Turismo y sequía
12 febrero, 2024 (10:14:29)En un momento de euforia, y en contraste y no por primera vez, estamos ante una situación de crisis potencial para el turismo español. Y como toda situación de crisis ha de encararse para resolverla. La gestión de situaciones de crisis tiene procedimientos plenamente establecidos y contrastados que permiten superarlas con el mínimo daño para la actividad que resulta afectada. Es importante destacar el adjetivo potencial ya, que, en este caso, se cuenta con el factor tiempo, que permite afrontarla antes de que la crisis se materialice y, por tanto, adoptando medidas que permitan resolverla o, al menos, minimizar sus efectos.
En un artículo anterior se advertía que no pasará mucho tiempo antes de que los medios sensacionalistas de algunos de nuestros principales emisores empiecen a agitar la imagen de los horrores que les esperan a los turistas que visiten los destinos españoles ante la falta de agua: las piscinas no podrán utilizarse, las duchas estarán restringidas, incluso la hostelería tendrá dificultades por la limitación del suministro de agua en nuestros destinos, los parques y zonas verdes se habrán transformado en eriales, etc.
Hay que anticiparse, pero no iniciar la batalla antes de que se haya declarado la guerra, lo que supone estar preparado con toda la información disponible para replicar con carácter inmediato. En cuanto un medio publique un reportaje sensacionalista, los demás se apuntarán porque no querrán quedarse atrás en un tema que consideran popular.
Un aspecto fundamental es la localización del posible problema. Los medios sensacionalistas tienden a generalizar como nos ha enseñado la experiencia de muchos años. De esta manera, y por citar sólo un caso, lo que fue un mero incidente en un aeropuerto balear se convirtió en un caos en todas las Islas Baleares, y el subsiguiente reportaje lo transformó en un artículo titulado “Misery in Spain”. La tentación es ir más allá que los medios competidores para atraer la atención.
La regla fundamental en la gestión de una crisis es disponer de información contrastable para poder replicar a una noticia incorrecta o desproporcionada. Ello exige que el organismo encargado velar por la imagen del turismo español, y , en definitiva por la imagen del país teniendo en cuenta el papel que el turismo desempeña en la creación y mantenimiento de esa imagen, TURESPAÑA, establezca en estrecha cooperación con las Comunidades Autónomas y con los Municipios, un sistema de seguimiento del impacto de la sequía en la actividad turística. Así dispondrá de información permanentemente puesta al día que le permita replicar a cualquier noticia negativa que aparezca en los medios sensacionalistas. Como son miles los destinos turísticos españoles, hay que priorizar aquellos, urbanos o de sol y playa, que por el nombre y por el volumen de turistas que reciben sean los más susceptible de atraer la atención de los medios sensacionalistas. En este sentido, la Alianza de Municipios Turísticos de Sol y Playa (AMT) es seguramente la mejor fuente de información para disponer en cada momento del conocimiento preciso de la situación real y de las medidas adoptadas para hacerle frente en cada uno de los destinos. La Generalidad de Cataluña ha dejado en manos de los municipios la fijación de las restricciones al uso del agua.
Las Oficinas Españolas de Turismo (OETs) son los instrumentos adecuados para identificar cualquier noticia negativa y el cauce para hacer llegar a la opinión pública de los mercados emisores la información contrastada de la situación real. La gestión de las situaciones de crisis se ha perfeccionado considerablemente desde que en 1992, el año de la Expo, los Juegos Olímpicos y Madrid Capital Cultural, hubo que improvisar un manual en la OET de Londres. Como se ha demostrado en numerosas ocasiones y, en especial en los atentados terroristas del 11M 2004, las OETs has sido fundamentales para hacer frente con éxito a estas situaciones.
Hay que insistir que la información en que se base la réplica ha de ser plenamente contrastable. De otro modo se perdería la credibilidad. Por eso es fundamental empezar, ya en estos momentos, a recopilar la información sobre lo que están haciendo los destinos para garantizar el suministro de agua a su población local y a los visitantes. En este sentido, frente a la ineficacia, por no decir abandono, de algunas administraciones públicas responsables tanto estatales como de ciertas Comunidades Autónomas, las administraciones locales y el sector privado están poniendo en marcha iniciativas sumamente valiosas.
Tiene poco sentido, a los efectos de esta estrategia comunicativa, detenerse en los graves errores cometidos, tal como la derogación del Plan Hidrológico Nacional o la parálisis de la Generalitat de Cataluña, cuyo instrumento ACUAMED ha sido incapaz de construir las dos plantas desaladoras planificadas o de evitar que se pierda un porcentaje elevado del suministro de agua por la falta de renovación de la red de distribución. Por el contrario, sí es prioritario rechazar los errores de enfoque actuales, como ya ha hecho la Mesa del Turismo de España, cuando desde algunos partidos políticos se pide que se paralice la ampliación de infraestructuras, como los puertos y aeropuertos, así como abandonar la promoción pública del turismo. Frente a esta postura, negacionista de la importancia del turismo para la economía nacional y el bienestar de la sociedad española, hay que destacar los logros positivos ya conseguidos, como son los avances en el uso del agua en todas las actividades productivas, desde la agricultura al turismo, que se han obtenido en la Comunidad Valenciana y en la Región de Murcia. Asimismo las medidas que se están implantando en Andalucía y Cataluña con este mismo fin.
Hay que poner en valor las medidas adoptadas por los destinos concretos y los subsectores turísticos. Los campings ya han diseñado una estrategia de utilizar el agua de mar en sus piscinas. Ésta es también una de las medidas que aplicarán los hoteles de Barcelona, que han reducido en un 40% el consumo de agua en los últimos 7 años.
En definitiva se trata de una doble actuación: el diseño y aplicación de las medidas encaminadas a hacer frente a la disponibilidad de agua por un lado, y, por otro, la labor de comunicación para contrarrestar una potencial campaña negativa en los medios sensacionalistas de nuestros principales mercados emisores. Que cada responsable cumpla su tarea.
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