Los concursales acusan al fondo de la quiebra del grupo

Orizonia ganaba dinero, pero no bastante para pagar los créditos de Carlyle

Publicada 05/01/15 -Actualizada 21/09/18 11:25h
Orizonia ganaba dinero, pero no bastante para pagar los créditos de Carlyle

Poco a poco se va deshaciendo la madeja del concurso de Orizonia. La administración concursal ya ha calificado de culpable la quiebra de 11 de las 21 empresas del grupo y se apunta a los propietarios, el fondo Carlyle y sus socios minoritarios (Vista e ICG), como los responsables de la quiebra. El origen está en el modo en que Carlyle compró, mediante apalancamiento, y en su negativa de aportar fondos.

Después de un largo proceso, la Administración concursal ya ha entregado su informe ene el Juzgado Mercantil número 1 de Palma. Ahora se abre otro proceso judicial que se puede dilatar si Carlyle pone en marcha a su ejército de abogados para que monte una estrategia a base de recursos. Pero lo cierto es que el fondo estadounidense se ha encontrado ante una situación que no se esperaba cuando compró a Iberostar en 2006 su división emisora que bautizaron como Orizonia.

Y es que el origen de la quiebra de Orizonia está en el principio de aquella operación de hace ocho años. Carlyle sólo pagó 157 millones de euros de los 847 millones que recibió Iberostar. El resto los aportó el fondo a base de créditos, con la intención de ir pagándolos con los flujos de la actividad del propio grupo turísticos (lo que se conoce como apalancamiento financiero).

Orizonia pagaba a los bancos el doble de lo que ganaba

De hecho, a la vez que Orizonia iba consiguiendo buenos resultados de explotación año a año, tenía que satisfacer los intereses que debía a los bancos por los créditos de Carlyle en sus siete ejercicios (95 millones de euros, 84, 69,3, 64,8, 71, 19,6 y 71,6), lo que hace un total de 475,7 millones de euros. Es decir, Orizonia pagaba de intereses el doble de lo que ganaba.

Año a año, Orizonia acumuló un resultado de explotación de 234 millones de euros pero, paralelamente, tenía que pagar los intereses del apalancamiento, 476 millones en total, según se especifica en el informe concursal al que ha tenido acceso este diario, con todas las cifras del grupo en sus casi siete años de vida. Expertos legales consideran ilegal el modelo de apalancamiento financiero que marcó la gestión de Orizonia.

De hecho, Orizonia estuvo ganando dinero desde que nació en 2006 hasta un año antes de su quiebra, a primeros de 2013. De estos siete ejercicios económicos de vida, en seis obtuvo resultados positivos de explotación (74,7 millones de euros, 65,3, 38,2, 36,4, 28,8, y 31,6), y sólo en 2012 registró pérdidas (71,6 millones). En total, el saldo acumulado da unos beneficios de explotación de más de 234 millones de euros, lo que supone una cifra aceptable que garantizaría la actividad del grupo sino fuera por el modo en que se compró por parte de Carlyle y sus socios.

La Ley prohíbe ese modelo de financiación

Ahora parece que la Administración concursal ha venido a dar la razón a lo que advertían los expertos juristas sobre el modo de comprar llevado a cabo por Carlyle y sus socios Vista e ICG. Varios de estos expertos en procedimientos financieros aseguraban a este diario que “la Ley prohíbe la asistencia financiera de la sociedad para la compra de sus propias acciones, según el artículo 81 de la Ley de Sociedades Anónimas vigente en el momento de la operación, y actualmente prohibido por el art. 150 Ley de Sociedades de Capital”.

Para saber más:

- Orizonia: Las verdaderas razones de su quiebra salen a la luz

- Orizonia: Carlyle firmó su quiebra al comprar

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