CEST denuncia falta de acuerdo, provocando cancelaciones y la caída de las reservas.
“El decreto del Ministerio imponiendo las PCR golpea a Canarias, y es totalmente insuficiente para el resto de viajeros. Hay que hacer controles vengan de donde venga y a lo que vengan”, afirma Roberto Ucelay. 29 noviembre, 2020 (11:53:25)Confusión generalizada e indecisión. Empresarios y profesionales del Sur de Tenerife denuncian los gravísimos problemas que está generando que, a tan solo veinticuatro horas de que empiece el mes de diciembre, ni los turistas extranjeros ni los españoles sepan a qué atenerse respecto a la obligatoriedad de realizarse un test para poder viajar y hospedarse en Canarias.
El Círculo de Empresarios del Sur considera que la confusión que continúa generando la aplicación de los decretos de los gobiernos español y canario, sin que hasta la fecha hayan sido capaces de cerrar su armonización, está provocando que las reservas de cara a diciembre o a los primeros meses de 2021 estén viéndose negativamente afectadas. A juicio de los empresarios, la exigencia por parte del Ministerio de Sanidad, imponiendo la PCR como única prueba válida, está arrastrado a Canarias a prolongar el casi cero turístico que el Archipiélago ha sufrido de marzo a esta parte.
Para el CEST, al presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, le quedan apenas unas horas para cerrar de forma favorable a los intereses de las Islas una negociación que, a juicio de Roberto Ucelay, presidente del Círculo de Empresarios del Sur, “el Ejecutivo regional debió resolver hace semanas, poco después de que el Ministerio impulsara un decreto que va contra el sector turístico y, en consecuencia, contra Canarias”. “Ha sido un golpe bajo a la economía y a la generación de empleo, mañana termina el plazo que Canarias había anunciado para resolver el lío en que nos ha metido el Gobierno de España”, ha recordado Ucelay.
Desde el Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife se ha recalcado que el Gobierno canario “se lo ha jugado todo a una carta y el tiempo se acaba”. Los empresarios han trasladado su enorme preocupación ante la caída de reservas provocada por la confusión que ha generado en los mercados emisores la coexistencia de dos decretos contradictorios, que imponen hacerse una PCR o abren la puerta a la realización de otros tipos de test, según se indica en la normativa aprobada por España y Canarias respectivamente. “Al Gobierno de Canarias le quedan menos de veinticuatro horas para lograr la armonización de ambos decretos, de lo contrario no se habrá cumplido con el compromiso de haber cerrado la negociación antes del primero de diciembre”, ha señalado el presidente del CEST.
Empresarios y profesionales denuncian que a pocas horas de que se agote el plazo indicado no se ha informado al sector sobre la situación en la que se va a llegar a diciembre respecto a las normas sobre controles sanitarios que actualmente confluyen. Según el CEST, los clientes extranjeros y también los nacionales piden información que desde Canarias nos se les puede facilitar por la indefinición e incertidumbres que ha provocado la coexistencia de dos decretos contradictorios. A raíz de ambas normativas los clientes extranjeros se ven obligados a realizarse las pruebas PCR a un precio muy elevado o, en su caso, a cancelar y desistir de viajar a las Islas y optar por otros destinos más competitivos.
El CEST recuerda que los vuelos están llegando con una ocupación muy baja, una situación que anuncia que si esta confusión no se corrige de inmediato las compañías aéreas comenzarán a cancelar vuelos. Los empresarios entienden que si en el transcurso de las próximas horas no hay acuerdo en los términos que exige Canarias, permitiendo la realización de unos test más baratos y sencillos, pero también homologados, se condenará al sector y a la economía canaria a un cero económico de larga duración.
El Círculo de Empresarios insiste en su reivindicación de que se hagan los test a todos los viajeros, vengan de donde vengan y a lo que vengan, así como en la inaplazable necesidad de que se genere por cada viajero un código QR que facilite el rastro cuando se dé un brote.