La encuesta de ocupación hotelera correspondiente al mes de noviembre, difundida ayer por el Instituto Nacional de Estadística, ha dado las primeras pistas sobre quiénes sufrirán las inclemencias del desierto que el sector turístico se prepara para atravesar este invierno. Los hoteles de cuatro y cinco estrellas de la Costa del Sol han sufrido una drástica caída en sus niveles de ocupación, al perder en conjunto más de 13.500 pasajeros en relación con el año pasado, mientras que los de tres estrellas han subido casi en la misma cantidad. El turismo nacional, asimismo, ha aportado más de 13.000 viajeros más, mientras que los extranjeros que llegaron a los hoteles de la Costa del Sol fueron 11.000 menos que en noviembre del año pasado. La crisis tiene una víctima, los hoteles de alta categoría, y un beneficiario, los establecimientos de tres estrellas.
La encuesta de ocupación hotelera correspondiente al mes de noviembre, difundida ayer por el Instituto Nacional de Estadística, ha dado las primeras pistas sobre quiénes sufrirán las inclemencias del desierto que el sector turístico se prepara para atravesar este invierno. Los hoteles de cuatro y cinco estrellas de la Costa del Sol han sufrido una drástica caída en sus niveles de ocupación, al perder en conjunto más de 13.500 pasajeros en relación con el año pasado, mientras que los de tres estrellas han subido casi en la misma cantidad. El turismo nacional, asimismo, ha aportado más de 13.000 viajeros más, mientras que los extranjeros que llegaron a los hoteles de la Costa del Sol fueron 11.000 menos que en noviembre del año pasado. La crisis tiene una víctima, los hoteles de alta categoría, y un beneficiario, los establecimientos de tres estrellas. Si se comparan las cifras absolutas del pasado noviembre con las del mismo mes del año anterior, la recesión no aparece por ningún lado. La Costa del Sol tuvo mayor número de viajeros (192.000 frente a 190.000), más pernoctaciones (847.000 frente a 821.000) y mejor estancia media (4,41 días por pasajero ante 4,32). Sólo el grado de ocupación por plazas es menor: 51,05 por ciento frente al 57,77 por ciento del año anterior, aunque esta bajada se debe al crecimiento de la planta hotelera registrada durante este año. Sin embargo, al analizar los resultados de los hoteles según su categoría se entiende el pesimismo que se transmite desde los establecimientos de cuatro y cinco estrellas. Los 11 hoteles de la máxima categoría perdieron este mes en relación con el año pasado el 22 por ciento de sus clientes, mientras que en los de cuatro estrellas, un total de 54 establecimientos, la bajada fue superior al 13 por ciento. Los de cinco estrellas perdieron más en el mercado nacional que en el extranjero, lo que es una consecuencia directa del hundimiento experimentado en los últimos meses por el segmento del turismo de congresos, mientras que los de cuatro estrellas, aunque ganaron mercado en España, perdieron casi un 23 por ciento de clientes extranjeros. Los hoteleros del sector de las tres estrellas también tienen motivos para estar más contentos con el turismo español que con el extranjero. En este caso, hubo crecimiento en ambos, pero mientras que el de los extranjeros fue mínimo (un 3% más), en el mercado nacional fue explosivo: más de un 95 por ciento, casi el doble de pasajeros de un año al otro. (Héctor Barbotta, diario Sur, 13/12/01)
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