Un Imserso sin edad supondría una inversión más barata que los ERTE

Con el Imserso tradicional, según ha detallado Jiménez, “los hoteles mantienen su actividad con una inversión del Estado mínima por persona y noche, una inversión rentable que permite la recuperación de 1,54 euros por cada euro invertido. Esta aportación se ha convertido en una herramienta para salvar la temporada baja en muchos destinos”.

Sin embargo, añade, “su impacto sería mayor si se amplía a los mayores de 18 años”. Coincide así con “la reclamación del sector de que el presupuesto que estaba previsto para el Imserso que no se va a desarrollar, redunde en otro público objetivo como pueden ser los jóvenes”.

De llevarse a cabo esta iniciativa facilitaría, como ha indicado el director de la Escuela de Negocios Turísticos FORST, que “muchos hoteles se mantuviesen abiertos, tanto en destinos de costa como urbanos, disponiendo de un incentivo con el que generar oferta a costa de ajustar sus propios precios”.

Pero Jiménez va un paso más allá asegurando que “un Imserso intergeneracional permitiría que los hoteles adscritos pudieran crear ofertas comerciales. Así, de manera conjunta y con incentivos tan potentes, se podría movilizar a los clientes hoy remisos a desplazamientos, no por falta de capacidad económicamente necesariamente, sino por la ausencia de señales positivas”.

Esta iniciativa, en palabras de Javier Jiménez, “supondría sobre todo un revulsivo comercial con un coste ínfimo para el Estado, y permitiría que los establecimientos ajustasen precios y creasen una oferta que invitara a los ciudadanos a viajar”

En otros países, ha recordado, “han optado por generar ofertas e incentivos directos al cliente para potenciar el turismo doméstico, como ha ocurrido en Italia y Francia”. Pero Jiménez entiende que “es más interesante un modelo Imserso que destinar inversiones a fondo perdido, porque su impacto es más equitativo, más repartido y de mayor trascendencia social y económica”.

Nuevas medidas para afrontar nueva temporada

Y es que Javier Jiménez reclama “nuevas medidas que faciliten la viabilidad de un sector fundamental y estratégico como nuestro turismo. Si no, el panorama que se presenta en las próximas semanas es dantesco. Septiembre va a suponer el cierre de los pocos establecimientos que han operado en los meses anteriores, aunque fuera con niveles de ocupación raquíticos, por lo que los ERTE seguirán siendo el pan nuestro de cada día. Y en noviembre y diciembre seguramente le llegará el turno a los ERE. Ahí el sector empezará a tocar fondo”.

Y advierte que “es fundamental evitar el cierre completo de todo el parque hotelero de nuestro país, porque esta situación de bloqueo a largo plazo es un riesgo para la supervivencia de muchos hoteles y pequeñas cadenas. Corremos el riesgo de que muchas de ellas acaben bajo capital extranjero, mucho menos comprometido con nuestros territorios y con nuestros destinos. En estos casos el capital se convierte en un agente cobarde cuando llegan situaciones complicadas o de baja rentabilidad”.