España: Comerciantes de Baleares denuncian ante la Guardia Civil las «coacciones y destrozos» de los piquetes durante la huelga del 20 de junio

Diferentes asociados de la Federación Balear de Comercios y Servicios Turísticos (Fetur) han presentado durante los últimos días denuncias ante la Guardia Civil por «coacciones, agresiones y destrozos» de los piquetes sindicales durante el transcurso de la jornada de huelga general del pasado 20-J. Según aseguró el vicepresidente de Fetur, José Tirado, «los comerciantes que sufrieron los actos vandálicos de los sindicalistas no han querido quedarse con los brazos cruzados y han decido ponerlo en conocimiento de las Fuerzas de la Seguridad del Estado». «No se puede permitir ni es de recibo la pasividad que demostraron miembros de la Policía Local que tenían órdenes de 'instancias de arriba' de no actuar y dedicarse exclusivamente a controlar el tráfico», criticó de forma dura Tirado. La propietaria del restaurante Everest, Bernarda Ruiz, aseguraba ayer a este periódico que «se sintieron desprotegidos ante las acciones contundentes de los sindicalistas». «Rompieron los cristales, tiraron las sillas y nos zarandearon solamente porque decidimos abrir las puertas del local», explicó Ruiz al calificar los hechos de «terroríficos». En esta línea, argumentó que «después de suplicar a los miembros del piquete que dejarán de actuar, uno de los cabecillas le echó una mirada fría y decidió seguir la protesta». «A esto no hay derecho», exclamó Ruiz. Por otro lado, el dueño de una cafetería de Magaluf, Manuel Sáez, desvelaba que «en los próximos días tiene la intención de denunciar los hechos, al igual que lo han hecho el resto de afectados». «Destrozaron vasos, nos gritaron y ante los ánimos tan caldeados y las presiones nos vimos obligados a echar la persiana», dijo Sáez. Otro de los establecimientos que «arrasaron los piquetes» fue la tienda de souvenir 'Juana', «a la que tiraron los artículos al suelo, les arrojaron cigarrillos al género y prendieron fuego a las etiquetas», relataba ayer su propietario, Jaime Florit, quien también ha interpuesto otra denuncia. «Nos obligaron a cerrar a la fuerza y esto no es legal. Se abalanzaron sobre el negocio, nos insultaron e incluso llegaron a sustraer productos», aseveró Florit al mostrar su indignación por «el estado en el que quedó su establecimiento y por la actitud que adoptaron los sindicalistas hacia él y su mujer, que se encuentra embarazada. ¡Esto es lamentable!».(Ch. D., diario El Mundo-El Día de Baleares, 25/06/02)