Descarta el escenario de "recuperación temprana"

El Banco de España rebaja sus previsiones de crecimiento para 2021

La tasa de paro no empezará a descender ligeramente hasta 2022

Publicada 17/09/20 -Actualizada 15/10/20 02:00h
El Banco de España rebaja sus previsiones de crecimiento para 2021

El Banco de España ha descartado una recuperación económica temprana y ha rebajado sus previsiones de crecimiento para 2021 a una horquilla de entre el 4,1 y el 7,3 %, mientras que sitúa la contracción para 2020 entre el 10,5 y el 12,6 %, en línea con lo previsto en junio para una recuperación gradual. La tasa de paro no empezará a descender ligeramente hasta 2022.

De los tres escenarios que el Banco de España preveía en junio ha descartado el de recuperación temprana -tras los rebrotes de Covid-19 y la mala evolución del turismo durante el verano- y ha desechado el de mayor riesgo porque no prevé un nuevo confinamiento generalizado, aunque sin descartarlo por completo.

"La probabilidad de acabar peor es mayor que la de acabar mejor", ha asegurado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, durante la presentación este miércoles de las nuevas proyecciones macroeconómicas

La entidad centra sus previsiones hasta 2022 en la hipótesis de una recuperación gradual para la que proyecta dos escenarios que dependen de los rebrotes y las medidas para contenerlos, después de un tercer trimestre para el que calcula un repunte del producto interior bruto (PIB) de entre el 13 y 16,6%.

Tras el hundimiento histórico del 18,5% del segundo trimestre, el repunte del tercer trimestre no servirá para recuperar los niveles precovid, ya que en comparación interanual el PIB registrará una contracción de entre el 12,3 y el 9,5%.

"En el tercer trimestre se ha ido de más a menos y el cuarto trimestre también se va a ver afectado por la ralentización, lo que se refleja en ese 2021 a la baja", ha explicado Arce.

La entidad calcula que al final de 2022 el nivel del PIB seguirá todavía entre 2 y 6 puntos porcentuales por debajo del nivel previo a la crisis, dependiendo del escenario considerado

En el primer escenario, el PIB se contraería el 10,5% en 2020 y en el segundo la caída se ampliaría hasta el 12,6%, en línea con el 11,6% que la entidad preveía en su escenario central de junio.

En 2021, el crecimiento del PIB alcanzaría el 7,3% en el escenario uno y se quedaría en el 4,1% en el escenario dos, en ambos casos por debajo del 9,1% previsto en junio.

Los avances serán más modestos en 2022, de entre el 1,9% y el 3,3%, cuando en junio la recuperación gradual se situaba en el 2,1%.

Ninguno de los dos escenarios contempla el efecto positivo "potencialmente relevante" que sobre el PIB tendrán los fondos europeos de hasta 140.000 millones de euros previstos para España, aunque Arce ha calculado que, en un ejercicio de "ejecución ideal", esos recursos podrían tener un impacto positivo sobre el PIB de 2021 y 2022 de alrededor de dos puntos en cada ejercicio.

En un acto posterior a la presentación de las proyecciones, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha subrayado que la recuperación económica depende del mantenimiento de los estímulos a nivel nacional y europeo, no solo por el beneficio que conlleva su extensión, sino sobre todo por el riesgo que supondría su retirada prematura.

Mercado laboral y ERTE

El total de horas trabajadas descenderá más que el PIB en 2020, el 11,9% en el escenario uno y el 14,1% en el dos, con la previsión de que al final de 2022 todavía estén por debajo de las que se hacían antes de la pandemia.

La tasa de paro aumentaría en 2020 hasta el 17,1% en el escenario uno y hasta el 18,6% en el dos, y también en 2021, hasta una horquilla entre el 19,4 y 22,1%, para empezar a descender ligeramente en 2022, entre el 18,2 y el 20,2%.

Estas previsiones son peores que las del escenario central de junio, en el que se preveía que el desempleo tocara techo en 2020 y empezara a descender en los dos años siguientes

Hernández de Cos ha pedido no tener miedo a ampliar las ayudas a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante el tiempo que sea necesario, aunque ha solicitado un esfuerzo para enfocar cada vez más las ayudas no solo por sectores, sino por empresas.

Al mismo tiempo, ha dicho que a las empresas que perciban que sus problemas son estructurales hay que asegurarles el "correcto funcionamiento" de los elementos de flexibilidad que tienen a su disposición, en referencia tácita al despido.

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