Crisis por coronavirus

Para pymes argentinas el verano no fue bueno, pero podría haber sido peor

La visión de CAME contradice el análisis oficial

Publicada 01/03/21 -Actualizada 25/03/21 02:04h
Para pymes argentinas el verano no fue bueno, pero podría haber sido peor

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) presentó su análisis de los números de la temporada de verano del coronavirus en Argentina, a la que da por finalizada, y asegura que el resultado fue negativo, aunque se esperaba que fuera todavía peor. Hubo un 28,9% menos de turistas movilizándose por el país, con un gasto sumamente austero.

Tal como lo contó HOSTELTUR, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Argentina dio a conocer los resultados de enero y febrero, los dos meses más fuertes de su temporada de verano, en materia de turismo interno. Informaron que se registró un movimiento de más de 12 millones de viajeros y calificaron a la alta estival como “exitosa”, tanto en volumen como en ocupación hotelera.

(Ver: Más de 12 millones de argentinos viajaron por su país en enero y febrero)

Pero aunque la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) admite los números, hace una lectura completamente diferente. A través de un comunicado, la entidad presentó los datos desde la perspectiva del sector privado nacional.

Por un lado, sostiene que durante toda la temporada 2021 (a la que dan por finalizada con el inicio de las clases) se movilizaron 22,4 millones de pasajeros domésticos; pero, por el otro, esto significó una baja del 28,9%, respecto al verano de 2020, momento inmediatamente anterior a la pandemia.

Cuando la CAME habla de la temporada, suma a enero y febrero los resultados de la segunda quincena de diciembre, en la que se produjo un fuerte movimiento, porque fue el momento en que se rehabilitó el turismo interno, luego de una de las cuarentenas más extensas del mundo. Y las Fiestas potenciaron esos viajes.

En un análisis más detallado, la cámara identificó algunas importantes tendencias, como que “se hicieron viajes más cortos y cercanos” y que “tomó mucha relevancia el turismo rural”. Además, se verificaron picos de movimiento sobre el final de enero y durante el fin de semana de Carnaval (se calculan más de 3 millones de turistas), lo que “entusiasma con tener una buena Semana Santa”, que será el próximo fin de semana largo.

Y en una visión federal, aseveraron que las provincias se movieron gracias al turismo lugareño, especialmente aquellos pasajeros que habitualmente viajaban a Brasil, Chile o Uruguay. En lo gastronómico, “la estrella del verano fueron las cervecerías artesanales”.

Aún así, el consumo también recibió el impacto de la pandemia y de la crisis económica en la que se encuentra el país. El gasto directo de esos 22,4 millones de turistas fue de AR$ 201.158 millones (US$ 2.232 millones). “El turista este verano fue excesivamente discreto con sus gastos, lo que se sintió en la venta comercial”, sostuvo la entidad.

En ese aspecto, se explica también que, a pesar de la caída del 28,9%, “en muchas ciudades los empresarios consultados marcaron que la temporada fue mala, pero esperaban algo peor”. De hecho, los datos iniciales no eran buenos y estaban marcados por la incertidumbre respecto a la duración que tendrían las reaperturas, ante la amenaza de una posible “segunda ola”. Pero “el verano comenzó de menor a mayor”. Desde la segunda semana de enero, cuando se notó una baja de casos activos de COVID, afirman, “el turismo comenzó a incrementarse, alcanzando picos en el último fin de semana de enero y durante el feriado de Carnaval”, tal como se señalaba anteriormente.

Para la CAME, entre los factores que “salvaron” la temporada estuvo la imposibilidad de viajar al exterior, especialmente a Uruguay, y la necesidad de salir de viaje luego de muchos meses de encierro, lo que globalmente se conoce como “turismo de venganza”. Cuando esto se suma a la prudencia de los viajeros y a presupuestos más acotados, se entiende por qué el movimiento generó picos en los fines de semana y, como consecuencia, estadías más cortas.

Según la gremial empresaria, en 2020 la estadía media había sido de 4,2 días, pero en 2021 descendió a 3,8.

Estos viajes más cortos, se pueden ver mucho más claramente en el número de excursionistas: unos 36 millones se trasladaron por el día a lugares cercanos, con un gasto promedio diario de AR$ 1.300 per cápita, dejando un total de AR$ 46.700 millones. En todo el verano, la erogación total directa del verano entre turistas y excursionistas ascendió a AR$ 248.000 millones.

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