Entrevista a Ramiro Albrieu investigador de CIPPEC

¿Cómo gestionar el impacto tecnológico en el mundo laboral?

Publicada 25/03/19 -Actualizada 20/04/19 02:00h
¿Cómo gestionar el impacto tecnológico en el mundo laboral?
  • Cuanto antes se readapten las habilidades de los trabajadores menor será el impacto de la Cuarta Revolución Industrial
  • Las nuevas tecnologías redefinen los modelos de negocio, desde los procesos hasta los productos, y eso dispara efectos positivos y negativos
  • Costa Rica, Chile y Uruguay son los países más preparados para el mundo laboral 4.0, según el experto de CIPPEC

Pese a que en América Latina la adopción de nuevas tecnologías está retrasada, la Inteligencia Artificial ya está actuando como un elemento disruptivo en las relaciones laborales. Ramiro Albrieu, investigador del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC advierte que es necesario empezar a trabajar no solo en la adaptación de habilidades de los empleados sino también en nuevas regulaciones y sobre todo en la renovación en sistemas de formación de recursos humanos, aplicados a las TICs.

En una entrevista con HOSTELTUR LATAM, asegura que en el sector turístico con la tecnología sólo hay que esperar ganancias, porque las relaciones interpersonales van a seguir siendo demandadas, y serán el gran diferencial.

¿Qué cree que va a pasar en el mundo laboral en una década?

Los rápidos cambios tecnológicos asociados a la Cuarta Revolución Industrial (con la Inteligencia Artificial en el centro) operan como un gran factor disruptivo para las relaciones laborales. Si bien en los países de la región existe un importante rezago en materia de adopción de nuevas tecnologías, vamos a empezar a ver cómo la inteligencia artificial penetra en los modelos de negocios de las empresas latinoamericanas, y ello es en buena medida irreversible.

¿Qué políticas públicas son necesarias para tener personas preparadas para un campo laboral marcado por la tecnología?

Hay que trabajar en dos ejes. El primero se refiere a las habilidades. Los cambios tecnológicos demarcan el rol de las personas en el proceso productivo. Con la aparición del mundo digital, un conjunto de tareas realizado por personas pasó a ser hecho, de forma más eficiente y económica, por máquinas o algoritmos. Entonces, hace falta readaptar las habilidades de los trabajadores que realizaban esas tareas y actualizar los planes de estudio del sistema educativo para preparar a los trabajadores del futuro. El segundo eje se refiere a las regulaciones e instituciones laborales, que fueron creadas para otro tipo de relaciones laborales: de largo plazo y donde el centro era el establecimiento o la empresa. Vamos, en cambio, hacia mercados de trabajo más flexibles, donde difícilmente se trabaje para una única empresa por toda la vida.

¿Qué piensa cuando dicen que los avances tecnológicos van a terminar con muchos puestos de trabajo?

Las nuevas tecnologías –y, en particular, la Inteligencia Artificial con su potencia predictiva- permiten redefinir enteramente el modelo de negocios, desde los procesos hasta los productos. Y ello tiene un potencial de rentabilidad muy alto. En términos del mercado de trabajo, dispara dos efectos. El primero, positivo, se relaciona con los nuevos puestos de trabajo que genera la nueva tecnología. El segundo, negativo, se asocia con la obsolescencia de habilidades que provoca todo cambio tecnológico. Entonces, cuánto más rápido se avance en la readaptación de habilidades de los trabajadores, menor será el impacto negativo de la Cuarta Revolución Industrial.

Se habla de escasez de recursos humanos en carreras tecnológicas. ¿A qué se debe y cómo se puede revertir eso?

En América Latina, la Revolución de las TICs llegó tarde. Eso se verifica no sólo en los problemas de conectividad o infraestructura digital, sino también en el subdesarrollo de los sistemas de formación en habilidades tecnológicas. La Cuarta Revolución Industrial tiene como centro a la Inteligencia Artificial y se sostiene en buena medida en las TICs. Entonces, se observa nuevamente la falta de recursos humanos capacitados. La solución es compleja pero implica una reforma en los sistemas de formación -desde la escuela primaria hasta los cursos de formación profesional- que incluya decididamente contenidos asociados a las nuevas tecnologías.

¿Qué perfil se busca hoy y qué se va a buscar en 5 o 10 años?

Las empresas más dinámicas en términos tecnológicos dan una importancia creciente a las habilidades socioemocionales a la hora de buscar personal. También habilidades específicas asociadas a manejar grandes bases de datos y encontrar nuevas formas de relacionarse con el cliente. Hacia adelante se irá modificando la ecuación del cambio tecnológico: habrá menos innovación en tecnologías que ahorran trabajo y más en las que interactúan críticamente con las personas. Entonces, serán muy requeridas las habilidades relacionadas con la interacción entre máquinas y personas. Por eso, es clave mejorar la formación de habilidades asociadas a la tecnología.

¿Cuáles serían los puntos que serán claves para la elección de un profesional?

Más allá de los conocimientos específicos de cada actividad, la cuestión socioemocional es clave. En contextos de cambio acelerado, la flexibilidad y la resiliencia son atributos insustitubles. También las habilidades cognitivas generales, que permiten entender contextos y relacionar conceptos en formas novedosas.

¿Qué tenemos que empezar a hacer los trabajadores que ya estamos dentro del sistema para que no nos descarten?

Hay que perder el miedo a ser descartados porque no es así cómo sucede el cambio tecnológico. En cambio, hay que ocuparse de readaptar las habilidades para complementar a las nuevas tecnologías. Los sistemas de formación técnica y profesional -sea a través empresas, sindicatos o estamentos del sector público- son el lugar más propicio para adquirir las habilidades correctas.

En la región ¿qué países están más preparados para este mundo laboral 4.0?

Hay pocos casos que mencionar. Costa Rica y Chile se destacan y también -aunque en menor medida- Uruguay: allí las empresas absorben tecnologías a tasas más aceleradas que el resto y cuentan con una mayor proporción de las y los trabajadores con las habilidades del futuro. En contraste, los tres países más grandes (Argentina, Brasil, y México) se encuentran muy lejos de tener lo que hace falta para poder subirse al tren de la Cuarta Revolución Industrial. Hay entonces una agenda muy desafiante por delante.

¿Cómo imagina que puede ser el escenario laboral de la industria turística con el avance tecnológico?

Se trata de un sector que tiene mucho para ganar y poco para perder. Los beneficios van por un mayor acercamiento a las preferencias de los clientes/turistas gracias a sistemas de Inteligencia Artificial. También por la conectividad con los mercados globales que aporta la revolución digital. El sector tiene poco para perder por lo que se conoce como paradoja de Moravec: lo difícil que es recrear digitalmente ciertas habilidades humanas entre las que se destaca la cuestión socioemocional. La actividad de turismo es intensiva en tareas de relación interpersonal, que van a seguir siendo demandadas por largo tiempo. Seguramente, se profundizarán tensiones ya existentes asociadas con las nuevas formas de intermediación a través de plataformas; allí habrá que reinventar el modelo de negocio para trabajar con – y no contra- las innovaciones que ocurren en el sector.

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