Por Javier Gutierrez Rodriguez, en Economía

Medina del Campo te propone una Semana Santa para el alma y los sentidos

13 marzo, 2018 (13:13:16)


En el corazón de Castilla se encuentra la vallisoletana villa de Medina del Campo, también conocida como la “Villa Cofrade”. Histórica y monumental ciudad, sus calles han visto pasar a personajes tan importantes como los Reyes Católicos, Carlos V, Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Pero Medina también es tradición que cobra especial protagonismo en sus fiestas, especialmente con su Semana Santa.

Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en el año 2011, fue muchos siglos atrás, concretamente en el XV, cuando se empezaron a escribir las gloriosas páginas de esta celebración religiosa. Tenemos que remontarnos al año 1411 cuando San Vicente Ferrer toma la iniciativa de recorrer las calles de Medina con sus “procesiones de disciplina”, que además de conmemorar la Pasión de Cristo, significó el origen de las celebraciones actuales.

CENTRO SAN VICENTE FERRER Y RUTA TURÍSTICA HUELLAS DE PASIÓN

Pero antes de adentrarnos de lleno en la Semana Santa medinense es recomendable hacer una visita al Centro Cultural San Vicente Ferrer en la ermita del Amparo, donde abrió sus puertas en 2011 el Centro de Interpretación Huellas de Pasión. Un espacio donde se da a conocer, se promociona y se divulga la Semana Santa y sus procesiones, proponiendo un viaje en el tiempo a través de los sentidos para descubrir las tradiciones, los ritos y las costumbres de esta celebración religiosa. Cuenta además con la única tienda Cofrade de Castilla y León, y es sede de las Cofradías de Medina del Campo y centro de documentación y actividades de las Hermandades, Cofradías, Juntas y Agrupaciones de todo el país. Desde aquí parte la Ruta Huellas de Pasión, que permite descubrir al visitante un magnífico museo de arte renacentista repartido por diferentes templos de la villa.

SEMANA SANTA MEDINENSE, UN MUSEO RENACENTISTA AL AIRE LIBRE

Desde el Jueves de Pasión hasta el Domingo de Resurrección se celebran en Medina un total diecisiete procesiones que llenan sus calles con algunas de las imágenes renacentistas más impresionantes de toda España. Caracterizada por el silencio que acompaña todas las procesiones, este intimismo sólo se rompe en contadas ocasiones por los rezos, la música de las bandas, el toque destemplado de tambores, las saetas o el repique de campanas.

Las celebraciones religiosas dan comienzo el Jueves de Pasión con el Vía Crucis Infantil. El Viernes de Dolores sale en procesión Nuestra Señora de las Angustias, también conocida como “La Dolorosa”. El día siguiente, Sábado de Pasión, es el turno del Traslado Procesional del Nazareno de la Cruz, conocido como “Nazareno pequeño”. Dos son las procesiones que se celebran el Domingo de Ramos: Por la mañana la Procesión de la Borriquilla y entrada la noche la Peregrinación del Santísimo Cristo del Amor. La Semana Santa continua el Lunes Santo con la celebración de la Procesión de la Sentencia y el Rosario de la Penitencia. La Cofradía de Nuestra Madre Santísima de la Soledad y Virgen de la Alegría es la encargada el Martes Santo de celebrar el Sermón y Rosario de La Soledad y Esperanza. El Miércoles Santo sale la Procesión de las Llagas de Cristo de la Cofradía del Calvario. Unas horas más tarde, el Vía Crucis Popular ofrece una de las estampas más impresionantes cuando las más de 3.000 personas acompañan, en un sobrecogedor silencio, al Cristo Crucificado.

Llegamos al ecuador de la Semana Santa y las emociones vividas y el desgaste físico no hacen mella en los medinenses que recobran fuerzas ante la cercanía de las procesiones más queridas.

El Jueves Santo se abre con la Procesión de Caridad con las imágenes de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna y el Cristo de la Agonía. Llega el turno de la Procesión de la Vera Cruz, probablemente la más emblemática de cuantas se celebra en la villa. En ella los cofrades de todas las cofradías se despojan de sus capas, desfilando únicamente con sus hábitos y un farol con una vela, siendo portados los pasos a hombros, sin luces, flores o adornos de ningún tipo. Sobrecogedora procesión que es acompañada solamente por el toque de tambores destemplados y en la que impresiona el canto del Miserere a cargo de los cofrades que rompe el silencio en la noche medinense, tan sólo iluminada por las velas.

No ha amanecido el día de Viernes Santo y la Procesión del Sacrificio ya recorre las calles de Medina hasta llegar al barrio de la Mota, donde se recrea una de las estampas más impresionantes cuando la magnífica imagen gótica del Crucificado desfila junto a los muros del espectacular castillo. Este día tiene lugar la Procesión del Encuentro, una de las procesiones más queridas por lo medinenses porque en ella desfilan dos de las imágenes que cuentan con más devoción en Medina: el Nazareno y la Soledad. Los Cofrades de la Cofradía de la Misericordia y Jesús Nazareno portan sobre sus hombros la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que en el encuentro con la Virgen “cae arrodillado” ante ella, constituyendo uno de los momentos más emotivos de las Semana Santa. Simultáneamente un sacerdote pronuncia una meditación a los cofrades y a los fieles que llenan la Plaza Mayor. La procesión más importante de las que se celebran en Medina tiene lugar también este día: la Procesión del Silencio, en la que participan un mayor número de pasos, así como todas las cofradías con sus bandas de música. Las calles se convierten en un auténtico museo al aire libre de arte renacentista en el que desfilan la mejor serie de crucifijos del siglo XVI que se pueden ver durante estos días en toda España. Espectáculo que se ve enriquecido cuando, de manera espontanea, alguien se arranca a cantar una saeta, siendo el Centro Católico de Obreros el mejor lugar para disfrutar de este emotivo momento. Otro momento álgido es cuando todos los pasos se concentran frente al atrio de la Colegiata rindiendo honores a la Virgen de las Angustias. Este intenso y apasionado día se acaba, y lo hace con la Procesión de la Liberación en la que impresiona la silueta del Cristo del Desamparado.

La Semana Santa llega a su fin con la Procesión del Encuentro el Domingo de Resurrección. Instante lleno de júbilo y alegría en el que el Cristo Resucitado se “eleva” sobre su carroza mientras la Virgen es despojada de sus vestiduras de luto para revestirla de blanco y azul celeste.

ACTIVIDADES PARALELAS A LA SEMANA SANTA

Paralelamente a las celebraciones religiosas, la Semana Santa de Medina del Campo ofrece la posibilidad de disfrutar de sabrosas y originales tapas en un recorrido, por más de una decena de establecimientos de la villa, conocido como Tapa de Pasión.

Como no podía ser de otro modo, la Semana Santa medinense también tiene sus platos y recetas típicas, y es en las reuniones de amigos y familiares donde la gastronomía adquiere el papel protagonista. Días de pasión que giran alrededor de un exquisito potaje de garbanzos y del bacalao cocinado de diferentes maneras: al ajo arriero, al pil pil, en salsa verde… Y no podemos olvidarnos del lechazo de la tierra o el cochinillo asado al horno de leña al estilo de Medina, manjar reservado para el Domingo de Pascua. Como acompañante de lujo para estas deliciosas viandas, cualquiera de los reconocidos caldos de la Denominación de Origen Rueda.

Otra de las actividades organizadas para estas fechas es la exposición fotográfica “Dos semanas, un encuentro”. En realidad se trata de tres propuestas expositivas hermanadas sobre la Semana Santa que se podrán ver en Medina del Campo, Valladolid y Medina de Rioseco, localidades que tienen en común la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional. En Medina se podrá ver del 19 de marzo al 1 de abril en el Centro Integrado “Isabel la Católica”, de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 22:00 horas. Sábados de 17:00 a 22:00 horas.

LOS IMPRESCINDIBLES DE MEDINA DEL CAMPO

La silueta de Medina no sería la misma sin el Castillo de la Mota. Otro de los lugares de obligada visita es el Palacio Real Testamentario que vio morir a la reina Isabel la Católica. En la Plaza Mayor se encuentra la Torre y Colegiata de San Antolín, cuyos orígenes se remontan al año 1177.

Durante los siglos XV y XVI las ferias celebradas en Medina tuvieron un alcance internacional, por lo que es conocida también como la “Villa de las Ferias”. Para reflejar la importancia que estas actividades comerciales se inauguró en el año 2000 el Museo de Ferias donde se expone una extraordinaria colección de piezas artísticas, históricas y documentales.

Otros monumentos interesantes en Medina del Campo y que están declarados Bien de Interés Cultural son el Palacio de Dueñas, la iglesia de Santiago el Real y las Reales Carnicerías, mandada para abastecer de carne a la populosa población medinense.

Imágenes de la Semana Santa: Julio G. Arribas. Fotouno

Resto de imágenes y Texto: Cardinalia Comunicación

Más sobre Economía