Los países europeos no logran consenso en torno a la reapertura del ocio de invierno en medio de la COVID-19

Sin consenso europeo para el cierre de las estaciones de esquí

Publicada 03/12/20 -Actualizada 30/12/20 02:14h
Sin consenso europeo para el cierre de las estaciones de esquí

Con la temporada de nieve por delante, y en medio de la segunda ola de la pandemia de COVID-19 que azota de nuevo al continente, los países europeos con reconocidas mundialmente estaciones de esquí no alcanzaron un consenso en torno a su reapertura con protocolos de seguridad, o mantenerlas cerradas hasta enero como proponía Alemania apoyada por Francia e Italia. Austria y Suiza han expresado su firme oposición a esa medida y España, a través de su ministra de Turismo, se mostró partidaria de la apertura con normas de seguridad, si bien el Gobierno español ha aclarado que la competencia sobre esta materia la tienen las comunidades autónomas (ver: España, partidaria de abrir las estaciones de esquí con normas de seguridad).

Europa se encuentra frente a un dilema. Para unos, mantener cerrados los complejos turísticos de nieve significa perder el beneficio económico de toda la temporada de invierno, después del decepcionante verano, y poner en peligro miles de negocios y puestos de trabajo por evitar los posibles riesgos de nuevos contagios. Por otro lado, abrir los resorts en medio del elevado número de casos de COVID-19 que se está registrando en cada país miembro de la Unión Europea en la actualidad, significa arriesgarse a que la situación se deteriore incluso hasta el punto de que los confinamientos totales de la primera ola vuelvan a ser una necesidad, según recoge el portal schengenvisainfo.

Cualquier intento de coordinar la respuesta entre los Estados miembros ha fracasado hasta ahora, con Austria y Suiza con la intención más firme de no dejar que la temporada se les escape de las manos, mientras que Francia, Alemania e Italia planean mantener cerradas las estaciones de esquí.

Estación de Baqueira Beret, en el Valle de Arán, en el Pirineo catalán.

El bando del cierre de resorts

Alemania no solo planea mantener cerradas sus propias pistas de esquí, sino que también pretende convencer al otros miembros de la UE de que haga lo mismo, según sugirió la canciller alemana, Angela Merkel, la semana pasada. “Se acerca la temporada de esquí ... Intentaremos llegar a un acuerdo en Europa sobre si podemos cerrar todas las estaciones de esquí”, dijo al Parlamento alemán.

Markus Söder, primer ministro del estado de Baviera, apoyó a Merkel en su propuesta, insistiendo en que Europa no está en un punto en el que se pueda permitir "vacaciones de esquí clásicas".

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, también ha pedido a los gobiernos de la UE que mantengan cerradas las pistas de esquí, temiendo que si otros países no cierran las suyas, los italianos podrían dirigirse a otros países de la UE para sus vacaciones de esquí.

“Si Italia decidiera cerrar todas sus estaciones sin el apoyo de Francia, Austria y otros países, los turistas italianos se arriesgarían a ir al extranjero y llevarse el contagio a casa”, dijo. En ese caso, el Gobierno italiano se plantea aplicar medidas de test y cuarentenas a su regreso a los ciudadanos o residentes que viajen a centros de esquí de vacaciones de invierno, lo mismo que hará Alemania con sus nacionales que se vayan a Austria.

El presidente francés, Emmanuel Macron, también apoya la idea de detener la temporada de vacaciones de invierno y ya ha decidido que las pistas de esquí de Francia permanezcan cerradas hasta principios del próximo año. Sin embargo, el primer ministro Jean Castex ha señalado que a las personas no se les prohibiría visitar los centros turísticos en las montañas francesas, simplemente no podrían esquiar.

Los de apertura de pistas de esquí

Mientras tanto, Austria seguramente permitirá la reapertura de las pistas de esquí después de que su canciller, Sebastian Kurz, de Austria, calificara los esfuerzos para coordinar el cierre de las estaciones de esquí como "exagerados".

Los intentos de Kurz de mantener los complejos turísticos son bastante comprensibles dado que el turismo de invierno agregó 14.900 millones de euros al presupuesto de Austria el año pasado. El ministro de Finanzas austriaco, Gernot Blümel, incluso ha señalado que un cierre costaría a los complejos turísticos austriacos hasta 2.000 millones de euros, según la evaluación de los expertos.

Se estima que hay alrededor de siete millones de esquiadores de Alemania que cada año viajan a Austria para sus vacaciones de esquí. Sin embargo, las cifras pueden bajar este año, ya que todos los viajeros que llegan a Alemania desde Austria están obligados a ponerse en cuarentena durante 10 días, algo por lo que no todos los amantes del esquí podrían permitirse pasar.

Suiza también planea mantener abiertas las estaciones de esquí obligando a las personas a seguir usando sus mascarillas y a mantener la distancia requerida entre sí. Esta última ha levantado recientemente los requisitos de cuarentena para las personas que llegan de la mayor parte del continente y espera una afluencia de turistas europeos durante la Navidad.

"En Suiza, podemos ir a esquiar, con planes de protección establecidos", dijo la semana pasada el ministro de Salud, Alain Berset.

En el caso de España, en medio de este debate, la posición del país fue planteada por la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la semana pasada, afirmando que perfectamente se podían "mantener abiertas estas instalaciones aplicando normas y protocolos de seguridad antiCOVID-19”.

Mientras que otros países de la UE, como Bulgaria, esperaban una recomendación de la Comisión Europea sobre el tema, Bruselas ha señalado que "esta no es una competencia europea", dejando la elección a los gobiernos nacionales.

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