erdogan lleva ganadas tres elecciones generales consecutivas, y tras unos años de crisis bancarias e inestabilidad –Turquía había tenido que pedir un rescate de emergencia al FMI-, logró controlar la situación, según Sachs, con una “estrategia gradual consistente en reconstruir el sector bancario, controlar el presupuesto y mantener un programa continuo de grandes inversiones en infraestructuras, educación, salud y tecnología”.

Estambul es la capital turística de Turquía.Estambul es la capital turística de Turquía.

Gigante turístico, y creciendo

El día 3 de mayo, antes del estallido de los disturbios contra el Gobierno de Erdogan, HOSTELTUR noticias turismo publicaba: “Turquía pone el turbo en 2013 para arrebatar más cuota a España”. Entre enero y marzo había recibido un 18,7% más de turistas que el año pasado, cinco millones de visitantes. España obtuvo 9,4 millones en el mismo periodo, con un crecimiento del 2,3% respecto al año anterior. Y lo mismo sucedía con los ingresos por turismo: 3.229 millones de euros, un 39,6% más, con un gasto medio por turista de 667 euros y subiendo.

Turquía es sin duda uno de los grandes competidores de España como destino turístico. Recientemente Iberostar advertía de la pérdida de posicionamiento del destino España frente a otros destinos, entre los que incluía Turquía. También la asociación de agencias británica ABTA ha destacado el alto valor de Turquía en 2013. Y Turquía, como España, ha sido uno de los grandes beneficiados de la fuga de turistas de Egipto y Túnez a raíz de la “primavera árabe” y los disturbios posteriores.

Turquía está siendo, además, objeto de inversiones de cadenas internacionales: la estadounidense Nikki Beach Hotels & Resorts, la emiratí Rotana y la francesa Mama Shelter son algunas de las que han anunciado recientemente su expansión en el país. También Fairmont Hotels se estrenará en Estambul en 2016.

Inestabilidad y disturbios

Pero con el mes de junio llegaron las manifestaciones contra la deriva autoritaria del Gobierno turco, miles de jóvenes salieron a la calle a protestar y han sido duramente reprimidos en varias ciudades, sobre todo en Estambul y Ankara, tal y como recogíamos en Los disturbios en Estambul preocupan al sector turístico. Tanto España como el Reino Unido han emitido alertas recomendando viajar “con extrema precaución” a Turquía e incluso, abstenerse de hacerlo a algunas zonas del país (Las protestas en Turquía pasan factura al sector turístico). A pesar de todo ello, según la oficina de turismo de Turquía en España, por el momento no se han registrado cancelaciones y las reservas se mantienen”.

Los disturbios pueden dar al traste con la que tenía que ser una gran temporada turística.Los disturbios pueden dar al traste con la que tenía que ser una gran temporada turística.

Sin embargo, el presidente de la Asociación Turca de Agencias de Viajes, Basaran Ulusoy, aseguró al "Sunday Times" que "las protestas están teniendo impacto en los visitantes" y que ha habido "algunas cancelaciones", sobre todo después de que las protestas llegaran a zonas turísticas de costa como Dalaman, Fethiye, Esmirna y Bodrum.

Los turoperadores británicos Thomson y First Choice intentan tranquilizar a sus clientes y, según un portavoz de Thomas Cook UK, están "permanentemente monitorizando" la situación en Estambul y otras grandes ciudades. Los tres coinciden en destacar que los clientes que cancelen sus reservas perderán el dinero, puesto que no hay recomendación oficial de no viajar a Turquía. Precisamente para esta semana están convocadas dos grandes manifestaciones en Ankara y Estambul los días 15 y 16 de junio, respectivamente.

Aunque el primer ministro Erdogan ha dado marcha atrás en sus amenazas iniciales contra los protestantes y ha asegurado que escuchará las “exigencias democráticas”, el futuro inmediato del país está lleno de dudas. La UE ha advertido a Turquía contra el uso excesivo de la fuerza y ha exigido que sea investigada la violencia policial contra los ciudadanos que protestaban, tras un cómputo oficial de tres muertos y más de 4.300 heridos.

“Primavera turca” o “mayo del 68” a la turca, está claro que la inestabilidad política es una mala compañera para el desarrollo del turismo. Las protestas no se llevan a cabo, como sucedió en la “primavera árabe”, contra regímenes dictatoriales sino contra el primer ministro más popular del último medio siglo, en el poder desde 2002 (Turquía disfruta de elecciones libres desde 1950). Esta situación, ¿se demostrará a favor o en contra de que los disturbios se repitan? Porque las profundas divisiones políticas, culturales y religiosas de la sociedad turca siguen ahí… a pesar del crecimiento económico de los últimos años.

El profesor Sachs alababa en el referido artículo la capacidad de los gobernantes turcos de huir del cortoplacismo, la burbujas y los falsos estímulos, logrando un crecimiento a largo plazo en base a prudencia monetaria y fiscal, voluntad política de regular a los bancos y la colaboración público-privada para invertir en infraestructuras, capacitación y tecnologías de avanzada.

Habrá que ver la habilidad del islamista moderado Erdogan, ahora, por mantener la calma y no perjudicar al principal sector económico del país. Es un triste consuelo, desde luego, que la situación de Turquía, tal y como ha pasado con Egipto y Túnez, pueda beneficiar este verano a España.

Post data:

Leo hoy mismo en El País que Erdogan ha enviado a la policía a desalojar la plaza Taksim, en Estambul, con cañones de agua y gas lacrimógeno contra los manifestantes... un día más los informativos de medio mundo enseñarán una imágenes que van directamente en contra de los intereses turísticos de Turquía.

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