Hoteles sostenibles: ¿Bienestar y confortabilidad para los huéspedes?
23 julio, 2015 (13:16:31)Hay una importante literatura sobre el turismo sostenible, en esta última década e incluso el turismo y el desarrollo sostenible, que para mí, tiene aun mas sentido, al menos si pensamos que esta actividad económica puede ser un instrumento para el desarrollo local e incluso a veces a nivel país.
Hablar de hoteles sostenibles y quizás mejor debería hablarse de alojamientos sostenibles, suena algo reciente, pero lo cierto es que se lleva al menos más de 25 años trabajando esta temática, desde un punto de vista atractivo para los propietarios y gestores de los establecimientos.
La idea que se manejo hace tiempo es correlacionar la sostenibilidad y más bien las mejoras ambientales (Puede verse en este manual titulado Mejoras Ecológicas para su Hotel, 1992, Arturo Crosby) con la rentabilidad económica, hecho realmente demostrable con cifras, lo que quitaba dudas sobre los resultados.
Que los hoteles sostenibles son rentables, y seguramente mas rentables, pensando en negocios duraderos, es algo demostrable.
De facto, grandes cadenas hoteleras, nuevos resorts turísticos, líneas aéreas e incluso algunos destinos turísticos, han llevado a cabo acciones en pro de la sostenibilidad, pero con miras claras a su beneficio económico. Y si esta gente ha apostado por su implementación, estén seguros que funciona, independientemente del “green-washing” que se le añada.
Hay un hecho no cuestionable y es que la sostenibilidad implica competitividad y debería ser también viceversa, porque si no se obtuviese esa rentabilidad, dejaría de poder ser sostenible.
Quizás uno de los mayores problemas para esta oferta turística que se quiere posicionar en el mercado como hoteles sostenibles es el gap o brecha que existe entre oferta y demanda, no solo por no identificar claramente el nicho de mercado que lo hay y creo debería buscarse en el “mercado verde”, (de crecimiento casi exponencial, con mucha fidelidad y con demanda cautiva importante) sino sobre todo porque la cadena de valor y la experiencia ofrecida en el hotel, no se identifica nada o poco, con las expectativas de la clientela potencial y eso quiere decir que los huéspedes en líneas generales, no encuentran ese valor diferenciador, por el cual escoger esta tipología de alojamiento.
No se trata de apostar por un certificado o marca verde, que después el mercado no identifica, sino de saber comunicar eficientemente los resultados positivos de aplicar políticas de sostenibilidad que sean percibidas positivamente por los huéspedes.
Si se piensa en un ROI (retorno de la inversión) positivo, hay que además saber invertir en aquellos factores, variables y elementos que sean fácilmente perceptibles por la demanda, tanto antes, durante como después de la estadía.
Si se tiene claro los objetivos, no es complicado diseñar una planificación y diseño del producto y experiencia para hoteles sostenibles, pensando en los elementos que conforman esa cadena de producción y de valor, enfocándola al bienestar y confortabilidad de esta demanda potencial, que tampoco debiera de pagar más, salvo que quiera consumir servicios y productos adicionales.
Con mis respetos, pero la opción de no cambiar las toallas y el uso de papel reciclado, hace tiempo que dejaron ser atributos diferenciadores para esta oferta.
Queda mucho por hacer, pero se puede y se debe, porque es una opción de alojamiento rentable, tanto para el hotel, como para el huésped, pero es necesario aplicar la inteligencia creativa y emocional.
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