Corea: La escasez de hoteles en el país asiático obliga a la organización del Mundial de Fútbol a recurrir a los clubes de alterne

Publicada 10/06/02
Corea: La escasez de hoteles en el país asiático obliga a la organización del Mundial de Fútbol a recurrir a los clubes de alterne
Algunos de los aficionados desplazados a Corea del Sur para presenciar in situ los partidos del Campeonato del Mundo de Fútbol 2002 se alojan en clubs de alto estanding, debido a la falta de alojamientos en los hoteles convencionales.
Algunos de los aficionados desplazados a Corea del Sur para presenciar in situ los partidos del Campeonato del Mundo de Fútbol 2002 se alojan en clubs de alto estanding, debido a la falta de alojamientos en los hoteles convencionales. La escasez de instalaciones hoteleras, más o menos cercanas a los estadios y centros de concentración de las diferentes selecciones, motivó a la organización del Mundial a recurrir a curiosas alternativas para dar cabida a todos los turistas deportivos que asisten al campeonato mundialista en la sede oficial coreana. Así, establecimientos que habitualmente emplean los coreanos para "relajarse" en compañía femenina -y no precisamente para dormir-, albergan estos días a todo tipo de aficionados que pasan la noche ambientados por una singular decoración, entre la que destaca, por ejemplo, la existencia de camas redondas. Uno de esos clubes de alterne, el Mint-hotel de Jeonju, ciudad en que España disputó sus dos primeros y afortunados enfrentamientos ante Eslovenia (3-1) y Paraguay (3-1) cuesta al turista occidental 70.000 'won' (unos 64 euros) por noche, mientras que la misma habitación por hora varía entre 10.000 y 20.000 'won' (9 y 18 euros). En el Mint-hotel hay más de 90 habitaciones y en cada piso se ofrece al visitante una amplia gama de cintas de vídeo pornográficas y otros objetos dignos de encontrarse en cualquier sex shop. Todos estos establecimientos cuentan, entre otras particularidades, con un discreto acceso al que sólo es posible llegar en coche, además de anunciarse con escasas señas de identidad: entrada y salida dotadas de cortinas de flecos para evitar la visión de los vehículos desde el exterior. La iluminación, las bebidas a base de ginseng, la vaselina, un guión ilustrado a modo de mini Kamasutra y el conocido love chair (un sillón rojo parecido a un aparato gimnástico) son complementos indispensables en todos los cuartos que, por supuesto, están isonorizados, afortunadamente para el nuevo tipo de clientela que el Mundial ha deparado.
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