Por Redaccion Equipo, en Hoteles y Alojamientos

¿Qué buscamos en el baño de un hotel que no buscamos en casa?

20 mayo, 2020 (10:48:15)
Imagen nota de prensa Hosteltur

La palabra hotel nos evoca inmediatamente a vacaciones. Descanso. Relax. Comodidad. Numerosos adjetivos similares invanden nuestra mente cuando pensamos en uno de estos establecimientos, los cuales viven por y para el confort de sus huéspedes.

Un hotel nos entra por los ojos. Ahora, antes de hacer la reserva, buscamos bien por Internet y miramos numerosas imágenes para que se adecúe a nuestras preferencias. Una cama grande y mullida, una terraza con buenas vistas, unas estancias amplias y...un baño de ensueño. Porque el cuarto de baño es quizá la estancia que más emoción genera de los hoteles, ya que en muchas ocasiones suele tener todo lo que no tienen el de nuestra casa.

Por eso, a la hora de elegir hotel el cuarto de baño es una de las prioridades, y somos bastante exigentes con ello. No queremos un baño cualquiera; queremos el que aparte de amplitud y luminosidad tenga todas las soluciones que nos garanticen ese relax y esa paz que no tenemos en nuestro domicilio.

¿Y qué es lo que buscamos en el cuarto de baño de un hotel? ¿Cuáles son esos requisitos indispensables? En primer lugar, queremos un baño 'instagrameable', es decir, que sea elegante, estiloso, con una decoración minimalista pero con un toque de distinción. Y que sus elementos y soluciones sean de calidad. Y para ello, los hoteles deben apostar por materiales que aporten luminosidad y amplitud al espacio, y que a la vez sean duraderos y persitentes a la humedad constante a la que están expuestos. Por ejemplo, porcelana compuesta por materiales naturales y esmaltes sin plomo, los cuales además no necesitan productos químicos y agresivos para su limpieza y que luzcan impolutos.

Por otro lado, también queremos un baño cómodo y práctico, que no nos dificulte la movilidad -esto es aún más importante si se trata de personas mayores-. Por ello, es conveniente que cuente con soluciones que dejan el espacio más despejado, sin obstáculos, como los inodoros suspendidos, además con la cisterna empotrada y oculta dentro de la pared, lo que hace que ni se la vea ni se la escuche.

Aunque las bañeras son muy codiciadas por los huéspedes, ahora lo que se lleva son las duchas a ras de suelo, ya que agrandan también el espacio, haciendo que se fundan con el suelo y además son antideslizantes, lo que garantiza la seguridad. Otro punto a favor es que el inodoro sea dos en uno, con el bidé incorporado, de modo que se gana de nuevo metros libres al no tener que colocar un bidé independiente y se ofrece al huésped una perfecta higiene íntima.

En la era de las soluciones inteligentes, las del cuarto de baño también pueden serlo. Por lo que los hoteles también pueden incorporar grifos y pulsadores que se activan al detectar el movimiento o que se pueden personalizar con el 'smartphone', adaptándolas al gusto de cada cliente.

Y por último, otro punto al que los viajeros cada día dan más importancia es a la sostenibilidad. La preocupación de la socieda del siglo XXI ha dado lugar a nuevos hábitos y costumbres, llevándolas al terreno del turismo. Ahora se busca viajar de una forma que dañe lo menos posible al medio ambiente, y la elección del hotel también está influenciada por ello. Así, estos establecimientos deben contar con soluciones y dispositivos que les permitan ahorrar energía. Sobre todo en el baño, que es de las estancias que más consumen.

Esto se puede lograr con soluciones que pueden ahorrar hasta 6.000 litros de agua al año. ¿Cómo? Por ejemplo, las cisternas empotradas pueden reducir a más de la mitad el volumen de descarga de la cisterna del inodoro, cantidad que valdría para llenar una piscina familiar. Esto es posible gracias a los pulsadores de doble descarga, que permiten seleccionar la media descarga a 3 litros o la completa a 4,5 litros, frente a las tradicionales que consumen por descarga 9 litros o más.

Como decíamos, los grifos inteligentes que detectan la presencia del usuario hace que no se derroche al agua al abrir y cerrar. También se puede controlar el flujo de agua, tanto en grifos como en duchas, lo que de nuevo supone un importante ahorro de recursos.

Así, tendríamos el baño perfecto, ese que combina todo lo que soñamos cuando llegamos a un hotel con nuestras maletas cargadas de ilusión, alegría y ganas de tener el descanso que merecemos. También gracias al cuarto de baño.