El ministro español de Trabajo alaba la seguridad turística de las Islas Baleares y la prudencia de las compañías aéreas

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, descartó que Baleares sufra de forma relevante una crisis turística tras los atentados en EEUU, asegurando que «la gran apuesta» de las Islas era que mantenían un «turismo seguro», avalado por la trayectoria del pasado y presente. No obstante reconoció en Palma que el momento era de «preocupación». Indicó además que habrá que mejorar los «mecanismos de seguridad» en lo que se refiere al transporte. En cuanto a las aerolíneas y su amenaza de posibles recortes de plantilla, afirmó que «las compañías españolas están actuando con prudencia». El ministro de Trabajo participó en el V Seminario Hispano-Británico sobre Empleo en el Hotel Valparaíso junto con su homólogo británico Malcolm Wicks, en el curso del cual se firmó la declaración conjunta que propulsa la «calidad en el empleo». Sobre el efecto en el empleo en España tras los atentados terroristas y la respuesta bélica prevista, Aparicio descartó que haya motivo para «el puro catastrofismo» y tampoco para el excesivo optimismo. Frente a las «incertidumbres» tras los tristes acontecimientos del 11 de septiembre «tenemos que tener muy bien preparados nuestros mercados laborales», en espera de la «deseable recuperación económica». Aparicio resaltó que la economía y el empleo no son ajenos a las nuevas dificultades, dio muestras de confianza al decir que «la respuesta será proporcional y razonable, alejada de arquetipos militares como los que hemos conocido en el pasado». Contra el temor al futuro, la mejor medicina es una «exigencia para trabajar mejor y lograr la recuperación y la estabilidad de la economía», por lo que Europa no tiene por qué renunciar al pleno empleo ni cambiar el rumbo de sus economías, afirmó. En el caso de España, Aparicio reconoció que los ritmos de creación de empleo están siendo moderados pero «no negativos», aunque el «reto» es seguir traduciendo el crecimiento económico en creación de empleo y para ello trabajará el Gobierno durante su presidencia de la UE en el primer semestre de 2002, señaló. A pesar de las incertidumbres sobre el conflicto bélico, Aparicio rehusó hacer hipótesis sobre el futuro de la evolución del empleo y abogó por mantener las líneas y objetivos marcados hasta el momento y basados en «la prudencia y la gradualidad», porque no es aconsejable «cambiar drásticamente de rumbo» hasta que no se clarifiquen los acontecimientos. Por otra parte, preguntado Aparicio por si las empresas españolas podían aprovechar la crisis de los atentados para hacer despidos incontrolados aseguró el ministro que «no parece lógico» que las conductas de las grandes empresas sean «irresponsables», reconociendo de cualquier modo que había compañías que estaban sufriendo los efectos posteriores a los actos terroristas. El ministro también rechazó que haya previsión de cambiar la política económica y laboral del Gobierno «hasta que no haya un cambio brusco de la situación». «Desaceleración no significa retroceso», afirmó en referencia a la previsión de menor crecimiento económico en Europa y España. (Javier de Benito, diario El Mundoo-El día de Baleares, 27/9/01)