Perú perderá 20 años de crecimiento turístico

"Vamos a perder 800.000 empleos y van a retroceder nuestras cifras de turismo receptivo al año 2000, son 20 años de crecimiento borrados de un plumazo", dijo Carlos Canales, presidente de CANATUR, en un foro online de la federación regional FEDESUD y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).

Las fechas que se manejan hoy apuntan a una reactivación del receptivo a partir de enero de 2021, tal vez algún movimiento corporativo en noviembre y diciembre, y turistas internacionales en Machu Picchu recién para julio de 2021. Perú espera reabrir su principal llamador turístico el 1° de julio de 2020 al público nacional luego de tres meses cerrado.

El sector privado de Perú reclama que el turismo sea impulsado como política de Estado

"La recuperación a los niveles de 2019 no llegará antes de cinco años", adelantó Canales, en una exposición junto a sus colegas de la FEDESUD -titulares de siete cámaras nacionales- y la CEO de WTTC, Gloria Guevara.

Canales dijo que se hace más necesaria que nunca una Ley de Promoción de desarrollo turístico "que pueda generar líneas normativas en lo tributario, laboral y financiero dirigidas a reestructurar la actividad y le dé valor como política de Estado".

"Ha quedado desnudo si el turismo es política de Estado o no"; se han dictado medidas extraordinarias para la reactivación económica, que implican 12% del PIB, pero el sector turismo no tiene facilidades particulares.

"Haciendo un análisis en la estructura legal de la promoción de las actividades productivas", expuso Canales, "somos 92% microempresas y pagamos renta de 30% cuando el sector agroexportador paga 15% y al sector minero en algunas partes del país se le exonera de renta".

Entonces, señaló "lo que tenemos que hacer es un marco promotor".

"Si podemos ingresar 12.000 millones de dólares, el 4% del PIB, sin ningún tipo de apoyo gubernamental ni financiamiento ni marco tributario promotor; qué podríamos hacer con una exoneración de impuesto de la renta por tres años, y un marco posterior de 5 años a una tasa de 15% anual".

La reactivación, afirmó Canales, requiere el apoyo del Estado.

Y afirmó que a un sector sin facturación no se le puede cobrar renta. "¿Por qué? Porque el sector turismo no tendrá qué facturar y por lo que facturemos no vamos a pagar renta por los niveles que tenemos, recién el próximo año se va a reactivar, este año está perdido por lo tanto es absurdo generar un tema de renta".

Carlos Canales, titular de CANATUR, en la conferencia de FEDESUD con WTTC

CANATUR registra en Perú ingresos de 5.200 millones de dólares por turismo internacional "formalizados y bancarizados", y las cifras del gobierno "hablan de 12.000 millones de dólares y un aporte de 4 puntos del PIB, según WTTC el aporte son 22.000 millones de dólares y casi el 10% del PIB, esto refleja que muchos de esos ingresos no están bancarizados y nos parece que estas son las cifras reales".

La Cámara trabaja de la mano de PromPerú y el Mincetur, y desarrolla una herramienta de digitalización, para incorporar a los microempresarios a lo digital.

El titular de la Cámara sectorial dijo que la crisis de la pandemia en el turismo significa "un corte a facturación cero porque el 97% de la inmovilización social afecta a toda la cadena de valor, y a cientos de miles de personas en la informalidad".

Por ello, "buscamos líneas de crédito especiales dirigidas a tener medidas específicas para el sector, algo que a los ministros de Economía no les gusta".

En Perú, estas son algunas de las ideas propuestas por CANATUR para facilitar la operación

• Esquemas de temporada que pueden ser utilizados para el empleo como en la agropecuaria
• Líneas de crédito especial para equipamientos, vehículos, tecnología, como tiene México, Argentina o Brasil, lo hemos conversado y vamos a generar esas líneas de crédito con unos fondos de garantía
• Fondos multilaterales que están dispuestos a apoyar al Perú en desarrollo turístico, que alineamos esas políticas
• Ley de promoción de productividad turística para hacernos más competitivos.

De la actividad dependen 1,5 millones de trabajadores y otros 2 millones "que viven como artesanos, microempresarios, emprendedores que no son formales pero integran este tejido del turismo".