Los hoteles caribeños sufren y los clientes se alejan de destinos árabes

Las principales hoteleras españolas analizan estos días el impacto inmediato de la tragedia de EEUU a través de sus índice de ocupación. Aunque aún no facilitan datos, en un primer análisis, coinciden en el daño a los establecimientos del Caribe y Latinoamérica. Estos hoteles se enfrentan al miedo de algunos europeos a largos viajes en avión y/o alejarse ahora de sus hogares, así como a la pérdida de clientes estadounidenses y canadienses. Por ejemplo, de cada cien turistas que se alojan en los establecimientos Riu en aguas caribeñas, 33 son norteamericanos. Y representan el 6% de todos los clientes de Sol Meliá, si bien también van básicamente a sus hoteles de Latinoamérica. Según explica esta firma, México y Brasil pueden ser los principales afectados. República Dominicana también comenzaba a ser un buen destino para EEUU. Independientemente de las cifras, los hechos machacan el trabajo de los empresarios españoles en los últimos años para captar estos mercados emisores y limitar así la dependencia de los touroperadores europeos. En algunos casos el esfuerzo ha ido más allá: Grubarges, participada por Barceló, FCC y BBVA, compró hace pocos meses 16 hoteles urbanos en EEUU. Y Occidental tomó la cadena vacacional Allegro, con gran peso de clientes norteamericanos. Las hoteleras aseguran que en principio continúan con las obras iniciadas para levantar nuevos establecimientos. Avanza a buen ritmo la terminación de los complejos Flamenco en Fuerteventura, y Xcaret y Cozúmel (México), indican en Occidental. No hay que olvidar que el plazo mínimo de construcción es un año, explican en Barceló. No obstante, en otros casos los proyectos podrían retrasarse. Nuestra labor ahora se centra en intentar que los clientes no abandonen su idea de realizar un viaje, y ofrecerles alternativas como cambio de fechas o de destino, comenta un directivo de Occidental. Y es que las hoteleras coinciden en el temor ya de algunos turistas a viajar a puntos como Marruecos, Túnez, Egipto o Turquía. Y confían en que vean España como un buen sustituto. En cualquier caso, la reducción de capacidad anunciada por las aerolíneas podría dificultar el transporte de turistas. Y la complicación se multiplicaría en el caso de que la ofensiva de EEUU conlleve restricciones en el espacio aéreo. (L. Tejedor, diario La Gaceta de los Negocios, 24/9/01)