Un análisis de Vivi Hinojosa

Los hoteleros llaman al cambio

Publicada 11/04/13 -Actualizada 15/07/18 23:30h
Los hoteleros llaman al cambio

Análisis/ “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”. Palabras de Albert Einstein que hemos escuchado en más de una ocasión en los últimos años y que una vez más fueron citadas ayer por Jesús Gatell, presidente de honor de la AEHM (Asociación Empresarial Hotelera de Madrid) en las IX Jornadas de Inmohotel en Madrid. (Ver también ‘Fuentes de financiación pública y privada para hoteleros como alternativa a los bancos’ y ‘El contrato de alquiler fijo ha muerto, viva la franquicia’, en HOSTELTUR noticias de turismo).

Y es que la palabra más repetida ayer en esta sesión fue precisamente ‘cambio’. Gatell comenzó su intervención sin dejar lugar a dudas, al afirmar que “este sector necesita un cambio de modelo, abandonar lo que estamos haciendo; necesita una revolución llevada a cabo por personas innovadoras”. Sin embargo reconoce que “somos reacios a cambiar y necesitamos una dosis extra de valentía”.

Ante la crisis, por ejemplo, “qué es lo que hemos hecho siempre: bajar precios y despedir a la gente. Pues no hagamos lo de siempre, sino cosas nuevas”. Totalmente de acuerdo, pero eché en falta un poco de concreción para que tamaña afirmación no se quedara en un simple brindis al sol, aunque quiero creer que el motivo era que no querían desvelar sus cartas.

Los empresarios del sector llevan medio siglo adaptando su visión del negocio a las siempre cambiantes condiciones del mercado. #shu#Los empresarios del sector llevan medio siglo adaptando su visión del negocio a las siempre cambiantes condiciones del mercado. Imagen Shutterstock

Y eso que el propio Gatell, junto con Jesús Carreras, gerente de GIMH, analizaron las opciones al alcance de los hoteleros para poder competir con los distribuidores online. El secretario general de CEHAT (Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos), Ramón Estalella, también habló de la necesidad de “reinventarse para atraer al emisor doméstico porque hay mercado, pero no para todos; un mercado de 40 millones de personas que ofrece grandes oportunidades”.

No en vano los hoteleros están sufriendo las consecuencias de la crisis en el sector de la distribución en el mercado nacional. En su opinión, “necesitamos a las agencias de viajes para vender a la demanda española de una forma activa, creando paquetes y animando a las empresas; modelo del que hemos pasado a la venta pasiva de las OTAS, lo que estamos notando de una forma muy negativa”.

Mejora de la gestión

Estalella también reconoció que “el aumento del modelo de gestión de los establecimientos, en detrimento del de propiedad, está siendo cada vez más rentable; con menor ocupación y menor precio estamos ganando más y ésta es una de las lecciones positivas de la crisis porque se está gestionando mejor”. Al menos hay una lección positiva.

El director general del ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española), Fernando Fraile, también apostó por la “imaginación para gestionar mejor los negocios y responder de manera más adecuada a las nuevas necesidades de los clientes”.

Está claro, por tanto, cuál es el camino y, aunque no dieron pistas de por dónde tirar, ahora habrá que ver si los empresarios están a la altura de lo que se espera de ellos. Me atrevo a aventurar que no defraudarán, pero es fácil, apuesto a caballo ganador. Llevan haciéndolo desde los años 60, adaptando su visión del negocio a las siempre cambiantes condiciones del mercado. Y volverán a hacerlo, estoy segura. Y si no, al tiempo.

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Comentarios 2
"Cambio cambiante, que siempre cambia, cambiando el camino, y obligándonos a cambiar". Sirva este pequeño verso, o trabalenguas, que resume lo que sucede. Pero en realidad, también lo que ha sucedido siempre. El cambio, es lo único real. Porque todo fluye, como diría Lao Tse. 

 Cuando la situación era de opulencia, porque las cosas iban bien, los buenos resultados nos reafirmaban a seguir haciéndolas del mismo modo. Es la sabiduría convencional o el Statu Quo. Pero de repente, y porque todo evoluciona (mercado, otros modelos de negocio innovadores que aportan más valor a los clientes, la situación social, tecnología, economía, gustos, prioridades, estilos de vida....) la misma gestión, estrategias y modelo de negocio que dieron buenos beneficios, dejan de hacerlo. No ocurre de un día para otro, tal vez pasa en años. Yo pondría una fecha: empezó en el 2007-2008. Esta gran crisis, cambio muchos comportamientos sociales y prioridades; pero también hubieron avances tecnológicos como el Social Media y nuevos modelos en la distribución online, distribución móvil en smart phones.... Tal vez antes. Hasta entonces, en las mismas conferencias u otros foros, hemos escuchado lo mismo: "el cambio". Es una inquietud real. Hoy se hace más obvio, ya que, hasta los más escépticos de entonces, son en el presente firmes apóstoles del cambio. No les ha quedado otra: su cuenta de resultados lo ha dejado bien claro. 

 Yo estoy de acuerdo con la afirmación de Vivi, !claro que cambiarán! Porque ya no basta con hacer las mismas cosas de siempre para obtener beneficios. Por supuesto que hay muchas buenas prácticas de gestión que siguen siendo válidas, pero se necesitan otras más. O te adaptas a lo que pide el mercado o desapareces.... 

Yo creo, no obstante, que el error es enfocar el cambio como algo excepcional. Esto es, algo como: "hoy toca cambiar". El cambio, o la innovación, debería ser una actitud del día a día en nuestros procesos de trabajo. Si operamos en un mercado maduro como el nuestro, debemos mantener lo que funciona, y desprendernos de lo que no funciona. Mi hotel u otro modelo de negocio, hoy tiene éxito, mi negocio es rentable, pero no lo será por siempre. Por lo tanto, tengo que tenerlo muy presente en mi gestión diaria, o management; y que se trabaje en los dos frentes: lo de hoy y lo de mañana. La innovación no debería ser algo diferente a la gestión, sino como un proceso más incorporado al management.
Es una pena, que en la cúpula empresarial estén, por la hora de Canarias, una hora por detrás.