Tanzania

Expulsan a 20.000 masais para atraer safaris de lujo

Denuncia de una ONG contra dos empresas y las autoridades locales

Publicada 29/05/18 -Actualizada 03/07/18 22:58h
Expulsan a 20.000 masais para atraer safaris de lujo
  • El pueblo de los masai está formado por unas 830.000 personas, repartidas entre Kenia y Tanzania
  • Un turoperador de EEUU y una compañía de Emiratos, en el centro de la polémica
  • Los masai se ven forzados a abandonar las tierras de pastoreo tradicionales y emigrar a sitios más secos

Cerca de 20.000 masai que viven en el norte de Tanzania están siendo expulsados de sus hogares y tierras de pasto tradicionales bajo el pretexto de conservar ecosistemas y así impulsar el turismo de safaris de lujo (fotográficos y de caza), según ha denunciado una ONG.

En la actualidad, el pueblo de los masai está formado por unas 830.000 personas, repartidas entre Kenia y Tanzania. Su modo de vida está basado en la ganadería de subsistencia.

Sin embargo, la vida de este pueblo de ganaderos se ha hecho cada vez más complicada en lugares como el norte de Tanzania.

En este sentido, un informe elaborado por Oakland Institute, una ONG estadounidense, expone el "impacto devastador de dos compañías extranjeras sobre la vida y el sustento de los aldeanos masai en el área de Loliondo del distrito de Ngorongoro".

Dos empresas que controlan fincas gigantescas

Según sostiene dicha ONG, las empresas que -en connivencia con las autoridades locales- están forzando la expulsión de los masai son Tanzania Conservation Ltd (TCL), propiedad del turoperador estadounidense Thomson Safaris, con sede en Boston; y Ortello Business Corporation (OBC), con sede en los Emiratos Árabes Unidos (UAE), que realiza excursiones de caza.

Ambas compañías no son simples turoperadores de safaris, sino que controlan y explotan grandes extensiones de terreno a través de concesiones a largo plazo.

En el caso de Tanzania Conservation Ltd, se trata de 5.106 hectáreas en Loliondo, que la compañía usa para safaris.

Y en el caso de la empresa emiratí Ortello, son 400.000 hectáreas para cacerías, incluyendo una pista de aterrizaje para vuelos privados que llegan desde el Golfo Pérsico.

"A medida que el turismo se convierte en uno de los sectores de más rápido crecimiento en la economía de Tanzania, los safaris y los parques de caza están causando estragos en la vida y los medios de sustento de los masai", dice el director ejecutivo del Instituto Oakland, Anuradha Mittal, autor del informe.

El resultado es que "decenas de miles" de masai, según la ONG (cerca de 20.000 personas, según la prensa local) se han visto forzadas a abandonar las tierras de pastoreo tradicionales y han tenido que emigrar hacia otras zonas más secas, con menos reservas de agua.

Infografía © The Oakland InstituteInfografía © The Oakland Institute

Un caso que se repite en otras partes

En cualquier caso, añade la ONG, la situación que se está produciendo en el norte de Tanzania no es un caso aislado y se repite en muchos otros países: "Se trata de una realidad demasiado familiar para las comunidades indígenas de todo el mundo".

De hecho, ya en 2010 los masai iniciaron un pleito legal contra el Gobierno de Tanzania y la empresa TCL por haberse llevado a cabo de forma ilegal la concesión de las tierras en disputa.

"El caso llega en un momento en que el creciente número de ventas de tierras a gran escala en África enfrenta a pueblos indígenas contra inversores, con proyectos de turismo que generan dinero y empleos, pero los activistas temen la pérdida de tierras para las comunidades marginadas", según informó la agencia de noticias Reuters.

Niños en el pueblo de Kartalu, en Tanzania. Foto: © The Oakland InstituteNiños en el pueblo de Kartalu, en Tanzania. Foto: © The Oakland Institute

Thomson Safaris niega las acusaciones

Por su parte, Thomson Safaris niega todas las acusaciones: asegura que su filial Tanzania Conservation Limited emplea al 100% personal masai; sostiene que el ganado puede acceder al agua; y que trabajan con las comunidades locales y el gobierno para conservar la sabana y establecer "una política de pastoreo sostenible". Ver la información publicada en The Guardian.

El informe completo de la ONG que ha denunciado el caso se puede descargar haciendo click en este enlace.

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