Rafael Cobo, consultor sénior de Impact Hub Madrid

Claves para evolucionar hacia un turismo regenerativo

Cómo debería trabajar el sector para avanzar hacia un modelo de turismo más allá de ser sostenible

Publicada 06/08/23 -Actualizada 19/09/23 08:00h
Claves para evolucionar hacia un turismo regenerativo
  • Impact Hub Madrid, red de emprendedores con impacto, trabaja para impulsar el emprendimiento para regenerar las comunidades locales
  • El turismo regenerativo debe conectar con la esencia de los sistemas vivos que conforman los territorios, en su enfoque natural y cultural
  • Este nuevo modelo de turismo ha de reforzar su potencial para revitalizar esos sistemas vivos que configuran los territorios

Rafael Cobo, consultor sénior de Impact Hub Madrid, la red de emprendedores con impacto, lo tiene claro: “El modelo actual de turismo es insostenible”. Por ello apuesta por el turismo regenerativo, con el que “avanzamos hacia una forma de pensar y actuar más cercana a la realidad, donde vemos resultados emergentes derivados de la complejidad de los sistemas vivos, anidados unos en otros en una relación mutua en constante evolución (degenerativa o regenerativa, en función de que puedan manifestarse los principios rectores característicos de esos sistemas vivos)”.

Para lograrlo Rafael Cobo plantea “qué podemos hacer para dar un paso más en la sostenibilidad del turismo y avanzar hacia un turismo regenerativo”.

Ser conscientes del impacto negativo

El paso previo, en su opinión, pasa por “dejar de simplemente operar -extrayendo los recursos necesarios que requiere sin más- y ampliar nuestra visión para empezar a atender el impacto negativo de la actividad turística. Los impactos pueden ser directos, como la contaminación de un viaje en avión o de un crucero, uso de plásticos, etc.; o inducidos: un complejo hotelero puede hacer un gran esfuerzo por obtener la máxima calificación en eficiencia energética, y aún así su actividad puede resultar altamente degenerativa para la comunidad local (por ejemplo, por la subida de precios en la zona). Hace falta por tanto un enfoque sistémico que atienda a los ciclos de retroalimentación de los distintos capitales de ese área geográfica: social, cultural, natural, económico, etc.”.

Buscar el impacto positivo

Esto nos lleva, según explica el experto, “a una segunda fase en la que además de operar desde esta consciencia de impacto, que obtenemos a partir de modelos de medición, nos esforzamos en crear un impacto neto positivo a través de un trabajo restaurativo. En este nuevo giro se trata de dejar las cosas mejor que las encontramos, algo que a cualquier actor de esta industria debería interesarle a largo plazo. Así, por ejemplo, la actividad turística de un lugar puede intentar no estropear el entorno o puede dar un paso más cuidando, regenerando la posidonia y con ello transformando el entorno, a nosotros mismos y a esa vida que habita en él”.

“Este segundo paso se mueve normalmente en el mismo paradigma lineal y de intervención de fuera a dentro, con una gestión de proyectos que además es muy exigente en recursos”, como reconoce Rafael Cobo

El enfoque regenerativo

Para Cobo “entramos realmente en un enfoque regenerativo cuando el trabajo aborda la totalidad del sistema vivo: el municipio donde se establecerá un nuevo resort, la ciudad a la que llegan tres cruceros al día, un pequeño pueblo que crece exponencialmente en verano…. Un sistema vivo, y cualquier sistema humano lo es, encuentra su vitalidad, viabilidad y desarrollo desde dentro y en relación con el sistema más amplio en el que anida: una bahía, un valle, una comarca, una biorregión…. También conecta con un sistema cultural, generacional...”.

Claves para evolucionar hacia un turismo regenerativo
Rafael Cobo, consultor sénior de Impact Hub Madrid, concluye con una buena noticia: "El sistema operativo hacia el que debemos evolucionar lo llevamos de serie, somos sistemas vivos, sólo hay que recuperarlo". Fuente: Impact Hub Madrid.

De ahí que, añade, “las preguntas que deberíamos hacernos ante una realidad concreta son: ¿Qué sistema hay aquí? ¿En qué se debe convertir este sistema y qué responsabilidades debe asumir este proyecto para ser vital, viable? En regenerativo el enfoque no lo ponemos en el problema, que es generalmente un síntoma de desvitalización o de deriva degenerativa, sino en el potencial latente a vitalizar”.

Por ello, según detalla, “el enfoque regenerativo es esencialmente social, pues pone a todo un sistema a reencontrarse y celebrar su esencia olvidada y potencialidad futura. Es toda una aldea la que crea un nuevo resort turístico en el que la propia aldea y el sistema natural en que anida deciden evolucionar en mutualidad. No es un enfoque transaccional o negociado, es una vocación compartida. Y esto lógicamente aplica a todo, no sólo al turismo, pues todos deseamos esta vitalidad perdida. Con esta idea se está desarrollando en Europa toda una nueva conceptualización de los lugares en los que queremos vivir, que en España se está materializando en proyectos como RegenEraLocal”.

Ciclos regenerativos y virtuosos

Una de las personas pioneras en el diseño de los sistemas vivos, como destaca Cobo, “es Carol Sanford, que lleva más de 40 años trabajando con grandes organizaciones como Google o Procter & Gamble. Cuando seguimos los principios que propone Sanford -trabajar desde la esencia, desde el potencial, desde la totalidad y los nodos del sistema- conseguimos mucho más que proyectos sostenibles: estamos ayudando a la vitalización de las organizaciones implicadas, de los territorios que serán anfitriones, de los visitantes. Entramos en ciclos regenerativos y en círculos virtuosos”.

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Como hemos visto, concluye, “no se trata sólo de una cuestión sectorial, sino de una evolución en la forma de pensar y trabajar que posiblemente marcará el siglo XXI. Trabajar desde los marcos fragmentados y abstractos del siglo XX nos ha servido para alcanzar maestría para un mundo de máquinas: coches, inteligencia artificial…. Pero no es suficiente para manejar la complejidad humana, la de los sistemas vivos que somos, las organizaciones, las ciudades, las biorregiones, ni nuestra relación con los lugares. Necesitamos evolucionar en nuestro sistema operativo para diseñar, cuidar o simplemente visitar de forma consciente los lugares vitales y viables que deseamos. Y la buena noticia es que este sistema operativo lo llevamos de serie, somos sistemas vivos, sólo hay que recuperarlo”.

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