Entrevista a Maria Abellanet, CEO del centro universitario CETT

La gestión del turismo debe basarse en evidencias, no sentimientos o modas

Frente a las voces que reclaman el “decrecimiento turístico” o que las personas viajen menos en avión

Publicada 06/02/20 -Actualizada 05/03/20 02:00h
La gestión del turismo debe basarse en evidencias, no sentimientos o modas
  • "El movimiento de personas alrededor del mundo por motivos muy diferentes seguirá creciendo”
  • "El turismo debe contaminar menos, pero no podemos atribuir toda la contaminación al turismo”
  • "El turismo debe explicar a la sociedad relatos reales, con ejemplos prácticos del territorio"

En un mundo donde aumentan las voces que reclaman el “decrecimiento turístico” o que las personas viajen menos en avión, las empresas turísticas deben mantener la cabeza fría pero sin eludir sus responsabilidades sociales y medioambientales. “Si se hacen las cosas bien, se irá generando una mejor complicidad con la sociedad”, dice la experta Maria Abellanet, CEO del centro universitario CETT.

Maria Abellanet es CEO del CETT, que integra un centro universitario, el Hotel Alimara Barcelona, una residencia de estudiantes y la firma CETT Consultores.

Las previsiones de la OMT apuntan a que llegaremos a los 1.800 millones de llegadas internacionales hacia 2030. En 2018 ya se alcanzaron los 1.400 millones, dos años antes de lo previsto ¿Cómo cree que el crecimiento del turismo a nivel global afectará a los destinos en la década 2020-2030?

La tendencia al alza del turismo en los próximos años tiene una afectación directa en el mercado global ya que no habrá ninguna región turística, según la OMT, que presente variaciones negativas desde un punto de vista de crecimiento cuantitativo. Por tipologías, se espera que el turismo urbano erá el que experimentará un crecimiento más significativo respecto a otros entornos.

¿Por qué?

En parte, debido a la incorporación progresiva de nuevos mercados emisores en el panorama turístico que representarán, sin duda, un reto para aquellos destinos considerados maduros. Esos destinos deberán realizar mayores y mejores esfuerzos en la adecuada gestión y planificación del turismo, en detrimento de una promoción más convencional.

¿Y qué me dice de los destinos emergentes, cómo les afectará el crecimiento?

Para ellos, representa una oportunidad para establecer y marcar unas pautas definitorias en sus modelos turísticos, que deberán estar orientados hacia una visión responsable y gradual en su desarrollo e implementación.

¿La conclusión es que el crecimiento turístico es inevitable?

Sí. Le podemos llamar turismo o de otra manera, pero el movimiento de personas alrededor del mundo por motivos muy diferentes crecerá y lo hará por el propio desarrollo de la economía a nivel global. Es algo estructural. Pero como decía antes, quizás distinguiría mucho entre destinos maduros y destinos emergentes.

¿En qué sentido?

Los destinos más maduros se tienen que repensar, incorporando esos temas de sostenibilidad, porque ya tienen sus infraestructuras hechas y muchas cosas ya consolidadas, por lo que podemos encontrar aquí más fricción. Y por lo que respecta a los destinos emergentes, lo que sería muy deseable es que se diseñasen ya teniendo en cuenta la experiencia de los otros destinos, teniendo en cuenta esos criterios de sostenibilidad.

Se ha referido al turismo simplemente como “movimiento de personas”. ¿Quizá en el siglo XXI convendrá reformular el concepto clásico de turismo?

O podemos ampliar ese concepto, porque al final lo que acaba colapsando los lugares es: mucha gente en el mismo lugar y en el mismo momento. Lo que pasa es que si hilas fino encontrás muchos más matices de dónde procede la gente, por qué van a esos lugares, etc. Por ejemplo, hay miles de personas que van a estudiar a otro país, o que se desplazan para visitar amigos repartidos por todo el mundo, etc, eso también es turismo. O quizá en el futuro nos moveremos menos por temas de sostenibilidad, pero creo que no será así .

Hablando de sostenibilidad, las posturas más radicales dicen que sería necesario ir hacia el decrecimiento turístico en ciudades como Barcelona, que usted conoce bien ¿qué opina? ¿qué pros y contras ve?

Contras, todos. Tampoco digo crecimiento. Lo que digo es repensar y gestionar. Y si hablamos de Barcelona, no separaría la gestión del turismo de la gestión de la ciudad, que es un todo que integra movilidad, sostenibilidad, espacios, seguridad, vivienda… Todo ello afecta al turismo.

Pero también surgen otros movimientos, como la vergüenza a volar.¿Cree que estas tendencias sociales podrían llevar a un crecimiento en las llegadas de turistas por debajo de las previsiones de la OMT ?

Creo que en ese caso se produciría un cambio en el origen de las personas que visitan un lugar determinado. Si por ejemplo alguien decide no ir a París para no coger el avión, quizá viajará a los Pirineos en un coche eléctrico. Pero lo que no va a pararse es el deseo de la gente de vivir experiencias con otras personas, en la naturaleza, con otras culturas... Eso no lo podremos evitar porque es inherente en las personas. Aún así no creo que dejemos de volar en avión, creo que se desarrollarán tecnologías en la aviación que no contaminen tanto. Y en todo caso, tampoco se puede atribuir toda la contaminación del planeta al turismo. El turismo debe contribuir sin lugar a dudas a contaminar menos. Pero en la reciente Cumbre del Clima en Madrid apenas se han alcanzando acuerdos y grandes potencias ni han acudido y seguirán contaminando. Por tanto, lo que diría es menos hipocresía con todo esto.

Es decir...

Busquemos una gestión integral sostenible en un sentido amplio. Modifiquemos las medidas con las que se evalúan los impactos del turismo. Incorporemos estos tipos de temas socioeconómicos ambientales. Pero no seamos drásticos porque eso no nos llevará a buen puerto.

"Los destinos tendrán que adaptarse a un turista más exigente, sensible y atento a los detalles relativos a su experiencia y a la utilización responsable de recursos"

Ante estos nuevos retos ¿Qué objetivos prioritarios deberían perseguirse?

Más allá de la lectura de un crecimiento global, en los próximos años tomarán fuerza nuevos valores y factores a la hora de viajar. En este sentido, los destinos deben plantear escenarios distintos a los que hoy se presentan. Tendrán que adaptarse, principalmente, a la figura de un turista cada vez más exigente, más sensible y atento a los detalles relativos a su experiencia y a la utilización responsable de recursos en el marco de su viaje. En este sentido, se trata de un turista que da importancia al consumo de productos locales, consecuente con la huella ecológica que deja, y tecnológicamente preparado en todas las etapas del viaje.

Pero ese turista más respetuoso y tecnológico del que usted habla, me temo que no está suficientemente cuantificado ni estudiado a fondo…¿Sabemos realmente si existe?

Lo que sí sabemos es que se están produciendo cambios sociales que hacen que las personas evolucionen y deseen en general otro tipo de experiencias. Efectivamente faltan más estudios en profundidad de este tipo de nuevos perfiles de viajeros. Y también faltan datos de impactos que no sean solo el volumen de ingresos, el gasto medio, o el número de pernoctaciones.

Yo le puedo decir que, como periodista especializado en turismo, hace 20 años que estoy utilizando esos mismos indicadores porque no dispongo de otros a mi alcance…

Pues además de los datos económicos necesitamos también datos socioculturales, otros que nos digan cómo evoluciona la gobernanza y los compromisos mutuos para llegar a consensos, etc. Datos que en algunos casos pueden ser cualitativos y en otros cuantitativos, pero que nos podrían ayudar a medir mejor el impacto del turismo. O por ejemplo podríamos manejar datos de otros sectores económicos que forman parte de la cadena de valor del turismo. Por tanto, yo no aislaría tanto el turismo a la hora de medir sus impactos. Creo que en general miramos el turismo como algo demasiado aislado del contexto. Nosotros, desde el CETT en colaboración con la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento, ya estamos trabajando en grupos de investigación desarrollando nuevos indicadores de sostenibilidad, Esos datos deberán ayudar a una gestión basada en evidencias, no guiada por sentimientos o por modas.

"En general miramos el turismo como algo demasiado aislado del contexto"

Si me permite una sugerencia, creo que esos nuevos indicadores deberán ser bien explicados a la sociedad, haciendo pedagogía, porque las críticas contra el sector arrecian ¿Quizá es culpa nuestra, como sector, no haber sabido comunicar bien de puertas a fuera todo lo que significa el turismo?

Quizá, pero no eludamos las responsabilidades que el sector deben tener respecto al turismo y los impactos que generan en el destino. Es importante reconocer esto, actuando en consecuencia.

A ver si la estoy siguiendo bien ¿Me está diciendo que las empresas turísticas deben tener un papel más activo para ser más responsables con su propio destino?

Sin lugar a dudas. Creo que la responsabilidad es compartida por todos los actores que participamos en el turismo. También de los propios turistas. Pero las empresas no pueden eludir esa responsabilidad. Si se hacen las cosas bien, si se hacen mejor, se irá generando una mejor complicidad con la sociedad, una mejor comunicación. Por tanto creo que deben explicarse relatos reales, con ejemplos prácticos del territorio y con resultados tangibles.

Sin embargo, ahora mismo hay un relato hegemónico en los medios de comunicación, redes sociales, tertulias de radio, etc, de modo que cuando se habla del turismo siempre es para mal. Eso sería turismofobia. ¿Cree que ese sentimiento ha cogido a contrapié al sector turístico?

Prefiero no usar el concepto turismofobia, creo que es algo absolutamente interesado y que no debería formar parte ni del análisis .

Pues en Barcelona y en otras ciudades hay un montón de pintadas en la calle que dicen “Tourist go home”, “Tourism kills the city” y otras cosas peores…

Sí, es verdad, pero yo no haría de la parte el todo. Creo que esos son cosas puntuales, de ciertos grupos y en espacios que probablemente tienen una alta presión sobre la que se debe actuar más, con implicación de todos.

"Continúa siendo difícil medir el retorno del turismo. Y este hecho contribuye que a menudo se haga una interpretación sesgada de la realidad"

¿Cuál sería su recomendación para el sector para contrarrestar esta mala imagen que tiene el turismo ahora?

El desafío al que se enfrenta el sector está intrínsecamente ligado al territorio y a los condicionantes económicos, socioculturales y ambientales. Primero hay que determinar y entender el impacto y retorno social real que genera la actividad turística. Como comentaba antes, pese al gran numero de indicadores que se recogen, continúa siendo difícil medir dicho retorno. Y este hecho contribuye que a menudo se haga una interpretación sesgada de la realidad.

¿Qué propone?

Se debería poder realizar una lectura objetiva, tanto de las aportaciones del turismo, como de la efectividad de las medidas de gestión aplicadas en los destinos, mediante la incorporación de indicadores alternativos y de nuevas fuentes de conocimiento, basadas en evidencias. En definitiva, se trata de implantar sistemas de gestión inteligente a través de la tecnología, la innovación y el conocimiento, con el objetivo de conseguir un turismo más sostenible, accesible y de calidad que garantice el equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación ambiental y del entorno socio cultural. En este sentido, la formación y la investigación aplicada resultan palancas clave para mejorar la gestión del turismo en todas sus dimensiones y, en consecuencia, para mejorar la imagen del sector.

¿Esto es algo que solo debe hacer el sector turístico por su cuenta?

También es necesario considerar e implicar a todas las personas que participan en la cadena de valor del turismo, incluyendo turistas y residentes, y fomentar espacios de relación interpersonal e intercultural para enriquecer la experiencia de ambos. De hecho, como anuncia la OMT, cualquier estrategia de gestión debe planearse desde la gestión responsable de recursos y según los impactos detectados por la población. La inclusión de los puntos de vista de los residentes debe considerarse antes, durante y después de la toma de decisiones, lo que puede condicionar las medidas emprendidas y enriquecer el intercambio de información con los entes gestores.

"La inclusión de los puntos de vista de los residentes debe considerarse antes, durante y después de la toma de decisiones"

Voy a hacer de abogado del Diablo. Esas mesas de participación, donde se juntan unos vecinos con unas empresas y la administración ¿no podrían acabar siendo mecanismos de decisión menos democráticos en comparación con los programas electorales de los partidos que se someten a votación?

Yo creo que son cosas complementarias y necesarias las dos. A pesar de las deficiencias que puedan tener esas mesas de participación, es mejor que existan respecto a que no existan. Por ejemplo, yo participo en el Consejo de Turismo y Ciudad de Barcelona y lo valoro muy positivamente porque es un espacio de aprendizaje, porque permite compartir puntos de vista y escuchar activamente a los otros. Los que participamos en ese consejo estamos ahí con el objetivo común de preservar la ciudad y que el encaje entre la actividad turística y el progreso social se pueda ir produciendo. Y eso no se hará de golpe. Pero me parece que si no hubiera ese tipo de instrumentos seríamos más pobres .

¿Por tanto usted recomienda este tipo de iniciativas a otros destinos turísticos?

Me dirán utópica pero yo lo recomendaría a otras ciudades o barrios desde luego. Tenemos identificado un objetivo común que es superior a los intereses personales de cada uno de nosotros. Bajo ese prisma hacemos aportaciones para aproximarnos al máximo entre todos. Sabiendo que a veces hay intereses contradictorios entre las partes. Pero insisto: es un espacio de aprendizaje. No sales igual de ahí. Todos debemos aprender. Y eso no se hace en dos días. En cualquier caso en esas mesas de participación no se decide, se propone. y ahora estamos trabajando para que pueda haber un traspaso de ese diálogo a las diferentes áreas del ayuntamiento y ver de qué manera las propuestas que salen de ahí se ejecutan y pueden evaluarse.

Se supone que muchas cosas de las que hemos hablado en esta entrevista, para hacer un mejor turismo, serán realizadas por las nuevas generaciones de profesionales del turismo. ¿Qué les diría?

Necesitaremos profesionales más formados, capaces de poder cambiar de trabajo o de actividad a medida que el turismo evolucione, para que incidan directamente en la transformación del sector. A un joven le diría que hay que ser adaptables, que el turismo es un mundo de oportunidades, de cambios y transformación personal, de experiencias, de contacto con personas... Y esa interacción es brutal.

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Esta entrevista forma parte del tema de portada de la revista HOSTELTUR enero-febrero y puede descargarse como PDF haciendo click en el siguiente botón de enlace

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