El presidente de Trasmediterránea dice que la coyuntura económica no recomienda "correr demasiado" en la privatización

El presidente de la naviera española Trasmediterránea, Miguel Ángel Fernández Villamandos, auguró una rápida privatización de la compañía, aunque matizó que "las circunstancias económicas no recomiendan correr demasiado". Durante la presentación ayer del nuevo crucero "Bolero" en el puerto de Barcelona, Fernández Villamandos señaló que la privatización de Trasmediterránea se dará "en cualquier momento". Asimismo matizó que "es responsabilidad de los accionistas" mientras que "los gestores debemos hacer que la empresa sea eficiente". Villamandos, quien asistió en Barcelona a la salida del primer crucero de la sociedad Spanish Cruise Line (SCL) (formada a partes iguales por Trasmediterránea, Festival Cruises e Iberojet), afirmó que la nueva empresa española de cruceros proyecta la construcción de un nuevo buque para "2002 ó 2003" y que antes del próximo verano elegirá al astillero que se encargará de su construcción. Este crucero todavía sin construir tendrá una capacidad de 2000 pasajeros y un coste aproximado de 41.600 millones de pesetas (250 millones de euros). El pasado febrero la compañía abrió el plazo de ofertas a los astilleros para la construcción del nuevo buque. El presidente de Trasmediterránea, y también de SCL, explicó que en mayo obtendrán los resultados y que "antes de verano" tomarán una decisión. Entre las ofertas figura la del astillero español Izar, formado por Aesa y Bazán. El buque contará con 854 camarotes, una zona de solarium que dispondrá de dos piscinas y capacidad para 800 hamacas y otra de deportes, con gimnasio, sauna, masaje, dos jacuzzi, pista polideportiva para paddle y tenis y pista de jogging. También tendrá biblioteca, casino, salón de belleza, zona comercial, salón de juegos y cuatro restaurantes. En el ejercicio 2001, "Bolero", propiedad de Festival Cruises y alquilado a SCL, espera transportar 26.000 cruceristas y obtener unos ingresos de 5.000 millones de pesetas (30,05 millones de euros) durante los ocho meses de actividad que tendrá este año. El "Bolero" zarpó el lunes en la tarde de Barcelona y recorrerá Cerdeña, Túnez, Malta, Nápoles, Roma y Niza para regresar de nuevo a la capital catalana. Tiene capacidad para 900 pasajeros e inicia su primer viaje con una plena ocupación. La compañía prevé realizar un total de 30 cruceros de una semana por el Mediterráneo en 2001 y en invierno cambiará su itinerario por el Caribe con la intención de recibir un total de 40.000 pasajeros. El "Bolero" tiene 160 metros de eslora, 401 camarotes, siete cubiertas, cine, casino, discoteca, salón de belleza, un centro deportivo, una zona comercial, dos piscinas con solarium, dos restaurantes y cinco bares. Los precios de este pasaje oscilan entre las 79.000 pesetas (474,8 euros) y las 195.000 pesetas (1.171,97 euros), aunque en temporada alta ascienden a las 115.000 pesetas (691,16 euros) los más baratos y hasta 289.000 pesetas (1.736,92 euros) el precio máximo. Fernández Villamandos resaltó que con estas tarifas los cruceros dejan de ser "privativos" porque "una parte importante de la población española se puede permitir" pagar estos billetes. Casi la totalidad de los clientes del "Bolero" son españoles, por lo que la comida y el tipo de entretenimiento también están orientadas al mercado nacional, una apuesta "estable a largo plazo" y que "se consolidará" con la construcción del nuevo buque en el 2003, aseguró el presidente de SCL. España tiene unos 75.000 cruceristas anuales, mientras que en países como Francia, Italia, Alemania o Inglaterra la cifra asciende al medio millón. Por otra parte, el puerto de Barcelona recibe unos 500.000 cruceristas a lo largo del año, la mitad de los cuales parten de la Ciudad Condal y el resto son en tránsito.