El uso obligatorio de la mascarilla se mantendrá en el transporte público

Alemania levantará todas las restricciones COVID empezando por Berlín

Publicada 02/04/22 -Actualizada 15/04/22 02:28h
Alemania levantará todas las restricciones COVID empezando por Berlín

Berlín ha sido desde este viernes el primer estado alemán en levantar prácticamente todas las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, aunque se mantendrá el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público y en las instalaciones sanitarias. Está previsto que, a lo largo del fin de semana, el resto de estados federados le sigan, así como en continuar con la utilización del tapabocas en interiores durante por lo menos otro mes. Los distritos o regiones que presenten unos indicadores pandémicos muy elevados podrán declararse "focos", lo que significa que seguirán vigentes ciertas restricciones, en especial las de acceso para los no recuperados o vacunados a ciertos espacios.

Sin embargo, en la capital, por primera vez en dos años, los berlineses podían este viernes acudir a los comercios sin mascarilla, semanas después de que desaparecieran los controles para determinar el estatus de inmunidad a la puerta de los negocios de productos no esenciales.

El uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio en autobuses, Metro y Cercanías, así como en hospitales, consultorios médicos y residencias de ancianos, tal y como prevé la Ley Federal de Protección frente a Infecciones.

Desde este viernes, tampoco será necesario presentar un test negativo o un certificado de vacunación o de recuperación para hacer uso de la hostelería o pernoctar en un hotel, donde imperaba la normativa 3G (por las siglas alemanas de vacunado, recuperado, testado).

Según el Instituto Robert Koch de virología (RKI), que cifró este viernes la incidencia acumulada en los últimos a siete días en 1.586,4 infecciones por cada 100.000 habitantes, Alemania ha superado ya el pico de la ola actual y el número de contagios está cediendo. En Berlín, la incidencia se ubicó en 915,8 nuevos casos por cada 100.000 habitantes y la tasa de hospitalización en 18,4 ingresos por el mismo número de residentes en siete días. Ello implica que dos de los tres "semáforos" que se usan como indicador de la gravedad de la pandemia están en rojo.

La alcaldesa-gobernadora de la capital, la socialdemócrata Franziska Giffey, rechazó la posibilidad de retrasar la relajación de medidas en vista de la situación, puesto que "los hospitales no están saturados", argumentó.

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