Crisis por coronavirus

Brasil exigirá PCR negativo a quienes arriben a sus aeropuertos

Desde el 30 de diciembre todos los viajeros desde el exterior deberán contar con un test negativo

Publicada 18/12/20 -Actualizada 15/01/21 02:04h
Brasil exigirá PCR negativo a quienes arriben a sus aeropuertos

El Gobierno de Brasil decretó que desde el 30 de diciembre será obligatorio contar con un test PCR negativo realizado hasta 72 horas antes para poder arribar desde el exterior a cualquier aeropuerto del país. La medida se dispuso a pesar de que el propio presidente Jair Bolsonaro pidió no imponer nuevas restricciones y negó la existencia de una “segunda ola”.

Pese a que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; y su flamante ministro de Turismo, Gilson Machado Neto, solicitaron expresamente a los estados y municipios no imponer nuevas restricciones a los viajes durante las Fiestas y la temporada de verano, y negaron además la existencia en el país de una “segunda ola” de contagios de COVID-19, el mandatario decretó la obligatoriedad de contar con un test PCR negativo para ingresar al país.

(Ver: Nuevo ministro brasileño quiere una Navidad “sin restricciones”)

En efecto, de acuerdo a la medida del Ministerio de la Presidencia, publicado este viernes 18 de diciembre en el Diario Oficial, desde el 30 de diciembre será requisito ineludible para pasajeros brasileños y extranjeros contar con una prueba negativa realizada hasta 72 horas antes de arribar a cualquier aeropuerto del territorio nacional.

Quienes arriben a Brasil, sean nacionales o extranjeros, deberán presentar un PCR negativo (Foto: EFE)

"El viajero de procedencia internacional, brasileño o extranjero, tendrá que presentar a la aerolínea responsable por su vuelo, antes del embarque, un documento comprobando la realización de examen de laboratorio RT-PCR, para rastreo de la infección SARS-CoV-2, con resultado negativo/no reactivo, realizado como máximo 72 horas antes del embarque", establece la norma.

Esta nueva restricción llega con un evidente atraso, ya que había sido recomendada hace varios meses por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), pero el Gobierno se había negado a imponerla.

Los viajeros que deseen ingresar a Brasil por vía aérea también tendrán que firmar una Declaración de Salud del Viajero, en la que se comprometen a cumplir las medidas sanitarias impuestas en el país para frenar el avance de la pandemia.

Quien no cumpla la exigencia podrá ser deportado o repatriado, así como responsabilizado civil, administrativa y penalmente.

Además, en el decreto se prorroga por otros tres meses la norma que prohíbe la entrada en Brasil de extranjeros por las fronteras terrestres o fluviales, con excepción de los venezolanos que deseen pedir refugio en el país.

Como se señalaba, a pesar de que Brasil es uno de los países más afectado por la pandemia, Bolsonaro viene insistiendo en minimizar su gravedad; propiciando el contacto cercano sin tapabocas; negando la importancia de la vacunación; e incluso fomentando la práctica de métodos no científicos para la prevención y el tratamiento del virus.

(Ver: Polémica en Brasil por orden judicial para evacuar turistas en Buzios)

El jueves 17 de diciembre el país volvió a superar los 1.000 fallecimientos diarios (Foto: EFE)

Según los especialistas, Brasil ha comenzado a transitar la “segunda ola” de contagios sin haber terminado de controlar la primera, algo que sucede fruto del inmenso territorio del país y la evolución continua pero irregular de los casos positivos a lo largo del país.

Este jueves 17, se registraron 1.092 muertes por coronavirus, con lo que se volvieron a superar 1.000 fallecimientos diarios por primera vez desde el 30 de septiembre, acumulando 184.827 víctimas desde marzo.

Hasta la fecha se han contagiado 7,1 millones de brasileños, y es la tercera nación del mundo con más casos, luego de Estados Unidos e India.

Pese al “negacionismo” oficial, Brasil está avanzando en un plan de vacunación para alcanzar a sus 210 millones de habitantes en unos 16 meses. Inclusive, la Corte Suprema avaló esta semana la obligatoriedad de la vacunación contra el COVID-19. Aunque aclararon que su aplicación no será forzosa, quedó abierta la puerta para que las autoridades locales dispongan mecanismos de coerción, como disponer su obligatoriedad para acceder a determinados servicios.

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