Las previsiones del World Economic Forum

El turismo (y España) frente a la cuarta revolución industrial

Las fuerzas tecnológicas empujan a las compañías bien a la innovación o hacia su desaparición

Publicada 29/01/17 -Actualizada 03/07/18 22:58h
El turismo (y España) frente a la cuarta revolución industrial
  • Las tres revoluciones industriales anteriores cambiaron el modo en que construíamos cosas o movíamos las mercancías.
  • La cuarta revolución industrial nos cambiará a nosotros mismos
  • La posición de España en los ránkings de innovación que elabora el World Economic Forum no es para tirar cohetes

El 88% de las compañías que formaban parte de la lista Fortune 500 a mediados de la década de 1950 ya no existen. “Cada vez más, las fuerzas tecnológicas empujan a las compañías bien a la innovación o hacia su desaparición”, advierte el World Economic Forum. No hay término medio. Y con la cuarta revolución industrial en marcha, la nueva economía del turismo se mueve aún más rápido. ¿Podrá España subirse al tren?

Las tres revoluciones industriales anteriores (protagonizadas por el vapor, la electricidad y los ordenadores sucesivamente) cambiaron el modo en que construíamos cosas o movíamos las mercancías.

Pero la cuarta nos cambiará a nosotros mismos. Hasta el punto que no distinguiremos si, al contactar telemáticamente con una empresa, estamos hablando con un sistema de inteligencia artificial o con una persona.

O que a veces podamos preferir ser atendidos en un establecimiento turístico por un robot en lugar de un empleado humano.

Según expone Klaus Schwab, economista alemán y fundador del Foro Económico Mundial, “estamos al principio de una transformación global que se caracteriza por la convergencia de las tecnologías digitales, físicas y biológicas en modos que están cambiando el mundo que nos rodea y a nuestra propia idea de lo que significa ser humano”, tal como explica en su libro “La cuarta revolución industrial” publicado en 2016.

Además, “los cambios serán históricos en términos de tamaño, velocidad y alcance”.

En cualquier caso, las transformaciones que traerá la cuarta revolución industrial no vendrán definidas por un tipo particular de tecnologías emergentes, “sino por la transición hacia nuevos sistemas que están siendo construidos sobre la base de las infraestructuras digitales”, apunta el fundador del World Economic Forum.

Y a medida que esas tecnologías sean omnipresentes, “alterarán el modo en que producimos, consumimos, nos comunicamos, movemos, generamos energía e interactuamos con los demás”.

Pero no todo será de color rosa. “Los aspectos fundamentales y naturaleza global de esta revolución también plantea nuevas amenazadas relacionadas con las disrupciones que podría causar, afectando el mercado de trabajo, el futuro de los empleos, desigualdad de ingresos, la seguridad geopolítica así como el sistema de valores sociales y el marco ético”, añade Klaus Schawab.

Las tecnologías digitales serán cada vez más omnipresentesLas tecnologías digitales serán cada vez más omnipresentes

Un nuevo entorno nos rodeará

De hecho, el entorno que nos rodea va a cambiar sensiblemente en los próximos años.

Así, gracias a la expansión del “internet de las cosas”, el número de dispositivos conectados de manera autónoma casi se triplicará en los próximos años, pasando de 13.400 millones de aparatos a 38.500 millones hacia 2020.

Esas “cosas” podrán ser wearables que llevaremos encima y que controlarán nuestro estado de salud por ejemplo; robots que nos estarán atendiendo en hoteles, cruceros y parques temáticos; coches sin conductor que solicitaremos en mitad de la calle a través de una app...

¿De qué modo particular estas transformaciones moldearán la nueva economía del turismo?

Según apunta Dimitrios Buhalis, director del eTourism Lab de la Bornemouth University, “la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el turismo inteligente, el big data y las tecnologías wearables probablemente van a traer las disrupciones más importantes al mundo de los viajes”.

Buhalis, que impartió una conferencia en la World Travel Market de Londres 2016 sobre los cambios que llegan al sector turístico, cree que “la tecnología se convertirá esencialmente en nuestro asistente personal, un ‘conserje’ que ayudará a los viajeros en cada paso de su viaje”.

Y ello será posible gracias al procesamiento de big data y analíticas que ofrecerán este tipo de soluciones a medida.

“Y cada vez más, el márketing se orientará desde el punto de vista de la oferta hacia el lado de una demanda dinámica. Esto significará que sólo las organizaciones flexibles y dinámicas que puedan añadir valor en todo momento estarán en posición para competir y desarrollarse”.

De hecho, la propia tecnología está creando un viajero “más exigente e impaciente”, según reconoce la agencia de viajes online más importante del mundo, el grupo Expedia-Booking, en su informe de tendencias para 2017.

En este sentido, el turismo se mueve hacia la “gratificación instantánea 2.0”, donde el 44% de los viajeros esperan reservar sus vacaciones de 2017 simplemente con unos cuantos clicks en su smartphone, indica Expedia.

Y los viajeros esperan mucho más.

Por ejemplo, que después de aterrizar tras un largo vuelo transatántico, el viajero reciba consejos para superar el jet-lag; o que para ir del punto A al B sea informado sobre un atajo en el que no había pensado; del mismo modo los dispositivos conectados le orientarán para llegar al cajero automático o red wif más cercana; o le dirán cómo saltarse una larga cola en una atracción turística…

Y todo ello sin que el usuario llegue a solicitar nada, anticipándose en cada momento, según el futuro inmediato para el turismo que imagina Priceline-Booking y para el que la agencia online ya se está preparando.

Un futuro que ya está aquí en algunos casos.

Google, por ejemplo, acaba de estrenar una funcionalidad en su app de mapas que permite al usuario saber, antes de llegar a un sitio, si esa tienda, atracción, restaurante, etc, está lleno de gente o no. Para ello, usa los sistemas de geo-localización anónima y búsquedas de otros usuarios, que analiza en tiempo real.

Y es que según apunta Expedia, “gracias al desarrollo de la inteligencia artificial, nuestras apps de viajes favoritas irán más allá de la mera funcionalidad y evolucionarán para ser nuestros ‘compañeros reales’, capaces de predecir nuestras necesidades singulares, atendiéndolas antes incluso de que lleguemos a preguntar”.

¿Y España?

En esta carrera de la nueva economía del turismo hacia la cuarta revolución industrial, cabe preguntarse qué papel jugará España.

Al fin y al cabo, hablamos del tercer país del mundo en ingresos por turismo extranjero y en número de viajeros internacionales.

Ocupando esta posición de liderazgo, ¿será España capaz de innovar y amoldarse a los nuevos tiempos, desarrollando su propia tecnología para añadir valor… O simplemente copiará lo que hagan otros?

Y es que no es lo mismo ser líder en llegadas de turistas que líder en innovación turística.

Podríamos establecer una analogía con otras industrias: Alemania es líder en la fabricación de automóviles no tanto porque allí construyan muchos coches al año, sino porque sus marcas (Mercedes, Porsche, BMW, Audi, Volkswagen, Opel) se han convertido en sinónimo de innovación y eficiencia.

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En este sentido, y según expone el informe “The Global Competitiveness Report 2016–2017”, publicado por el Foro Económico Mundial, “la innovación se genera en un ecosistema donde los negocios, las regulaciones y las normas sociales promocionan la conectividad, la creatividad, el emprendimiento, la colaboración y la adopción de las últimas tecnologías para generar nuevas ideas y traer nuevos productos y modelos de negocio al mercado”

Este nuevo enfoque se centra por tanto en la habilidad de un país para lanzar al mercado nuevos productos y servicios, atribuyendo tanta importancia a las invenciones técnicas como a las no técnicas.

Para ser verdaderamente innovador, por tanto, un país no sólo debería presentar patentes y apoyar la I+D, “también tendría que facilitar una entorno conectado y en red que promueva la creatividad y el emprendimiento, fomentando la colaboración y recompensando a aquellos individuos abiertos de mente y que abracen nuevas formas de realizar las tareas”.

En este sentido, la posición de España en los ránkings que elabora el World Economic Forum no es para tirar cohetes.

Ocupamos la posición número 39 en la lista de los países más dinámicos para los negocios y el puesto 30 en el ranking de países con mayor capacidad de innovación.

¿Podrá España, a pesar de su fortaleza turística, de contar con empresas punteras y con un gran número de emprendedores, subirse al tren de la cuarta revolución industrial?

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Este artículo ha sido publicado en el tema de portada de la revista HOSTELTUR de enero y puede descargarse como pdf.

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Comentarios 1
Si bien es cierto que España no es líder en innovación en términos globales, gracias a la potencia de nuestras empresas turísticas si que lo somos en la innovación dentro de este segmento. Pese a ello, aún podemos mejorar y formar parte de los países que marquen el camino a esa cuarta revolución industrial dentro del sector turístico.