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Europa se enfrentará a la competencia global con estrategias culturales

18 octubre, 2005

El turismo europeo tiene que enfrentarse en creciente medida a la competencia de nuevos mercados, como Brasil, China o Rusia, y quiere servirse de estrategias de comercialización comunitarias de inteligencia cultural y tecnología moderna. Así lo aseguraron ayer en Viena los organizadores del primer congreso de la Comisión Europea de Turismo CET, organización sin fines comerciales con sede en Bruselas que aglutina las oficinas nacionales de turismo de 33 países miembros, entre ellas las de España y Portugal. Con una participación del 10% en el PIB europeo y un mercado de 421 millones de clientes al año, el turismo constituye un ramo industrial prioritario y "seguro de este continente que no corre peligro de ser trasladado a otras regiones del mundo", expuso el presidente de la CET, Arthur Oberascher. Los expertos ven, sin embargo, con preocupación que las grandes corrientes del turismo se centran cada vez más en otros continentes, por lo que es de temer una disminución de la participación europea en el mercado. El turismo europeo se halla ante un cambio de paradigma cuya dimensión no se limita a lo turístico sino que tiene consecuencias de política social. Por este motivo, la CET considera que el futuro turístico de Europa depende del aprendizaje para enfrentarse a su propia identidad y la de otras culturas, a fin de ser capaz de una autorreflexión y de un trato respetuoso con el huésped no europeo. Los expertos en turismo proponen incluir estas capacidades de inteligencia cultural y gestión de relaciones entre culturas en los planes de enseñanza de los países europeos para aumentar la sensibilidad necesaria en estas tareas, señaló Oberascher. En una declaración que será aprobada por los países miembros en su congreso de Viena, se habla del turismo como tarea prioritaria de la política cultural europea. La formación de los profesionales del turismo debe estar encaminada a mantener altos estándares de calidad, señalaron los altos miembros del CET, que además piden para el turismo el peso necesario en la política comunitaria de la Unión Europea. Igualmente hicieron hincapié en las tecnologías de la información y la comercialización electrónica como nuevas estrategias de gran importancia. Además, propusieron promover la investigación y el desarrollo para obtener soluciones a los cambios estructurales a largo plazo, así como retrocesos a corto plazo debido al terrorismo, los conflictos armados y catástrofes naturales. Como tareas principales, los congresistas establecieron el fomento y la salvaguardia de la identidad europea, evitar la explotación comercial excesiva de determinadas regiones, así como promover la integración sociocultural y el desarrollo sostenible, compatible con la protección del medio ambiente. Los participantes en el congreso opinaron que el turismo, que emplea un 12% de la mano de obra europea, está en condiciones de convertirse en motor del crecimiento económico continental. Creen que así se pueden cumplir los objetivos de la Conferencia de Lisboa, en la que Europa se propuso llegar a ser hasta 2010 el espacio económico más dinámico del mundo. 

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