El ministro español de Fomento afirma que la caída del tráfico aéreo no es grave y espera que las aerolíneas no adopten medidas drásticas

Publicada 12/11/01
El ministro español de Fomento  afirma que la caída del tráfico aéreo no es grave y espera que las aerolíneas no adopten medidas drásticas
El ministro español de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, considera que el descenso del tráfico aéreo registrado en España el pasado mes de octubre por primera vez desde 1993 "no es grave" y que, por lo tanto, "no debe motivar la adopción de ninguna medida drástica por parte de las compañías aéreas".
El ministro español de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, considera que el descenso del tráfico aéreo registrado en España el pasado mes de octubre por primera vez desde 1993 "no es grave" y que, por lo tanto, "no debe motivar la adopción de ninguna medida drástica por parte de las compañías aéreas". Alvarez-Cascos aseguró, en una entrevista concedida a Europa Press, que las disminuciones del 2 por ciento del número de pasajeros de vuelos nacionales y del 6,5 por ciento de los internacionales contabilizadas en los aeropuertos nacionales en octubre "no arrojan una situación dramática ni un peligro inminente para el sector, dado que acontecen en un momento crítico consecuencia de los atentados del pasado 11 de septiembre". "Además, es preciso recordar la sensible rebaja que el precio del combustible ha experimentado en las últimas semanas, por lo el impacto de la actual situación sobre la cuenta de resultados no parece que sea tan dramático si se pone en una balanza que el tráfico aéreo nacional cae un 2 por ciento y que, como contraprestación, algunos componentes fundamentales de los costes, como el combustible, han bajado sensiblemente". No obstante, el titular de Fomento reconoció la "más acusada disminución experimentada por el tráfico aéreo internacional", y consideró "aceptable" que este hecho "pueda tener alguna repercusión en las frecuencias de vuelo" de las compañías. Por contra, rechazó que la actual coyuntura de mayor caída en el tráfico aéreo internacional se aplique como argumento en el mercado nacional y, sobre todo, "que se mezcle con otros problemas y afecte los tráficos entre la Península y las Islas Baleares y Canarias". Así, Alvarez-Cascos pidió a las compañías aéreas que realicen "un esfuerzo por separar la dimensión de cada problema para dar la solución adecuada a cada uno de ellos" y porque, en su opinión "trasladar un mensaje de dramatismo sobre la situación del transporte aéreo nacional no se corresponde con la realidad". "Sería bueno que entre todos (la Administración y las aerolíneas) transmitamos mensajes de normalidad y de pronta recuperación en vez de lanzar mensajes de incertidumbres que contribuyen a desincentivar el transporte aéreo y pueden acabar volviéndose contra las propias posibilidades del sector", añadió. El ministro de Fomento manifestó su convencimiento sobre el hecho de que ni la Comisión Europea ni el Gobierno español "llegarán a apostar por conceder subvenciones a las aerolíneas", si bien dejó abierta una posibilidad al calificar de "razonable" que las compañías "exploren ayudas y apoyos en la Administración ante sus mayores necesidad de financiación durante la temporada de invierno". No obstante, el ministro apeló a la normativa comunitaria que obliga a sus estados miembros a no interferir en decisiones estrictamente empresariales, así como a la política económica europea que, según recordó, está en contra de las ayudas de Estado, y volvió a pedir a las aerolíneas que separen la naturaleza de cada problema "para poder así abordar las soluciones para cada caso" y que no invoquen lo sucedido el pasado 11 de septiembre para pedir medidas contra una situación que era anterior. Así, Alvarez-Cascos aseguró que "los perjuicios reales de los ataques terroristas contra Estados Unidos son el encarecimiento de los seguros y la caída de los tráficos y están teniendo su tratamiento concreto". Por contra, estima que los problemas de reestructuración del sector aéreo "era ya una realidad antes de dicha fecha y, como la reestructuración de cualquier otro sector, no es un problema coyuntural y debe reflejarse con visión global". "No se trata de determinar cuándo el sector superará las consecuencias del 11 de septiembre, sino de cuándo dará el paso que ya necesitaba antes de esta fecha para asentar el futuro de compañías cuya situación era inestable", aseguró.
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