La recuperación del sector aéreo tardará al menos dos años

Publicada 14/01/02
La recuperación del sector aéreo tardará al menos dos años
Los atentados del pasado 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos han sumido al transporte aéreo en la peor crisis de las últimadas décadas, de la que necesitará como mínimo dos años para recuperarse, según aseguran la mayor parte de las fuentes del sector consultadas por ABC.
Los atentados del pasado 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos han sumido al transporte aéreo en la peor crisis de las últimadas décadas, de la que necesitará como mínimo dos años para recuperarse, según aseguran la mayor parte de las fuentes del sector consultadas por ABC.Desde esa fecha la falta de confianza ha provocado una caída radical de los tráficos (negocios y turismo), la reducción de la capacidad y de los destinos, la jubilación anticipada de cientos de aparatos viejos, la supresión de miles de empleos y la quiebra de algunas aerolíneas. Por el momento, son las compañías aéreas estadounidenses las que más han sufrido la crisis, pero otros grupos de Asia, Europa y Africa también se han visto igualmente arrastrados por el torbellino. No hay más que recordar las quiebras de Swissair y la australiana Anset.Los cálculos actuales dicen que se perderán entre 120.000 y 200.000 empleos en el sector en una crisis sin precedentes. Las pérdidas totales estimadas para esas compañías en el cuarto trimestre de 2001 evolucionarán entre 12.000 y 15.000 millones de dólares, según aventuran los expertos del sector. En cualquier caso, los atentados del 11 de septiembre no pueden explicar por si solos un desastre de esa amplitud. Antes de la fatídica fecha el sector aéreo ya había dado muestras de decaimiento y los presidentes de las principales compañías aéreas aseguraban que la situación era muy delicada.De hecho, los tráficos ya habían comenzado a reducirse antes de los atentados, lo que dejaba en evidencia la capacidad de crecimiento del sector. En Europa, el mercado sufría un exceso de capacidad (demasiadas plazas en oferta respecto a la demanda) y el tráfico había empezado a reducirse. Algunas compañías, como la desaparecida Swissair, estaban muy afectadas por la mala gestión. Los atentados amplificaron, por lo tanto, una crisis que se estaba larvando. Las principales compañías aéreas se vieron afectadas en tres frentes. La caída del tráfico empezó reduciendo los ingresos, luego provocó una inflación desbocada del precio de las pólizas de seguros, y por último, el refuerzo de las medidas de seguridad provocó igualmente el encarecimiento de los vuelos. Solamente en el mes de setiembre, el tráfico de pasajeros cayó un 17% respecto a setiembre de 2000 en los vuelos regulares en el mundo entero, con una disminución superior al 30% en el caso de las compañías estadounidenses, según datos aportados por la Asociación Internacional de Compañías Aéreas (IATA). Sin embargo, se da por descontado que la crisis favorecerá la concentración del sector en Europa, un movimiento deseado por la IATA desde hace años. La vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de llevar adelante estas concentraciones de forma menos traumática que en Estados Unidos. Para evitar una cascada de suspensión de pagos, las compañías estadounidenses se han beneficiado de ayudas por un monto total de 18.000 millones de dólares. En Europa, el principio de una ayuda ha sido aceptado, pero quedan por definir sus modalidades. En Asia algunos gobiernos también han acudido en ayuda de sus compañías en la medida de sus posibilidades. Solamente las aerolíneas de bajo coste, que no trabajan en las largas distancias y cuyos costes de explotación son mucho más reducidos, han continuado creciendo sorpresivamente en medio de la crisis desatada. El marasmo ha repercutido en los constructores, que han revisado a la baja sus ventas de aparatos, tanto para 2002 como para 2003. El fabricante estadounidense Boeing suprimirá hasta 30.000 puestos directos. Airbus recurrirá por su parte al desempleo parcial. Los dos años que vienen seguirán siendo tensos para todo el sector aéreo y aeronáutico en general. A tenor de la funesta experiencia recogida de la Guerra del Golfo (febrero de 1991), los expertos apuestan por una recuperación a medio plazo (2004) y el retorno al fuerte crecimiento anual (entre el 5% y el 6%) del tráfico de pasajeros a partir del ejercicio 2005. Ese es el tiempo que tardarán en reactivarse con carácter general las principales economías de los países más desarrollados. (Diario ABC, 14/01/02)
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