Agencias de viajes: más quiebras que desempleo

Cuando arranco la crisis, allá por 2008, el sector contaba con unas 12.000 agencias de viajes (centrales más puntos de venta) que daban trabajo a 60.000 trabajadores. Estos datos arrojaban una cifra de cinco empleados por punto de venta (incluyendo el personal de fuera de mostrador de las grandes agencias).

Más de cinco años después el sector ha sufrido unos 5.000 cierres mientras que el nivel de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha bajado hasta los 48.000, los que proporcionalmente supone una menor incidencia en los niveles de desempleo que en los cierres empresariales, ya que si se hubiera cumplido en igual proporción nos encontraríamos con 30.000 desempleados, 2,5 veces más de los que hay.

La razón hay que buscarla en que a la vez que se han producido cierres también ha habido aperturas de nuevas agencias, que nacen con las estructuras adecuadas a la nueva situación. Y en muchas ocasiones, de la mano de agentes que se vieron en la calle al cerrar la agencia en la que trabajan y que se han convertido en empresarios forzosos con el extendido autoempleo.

En otros casos otras agencias se han hecho con los servicios de agentes con experiencia en condiciones ventajosas para la empresa y con una pérdida de nivel adquisitivo por parte del agente. También ha funcionado la fórmula de franquiciados o la del free lance que trabaja por su cuenta y reparte la comisión con la agencia aprovechando los menores requisitos que la liberalización que ha traído la Bolkestein a la intermediación turística.