Un análisis de Xavier Canalís
Escalada de la turismofobia en tres fases ¿Cuál será la siguiente?
Del rechazo verbal a la deshumanización: los mensajes hostiles hacia los turistas se radicalizan
Publicada 08/07/25

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Análisis de Xavier Canalís.- Primero fueron los carteles pidiendo a los turistas que se marcharan a casa. Luego, los mojaron con pistolas de agua. Ahora, un nuevo mensaje pintado en contenedores: “Tourists and other rubbish, HERE”. La turismofobia, u hostilidad hacia el visitante, crece y se vuelve más agresiva y deshumanizadora.


Fase 1: rechazar al turista
En los últimos veranos, el malestar de la ciudadanía por los efectos del turismo masivo se ha reflejado en múltiples protestas. Algunas de estas manifestaciones han llegado a reunir a decenas de miles de personas en la calle, como en Palma de Mallorca o en Tenerife, aunque otras apenas congregaron a 600 manifestantes en Barcelona.
Sin embargo, lo que comenzó con pancartas y mensajes pintados en muros ha ido subiendo de tono.
Los organizadores de estas protestas insisten en que no se oponen al turismo en sí, sino a un determinado modelo: el turismo de masas, el crecimiento descontrolado o la falta de regulación. Sin embargo, cuando cientos o miles de personas se movilizan en la calle, es inevitable que aparezcan mensajes muy diversos, algunos de ellos abiertamente hostiles hacia los visitantes: "Tourists go home", "Fuera turistas", "El turismo nos roba", "La invasión viene en avión", "European colonizers"... En conjunto, el mensaje que termina proyectándose, incluso a miles de kilómetros, es claro: "No sois bienvenidos".
Fase 2: señalar y humillar al turista
Este año, en Barcelona, grupos de activistas han decidido apuntar a los turistas con pistolas de agua y mojarles. Dicen que este tipo de protesta es una "performance", una actuación o "gesto simbólico", pero es un acto con una clara carga de humillación pública.


Fase 3: deshumanizar al turista
Ahora incluso vamos más lejos. En contenedores de basura aparecen mensajes que equiparan a los turistas con desechos: “Tourists and other rubbish, HERE”. No es una simple pintada de protesta. Es toda una declaración de intenciones. Se despoja al visitante de su condición de persona. Se le reduce a un objeto molesto.
Estamos ante un salto cualitativo. Primero se rechaza al turista en pancartas y pintadas. Luego se le señala físicamente. Ahora se le deshumaniza. ¿Cuál será el siguiente paso?



Las acciones contra los turistas van subiendo de tono. Fuente: ChatGPT
El camino de la turismofobia se vuelve más oscuro
Cuando se empieza a tratar a alguien como basura, ¿qué viene después? Ojo: no confundamos los debates. El turismo tiene problemas que deben ser abordados, y las manifestaciones que vemos en la calle expresan un malestar ciudadano ante la inacción o la respuesta tardía de los estamentos políticos en cuestiones relacionadas con la vivienda, la masificación o el medio ambiente.
Pero el rechazo per se al turismo y las acciones directas contra los turistas suponen una ruptura respecto a las formas legítimas de protesta. Por eso debemos advertir que el camino de la turismofobia se vuelve cada vez más tenebroso si entre todos normalizamos el discurso del odio.
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