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San Andrés de Espinareda, el Monasterio Sabio

8 febrero, 2017 (13:30:28)

Declarado Monumento Histórico Artístico desde 1982, el Monasterio de San Andrés de Espinareda destacó en la Edad Media y Moderna por su desarrollo cultural, económico y espiritual.

Los orígenes de este monasterio son inciertos y no será hasta principios del X, en el año 923, cuando se datan los primeros documentos escritos. Será a partir del siglo XI cuando quede constancia ya de su actividad a través de escrituras, cartas y bulas. La construcción original sufrió varios incendios y la mayor parte de la iglesia que hoy se puede admirar es fruto de diferentes remodelaciones realizadas en los siglos XVII y XVIII. Considerado el monasterio neoclásico más importante del Bierzo, del conjunto destaca la iglesia con sus esbeltas torres, la imagen gótica e la Virgen con el Niño en brazos y el claustro formado por siete arcos a cada lado por su sobriedad y monumentalidad.

Es en el siglo XVI cuando el monasterio cobró protagonismo por su gran influencia cultural. Facultad de Filosofía y Colegio de Artes y Letras de primera magnitud en la que se impartía una esmerada enseñanza que le reportó los máximos reconocimientos. Por sus aulas pasaron ilustres profesores y alumnos como el historiador Prudencio de Sandoval, el Cardenal Lorenzana y el escritor romántico Enrique Gil y Carrasco, por lo que fue merecedor del título de “Monasterio Sabio”. Labor que se perdió con la desamortización de Mendizábal.

Esta tradición educativa tanto en el monasterio como en Vega de Espinareda se mantuvo hasta nuestro días, primero con la recuperación de este edificio histórico como colegio diocesano de enseñanza primaria y secundaria hasta el año 1995, y posteriormente con la instalación en la localidad de un aula de la UNED, privilegio que solo comparten en esta provincia las poblaciones de León, Ponferrada, San Andrés del Rabanedo y La Bañeza.

En el interior de la iglesia fue enterrada en el año 1.128 Doña Jimena Muñiz. Dama perteneciente a la nobleza berciana, era descendiente por vía ilegítima del rey Vermudo II de León; amante del rey Alfonso VI durante el tiempo transcurrido entre la muerte de doña Inés, primera esposa del monarca y la boda con doña Costanza con la que contrajo matrimonio dos años después. Fruto de esta relación nacieron dos hijas Elvira y Teresa, esta última casada con Enrique de Borgoña y madre de Alfonso Enríquez, primer rey de Portugal. La lápida del sepulcro con su epitafio fue trasladada al Museo Arqueológico de León y los restos de doña Jimena continúan en la iglesia en algún lugar sin identificar y en el más completo anonimato.

El peso histórico de este monasterio se hace una vez más patente con la celebración los 1 y 15 de cada mes, en el vecino pueblo de El Espino, de una feria de ganado donde se puede degustar el tradicional pulpo. Los primeros documentos que hacen referencia a esta feria datan del año 1.317, tratándose de un privilegio real dado por el rey Alfonso VI al abad del monasterio y en el que recibían el señorío de la villa de Vega con su feria, teniendo el derecho de realizar el mercado en tiempos de paz.

El municipio berciano de Vega de Espinareda esconde innumerables lugares con un encanto especial y uno de ellos es el Valle de Burbia que recibe su nombre del río que lo baña. Sus paisajes se caracterizan por la presencia de “soutos” de castaños milenarios y pequeños pueblos que salpican sus laderas. Pueblos como Burbia son un bello ejemplo de arquitectura popular, construcciones con un legendario pasado y un entorno natural que invita a la ensoñación.

En la historia del valle tiene una fuerte presencia el paso del imperio romano que dejó sus huellas también con las explotaciones de oro y las aguas del Burbia, las cuales ayudaron a la extracción del preciado metal. Se pueden ver estas explotaciones en las localidades de Vega, Sésamo o Fontoria. Y sin olvidarnos del considerado como el yacimiento de arte esquemático más grande de la provincia de León, las pinturas rupestres de Sésamo, formado por varios conjuntos pictóricos distribuidos en abrigos rocosos, en los que se observan los patrones típicos de las pinturas esquemáticas propias del Neolítico en adelante.

Situado en la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, Vega de Espinareda es la puerta de entrada a esta zona que es una de las más desconocidas de Europa y de las mejor conservadas por sus habitantes. Paisajes en los que se combinas cumbres y valles, ríos y vegetación y donde conviven las costumbres más tradicionales junto con una interesante arquitectura popular donde destaca la palloza, construcciones circulares construidas con piedra y madera y el techo de paja.

Más Información: www.destinoleon.eu

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