La compañía india está al borde de la quiebra con una deuda cercana a los 1.900 M €

Ordenan arresto sin fianza del dueño de Kingfisher mientras la aerolínea busca salvarse del cierre

Publicada 16/10/12 -Actualizada 06/09/23 20:56h
Ordenan arresto sin fianza del dueño de Kingfisher mientras la aerolínea busca salvarse del cierre

La compañía india Kingfisher Airlines ha convocado al personal de todas sus bases operativas a una reunión decisiva, luego que el fin de semana un tribunal de la ciudad Hyderabad, en el sur de India, emitiera una orden de arresto sin fianza contra el presidente de la compañía, el magnate industrial Vijay Mallya por pagar con cheques sin fondos 105 millones de rupias (1,5 millones de euros) en concepto de tasas aeroportuarias al grupo indio de infraestructuras GMR, gestor del Aeropuerto Internacional de Hyderabad.

La flota de la compañía permanece en tierra desde hace dos semanas y el tiempo se agota, ya que tiene que presentar un plan de negocio viable ante el regulador de la aviación civil, si quiere reiniciar operaciones el próximo 21 de octubre. Sin embargo, la aerolínea tiene muy cuesta arriba una negociación con su plantilla a la que debe los salarios desde hace siete meses. Desde el 1 de octubre el personal se ha negado a trabajar lo que obligó a la compañía a declarar un cierre patronal parcial el pasado 4 de octubre que s eha ido extendiendo hasta el 20 de octubre. Sus deudas se estiman en cerfac de 1.900 millones de euros.

Desde principios del año, la compañía ha tenido problemas económicos. En la priomera semana de marzo, la IATA saca a Kingfisher de su cámara de compensación por impago de las cuotas, debido a que las autoridades fiscales de India congelaron las cuentas bancarias de Kingfisher Airlines, por el incumplimiento en el pago de impuestos sobre servicios, problemas que se sumaron a las continuas protestas de su personal: para entonces ya debía tres meses de sueldo a su personal y algunos pilotos se negaban a operar. Entonces, se puso al día.

Kingfisher Airlines, fundada en 2003 y operativa desde mayo de 2005, nunca ha generado beneficios desde su creación y tampoco ha podido pagar regularmente los salarios a sus empleados en el último año, encontrándose al borde de la quiebra. Recientemente se le ha pedido oficialmente a la compañía el desalojo de las oficinas que ocupa en Mombai, luego de recibir avisos por incumplimiento de pago de la renta desde noviembre de 2011.

Tras el reciente anuncio del Gobierno de India de liberalizar el sector aéreo, el grupo de Kingfisher Airlines espera la entrada providencial en su capital de una empresa o grupo extranjero que le inyecte recursos financieros para salir de la aguda crisis que afronta.

Hasta hace poco, Kingfisher Airlines era la segunda operadora sector en India pero su cuota de mercado se ha derrumbado al 3,2% y se ha colocado en el último lugar de las aerolineas nacionales.

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