Aporte de músculo aunque cortoplacista

Luces y sombras de los fondos de inversión en la intermediación

Publicada 24/04/19 -Actualizada 20/05/19 02:01h
Luces y sombras de los fondos de inversión en la intermediación
  • Los casos de Springwater y Carlyle son ejemplos de dos estrategias y situaciones distintas
  • Actualmente, los fondos más relevantes con presencia en el sector emisor español son Permira y Ardian, que controlan eDreams Odigeo
  • Pero también hay fondos españoles que han tenido intereses en el emisor español, con mayor o menor fortuna

El sector de la intermediación, mucho menos rentable que el hotelero o transportista, cuenta con una menor presencia de fondos de inversión en el accionariado de sus empresas. No obstante por él ha pasado alguna compañía de inversión que ha dejado profunda huella, tal y como se relata en este reportaje de la Revista Hosteltur.

Para entender el papel de los fondos en los grupos emisores y OTA del mercado español, conviene hacer un recorrido por los casos más relevantes de los últimos años.

Permira y Ardian

Actualmente, los fondos más relevantes por sus volúmenes de activos, con presencia en el sector emisor español son Permira y Ardian, que controlan el grupo online eDreams Odigeo (29,5% y 17,2% respectivamente del capital). El primero cuenta con 30.000 millones de euros de activos y el segundo con 70.000.

El origen de eDreams Odigeo (con sede en Barcelona) se remonta a 2011, cuando se fusionaron la OTA española eDreams con la francesa Go Voyges y adquirieron Opodo a Amadeus. Anteriormente, en 2010, Ardian adquirió Go Voyages y Permira compró eDreams, ambos fondos fusionaron sus OTA. eDreams Odigeo También integra a Travellink y a Liligo. La compañía cotiza en la Bolsa de Madrid.

Ardian tiene su origen en el grupo francés de seguros AXA. En 2013, AXA Private Equity anunció su separación del Grupo AXA y su lanzamiento bajo el nuevo nombre Ardian. En España, además de eDreams, tiene inversiones en otras seis compañías, ninguna del sector turístico (entre ellas, el grupo de energía CLH).

Por su parte, Permira es un fondo británico que nació hace más de 30 años con el nombre de Schroder Ventures. Ya hace 18 años que se denomina Permira y cuenta con actividad en Europa, Estados Unidos y Asia. En España, además de su participación en eDreams Odigeo, tiene accionariado en los supermercados Dinosol, en Cortefiel y en Telpizza.

Springwater

Pero, sin duda, actualmente el grupo con más protagonismo en el emisor español es Springwater. Este fondo, fundado y dirigido por el suizo Martin Gruschka, con sede en Luxemburgo y oficinas en Madrid, Bruselas y Milán, maneja cerca de 1.000 millones de euros de activos y, en el sector turístico español es conocido por ser el propietario del 81% del grupo Wamos y el 51% de Pullmantur.

Si bien hay que aclarar que, en los dos casos tiene como socio a Royal Caribbean que, aunque es socio minoritario mantiene la propiedad total de los aviones y barcos. Es decir, el fondo es socio mayoritario de la gestión.

Springwater llegó al sector turístico español en 2013, cuando le compró a Royal Caribbean la actividad ajena a los cruceros de Pullmantur, y con ello (Nautalia y la turoperación) creó el grupo Wamos. Tres años después le compró al mismo socio el 51% de Pullmantur. La última operación llevada a cabo ha sido la compra de dos tercios del turoperador Mapa Tours, con opción de compra por el otro tercio.

Este fondo ha logrado sacar a Wamos de la situación de pérdidas que arrastraba en sus primeros años de vida (especialmente por el nacimiento de Nautalia con las cenizas de Marsans), y situarlos en resultados positivos.

En España, además se ha escrito de Sprongwater por su polémica estrategia llevada a cabo en empresas como Unipapel, Miró o Delion.

Fondos españoles

Pero también hay fondos españoles que han tenido intereses en el emisor español, con mayor o menor fortuna. En 2007 Pontia Capital, fondo valenciano con una historia de más de 50 años, compró el 50% de Nobeltours, si bien salió posteriormente del accionariado, antes de que el turoperador quebrara en 2011, en plena crisis.

En cuanto a Corpfin Capital, adquirió el 55% de Catai, también en 2007, si bien en este caso su participación permitió a la fundadora del turoperador (Matilde Torres) mantener el control de la gestión sin tener que ceder a las ofertas de compra que por entonces le hacía Orizonia. En 2016 Corpfin llegó a un acuerdo con Barceló para venderle Catai, que pasó a integrarse en la división de viajes del grupo mallorquín, Ávoris.

Luces y sombras, el caso Carlyle-Orizonia

Pero, sin duda, si hay un ejemplo de fondo de inversión que ha dejado una profunda huella (negativa, en este caso), ha sido el de Carlyle. Este megafondo norteamericano, que administra cerca de 200.000 millones de euros de activos, compró en 2006 la división emisora a Iberostar (Iberojet, Viajes Iberia e Iberworld), que bautizó como Orizonia.

El negocio fue redondo para Iberostar, que se pudo centrar en la actividad más rentable de los hoteles. Y Carlyle pensaba que también le iría bien, dada las buenas cifras que en aquella época daba el emisor español. Y así fue hasta que llegó la crisis…

Carlyle pagó a Iberostar 850 millones de euros, pero sólo puso 157 millones de su bolsillo. El resto lo consiguió mediante créditos, cuyo pago realizaba mediante apalancamiento. Es decir, pagaba a los bancos con los beneficios que lograba Orizonia.

Año a año, Orizonia acumuló un resultado de explotación de 234 millones de euros, pero paralelamente tenía que pagar los intereses del apalancamiento.

Orizonia ganó dinero desde que nació hasta un año antes de su quiebra, en 2013. De estos siete ejercicios económicos de vida, en seis obtuvo resultados positivos de explotación (74,7 millones de euros, 65,3, 38,2, 36,4, 28,8, y 31,6), y sólo en 2012 registró pérdidas (71,6 millones). En total, el saldo acumulado da unos beneficios de explotación de más de 234 millones de euros.

Pero con la crisis, los resultados no alcanzaban los que esperaba Carlyle, que tenía que satisfacer los intereses que debía a los bancos por los créditos en esos siete ejercicios (95 millones de euros, 84, 69,3, 64,8, 71, 19,6 y 71,6), lo que hace un total de 475,7 millones de euros. Es decir, pagaba de intereses el doble de lo que ganaba. Y Carlyle dejó morir a Orizonia negándose a inyectarme capital para superar la crisis.

Cara y cruz

Los casos de Springwater y Carlyle son ejemplos de dos estrategias y situaciones distintas. Mientras que Springwater compró en plena crisis, aprovechando los chollos, y logrando llevara beneficios a una compañía que estaba en pérdidas, Carlyle por su parte, compró en plena bonanza del consumo, pero no supo ver la crisis que se avecinaba.

El reportaje completo de la Revista Hosteltur se puede ver y descargar desde este enlace.

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