La industria crucerística sigue cayendo en el país mientras Boca del Toro ya tiene una propuesta de planeamiento

En los seis primeros meses del año, el número de pasajeros por vía marítima cayó un 18,2% en relación al primer semestre de 2007. Llegaron a las costas panameñas 36.419 pasajeros menos. Dato que sigue suponiendo un lastre para los resultados globales de 2008 a pesar de los buenos resultados registrados en el Aeropuerto de Tocumen, por donde pasaron un 25,3% más de pasajeros que entre enero y junio de 2007. Sólo en el mes de junio el número de turistas que llegó al país subió un 14%. Este crecimiento, unido al buen comportamiento registrado en mayo, 28,9%, cambió la tendencia negativa que se registró en el mes de abril, cuando la caída en el tráfico de cruceros provocó un leve receso (-0.1%) respecto al mismo mes del año anterior. Por la frontera de Paso Canoa, por su parte, entraron 57.150 visitantes, un 19.1 % más. En lo que se refiere al comportamiento del sector hotelero, las estimaciones del Ipat señalan que la tasa de ocupación promedia entre enero y mayo fue del 65,9%. La ocupación de los hoteles con más de 100 habitaciones fue de 77,8%; los de menos de 100 habitaciones tuvieron una ocupación promedio de 45,2%. Regulando el desarrollo de Bocas del Toro Bocas del Toro es precisamente una de las zonas más turísticas del país. Para conservar sus recursos naturales y desarrollar un modelo turístico sostenible, se está impulsando un plan de ordenamiento territorial y desarrollo urbano. El proceso se inició en 2005 ante la preocupación que generó en la comunidad la llegada de grandes proyectos residenciales y hoteleros y ya existe una propuesta en firme por parte de la organización The Nature Conservancy (TNC). El plan, que trata de acentuar el carácter natural del archipiélago y conjugar conservación y desarrollo, establece tres tipos de suelo: urbano, de expansión y rural. El primero está claro. El de expansión propone aquellas áreas hacia las que deberían crecer los núcleos urbanos de la isla, y para las zonas rurales el plan prevé usos residenciales y turísticos de bajo impacto. "Las características ambientales marcadas por el litoral de manglares y humedales requieren baja intensidad en estas áreas", apuntó. En la zona de ocupación leve, los lotes mínimos para proyectos residenciales deberían ser de 5.000 metros cuadrados y los turísticos no menores de 20.000 metros cuadrados. Además, dentro de cada lote se establecen coeficientes de ocupación de suelo, de utilización y de permeabilidad, "de manera que se garantice suelo natural abierto en cada parcela". También se limita la altura para que los edificios no sean mayores que las copas de los árboles, entre dos o tres alturas. El plan concluye que "todo el terreno se puede usar, pero con condiciones. Sólo hay una zona completamente protegida, que es el Parque Nacional de Bastimentos y su área de amortiguamiento". La propuesta ya se encuentra en manos del Municipio, que la utilizará como "insumo para la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial definitivo", apuntó Rodríguez. El trabajo se iniciará en agosto y se entregará en febrero de 2009. Entonces, pasará a consideración del Consejo Municipal de Bocas del Toro para que sea incorporado al ordenamiento local. Después será elevado a la Asamblea Legislativa para que se convierta en ley nacional. "La intención es garantizar la permanencia en el tiempo del plan, que la población se apodere del mismo y trascienda a los distintos gobiernos", dijo fuentes implicadas en la iniciativa. HOSTELTUR (latinoamerica@hosteltur.com)