Hotel & Spa ****Sup Castillo de Peñíscola: el espectáculo del mediterráneo desde 80 palcos
El nuevo concepto de hotel con palco
El establecimiento invierte más de 10 millones de euros en su transformación
Publicada 28/06/22
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El Hotel & Spa Castillo de Peñíscola se encuentra en un emplazamiento único en la mejor playa de Peñíscola (Castellón). Tras la reciente reforma se han transformado 80 de sus habitaciones a través de un diseño arquitectónico inspirado en los palcos de los teatros de ópera. Con esta propuesta la orientación de la habitación toma como eje las vistas desde el balcón, lográndose la sensación de correr la cortina y asomarse a un espectáculo único: solo se ve el Mediterráneo y el Castillo del Papa Luna sobre el mar.
Este singular hotel está especialmente orientado al descanso y el disfrute en pareja. Por ello se ha configurado un exclusivo spa diseñado para sesiones privadas. Cuenta con servicio de restauración en modalidad 'in & out', de modo que los huéspedes pueden comer o cenar bien en el restaurante interior o en la terraza situada ante el principal paseo marítimo de la localidad. En el ático del edificio se ubica una terraza palco-bar especialmente concebida para el tardeo y para el placer un atardecer único.
El diseño de experiencia de cliente se configura a partir la siguiente secuencia:
Abrir la cortina y ver el espectáculo de la mañana: amanecer, la calidez de la luz y las sombras proyectadas. Desayunamos y volvemos a la habitación, nos asomamos desde el palco para tener veinte minutos hablando de historia y de historias. De la Historia que ha vivido Peñíscola y de las historias que se han rodado allí. Bajamos a la playa. Son apenas 100 pasos desde recepción. Al volver un poco de piscina y pasamos a comer.
Es el espectáculo de mediodía. La luz ahora es más cenital. Después de comer la siesta, nos acostamos con el sonido de las olas y nos despertamos con el mismo sonido. Empiezan a inclinarse los rayos de sol y ahora las sombras proyectadas se dirigen hacia el mar. Subimos al ático-bar a hacer tardeo. Otro palco, este más grande y compartido con unos pocos huéspedes, un palco de altura. Es el espectáculo del atardecer. Habrá que pensar en cenar. A la vuelta de la cena un nuevo y último espectáculo del día. Delicioso. Plácido. Memorable. Se cierran las cortinas. Mañana, más.
