Para qué vale y cómo hacer rentable un destino turístico de naturaleza
21 noviembre, 2014 (09:41:55)Quizás hayan escuchado algunas apreciaciones o incluso definiciones distintas sobre lo que es e implica la existencia de un destino turístico.
Aunque muchas veces se confunde con una marca, imagen o simplemente se identifica con un sitio turístico e incluso con un propósito de viaje, lo cierto es que mas bien hablamos de un territorio con un uso principal turístico.
Ahora bien esto también podría ser cualquier oferta turística concentrada en cualquier entorno. Esto no es mera palabrería, como algunos podrán pensar.
Si admitimos, que lo mas importante para un turista o visitante es la experiencia y emociones, que se adquieren y por tanto permanecen en sus mentes, entonces debemos darnos cuenta que para conseguir una satisfacción o una experiencia positiva a percibir por nuestros visitantes, es imprescindible que la cadena o sistema que conforma este destino, no sea solo una oferta turística articulada, sino que conlleve una relación “funcional” y activa entre todos los actores involucrados, turísticos y no turísticos. De otra forma el riesgo de no obtener estas experiencias positivas, se hace más alto.
Si nos centramos en áreas naturales y rurales (el mayor porcentaje de territorio de la mayoría de los países), hay cuestiones muy evidentes: Para ofrecer productos turísticos, experiencias memorables y emociones positivas que perduren en el tiempo, se necesita un entorno natural y rural, bien conservado; mucho mejor si posee una importante biodiversidad (se acerque a su estado climax) y además que sea perceptible para los visitantes (fundamental para el éxito), aun mejor si existen elementos naturales (fauna, flora y gea) visibles y accesibles; una gestión turística (oferta y demanda) inteligente o eficiente (sostenible y competitiva); Es decir, si realmente se puede presumir de una calidad ambiental de ese destino, que se convertirá en factor clave para la calidad turística de dicho territorio.
Y todo esto es tan fácil, como complicado, pero depende de la comprensión del modelo de desarrollo local, de los objetivos marcados y de la capacidad de gestión, usando las herramientas adecuadas y teniendo en cuenta el Patrimonio local (Natural, social y cultural), la comunidad local receptora y la población visitante.
Para ello existe una herramienta muy eficaz, muy nombrada pero menos utilizada, que se denomina “Gobernanza” y que trata de llevar a cabo un mix de gestión público-privada, basándose en la cooperación activa, como se hablo hace poco en el I Encuentro de Turismo y Naturaleza del Pirineo.
Para que un área natural o rural con vocación turística, pueda funcionar y conseguir la conservación del sitio, a la vez que su desarrollo, la gobernanza tiene que provocar el empoderamiento del Patrimonio Natural, por la comunidad anfitriona, así como el proyecto turístico (esto debería conllevar automáticamente la Coopetencia de sus empresarios locales); encontrar un liderazgo a nivel local, capaz de dinamizar permanentemente a los actores locales; tener una política de comunicación interna y externa muy eficiente y respetar también los diferentes segmentos de la población, aceptando las diversas actitudes y aptitudes y consecuentemente la velocidad de aceptación que en muchas ocasiones suelen ser variadas y no se suele tener en cuenta.
El Patrimonio Natural es un capital de inversión a largo plazo, pero si se quiere obtener una rentabilidad importante, desde el inicio de esa inversión, y se usa el turismo como actividad productiva o generadora de esos intereses, es imprescindible saber jugar con las reglas del juego de este mercado, pero como profesionales y no amateurs.
Un cordial saludo
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