Hosteleros vascos confían en que el alto el fuego de ETA afiance el crecimiento del turismo

Publicada 03/04/06
Hosteleros vascos confían en que el alto el fuego de ETA afiance el crecimiento del turismo
Los hosteleros vascos confían en que el anuncio de alto el fuego permanente por parte de ETA contribuya a consolidar el crecimiento del turismo en Euskadi, aunque no esperan un aumento tan significativo como durante la tregua de 1998 porque la situación turística ahora es notablemente mejor.
Los responsables de algunos establecimientos hosteleros de las tres capitales vascas opinaron, en declaraciones a EFE, que el alto el fuego beneficiará a todos los sectores económicos del País Vasco, ya que la ausencia de violencia terrorista dibuja un panorama de mayor "tranquilidad" y "confianza". El director del Hotel María Cristina de San Sebastián, Juan Araluce, consideró que el crecimiento de turistas no será "exponencial" como sucedió con la tregua de 1998, sino más moderado, debido a que el sector ya mantiene en los últimos años una tendencia positiva. "No esperamos un boom de reservas como pasó en la tregua anterior" porque Euskadi parte de una situación "más equilibrada" que en 1998, al haber transcurrido ahora cerca de mil días sin víctimas mortales causadas por el terrorismo, opinó Araluce, quien señaló que el alto el fuego puede servir de "catalizador" para intensificar el crecimiento turístico y superar los 1,9 días de estancia media que se registra en el País Vasco. Entre septiembre y diciembre de 1998 se incrementó en un 28% la entrada de viajeros en el País Vasco en comparación con los mismos meses del año anterior, según datos recogidos por el Eustat. La tendencia se mantuvo hasta el año 1999, ejercicio completo en el que llegaron a Euskadi un total de 1.486.884 turistas (un 6,7 % más que el año anterior), bajó en 2000 a 1.468.145 y tocó fondo en 2001, con un 5,5% menos que en el año precedente. El crecimiento desde entonces ha sido constante, quizá reflejando la ausencia de atentados mortales en Euskadi desde febrero de 2003, de forma que se ha pasado de los 1.512.081 viajeros de 2002 a los 1.825.043 del pasado año (un 20,69% más), mientras que los dos primeros meses de 2006 van marcando cifras de récord. También son de récord los datos que arrojan en enero y febrero de 2006 los agroturismos o casas rurales de Euskadi, aunque en éstos el crecimiento ha sido constante -desde los 56.561 viajeros de 1998 a los 96.192 de 2005-, ajenos al impacto de una actividad terrorista que, en cualquier caso, no impidió que el número de hoteles y hostales vascos evolucionara de los 271 de 1998 a los 367 de 2005. La repercusión del alto el fuego permanente apenas se notará en los hoteles vascos en Semana Santa, ya que en los días festivos no quedaban plazas para cuando ETA lo anunció, y habrá que esperar a que la decisión de la organización terrorista se consolide para comprobar su reflejo en el turismo. "Es un efecto que primero tiene que trasladarse a la opinión general para que luego se traduzca en una mayor demanda", declaró el director del vitoriano Hotel Lakua, Pedro Hernández, quien, tras señalar que se respira "optimismo por todas partes", expresó su "esperanza" de que el alto el fuego marque "un pico" positivo en la recepción de turistas. El director del hotel Carlton de Bilbao, Alberto Gutiérrez, quien opinó que el crecimiento de los últimos años pudo ser mayor si no hubiera existido terrorismo "de baja intensidad", se mostró "convencido" de que la ausencia de violencia relanzará la celebración de congresos y convenciones empresariales en Euskadi. El responsable de comunicación de los hoteles bilbaínos Ercilla y López de Haro, José Luis Martínez, manifestó su deseo de que el alto el fuego "se consolide y sea definitivo" para terminar con posibles recelos de visitar Euskadi y experimentar un "despegue" turístico "bestial". "En 1998 se notó mucho. Venía mucha gente que no lo había hecho antes. Nos pusimos un poco de moda San Sebastián, Bilbao... y espero que vuelva a ser así", señaló el director del donostiarra Hotel de Londres, Roberto Uriarte, quien como el director del Amara Plaza de la capital guipuzcoana, Raúl Fernández Acha, considera que habrá que esperar unos meses para comprobar el efecto del alto el fuego.
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