IMF Business School analiza cómo se viajaba hace cuatro décadas

Cómo hemos cambiado: 13 diferencias entre viajar ahora y en los años 80

Las postales, viajar sin aire acondicionado o escuchando la misma cinta son algunas de ellas

Publicada 18/08/19 -Actualizada 15/09/19 02:00h
Cómo hemos cambiado: 13 diferencias entre viajar ahora y en los años 80
  • La forma en la que se viajaba hace cuatro décadas ha evolucionado a la misma velocidad que lo ha hecho la tecnología
  • Se podía fumar en los aviones, las fotos sólo se veían tras el revelado y la casa del pueblo era "hacer turismo rural"
  • Avionetas lanzando balones de plástico a los bañistas en las playas o la búsqueda de una cabina para estar en contacto con la familia

La forma en la que se viajaba hace cuatro décadas ha evolucionado a la misma velocidad que lo ha hecho la tecnología y parece que ya nadie recuerda los viajes en coche con la ventanilla bajada, los casetes de música o de chistes, así como la expresión de “ir a 100 por hora” para referirse a conducir a gran velocidad.

Para entender hasta qué punto ha cambiado la forma de viajar, IMF Business School ha echado un vistazo al pasado y ha buscado las 13 diferencias más curiosas entre cómo se viajaba en los 80 y cómo lo hacemos en la actualidad:

Quién no recuerda la mítica serie de 'Verano azul', estrenada en los 80 y repetida posteriormente cada temporada por TVE, que refleja muchos de esos usos y costumbres que se han ido perdiendo con los años.

1.- Fumar durante el vuelo… ¡estaba permitido! Así es. Tan sencillo como comprar el billete en la zona de fumadores. Sin embargo en un lugar tan cerrado esto acababa perjudicando al resto de pasajeros y a finales de 1990 comienza a prohibirse.

2.- Origen y destino España. En la actualidad no sólo vamos al extranjero, sino que cada vez buscamos un destino más lejano y exótico que el anterior, pero antes salir del país era bastante inusual. Y es que en los 80 el vuelo más barato a Londres podía costar entre 50.000 y 100.000 pesetas (entre 300 y 600 euros), lo mismo que el sueldo medio español en ese momento.

3.- Elegir qué inmortalizar. Los afortunados que contaban con cámara analógica tenían que seleccionar muy bien cuál era la foto perfecta, ya que el carrete era de 24 y cambiarlo no era una tarea sencilla. Nada que ver con hoy en día, que la cámara ha sido sustituida por el móvil o la tableta. Ahora sacar una imagen borrosa o cortada se ha convertido en misión imposible.

4.- La postal es la bisabuela del Whatsapp. En aquellos años cuando uno se iba de viaje o a vivir o trabajar fuera del pueblo enviaba postales. Es más, en muchas ocasiones tenía que comprarlas y mandarlas justo al llegar para no regresar antes de que los destinatarios las recibieran.

5.- El 127, el 600 o el 1430 eran los responsables de los grandes atascos para llegar a la playa. La marca Seat era la más extendida en cualquiera de sus modelos. Aunque ahora pueda parecer imposible en ellos entraban los padres, los hijos, los abuelos, la mascota y el hijo del vecino… y ¡sin aire acondicionado!

6.- ¿Las maletas? ¡En la baca! Las familias tenían enormes maletas de piel o imitación en las que entraba la ropa de todos. Muy diferente a las maletas de cabina de hoy día: compacta, de cuatro ruedas, duradera y con estilo.

7.- El casete era el acompañamiento ideal para amenizar el trayecto, ya fuera musical o de chistes. Nada de Spotify ni listas de reproducción, ¡la misma cinta durante todo el viaje!

8.- Concursos para irse de vacaciones. En los años 80 el viernes noche era la hora del 1,2,3 y de soñar con optar al premio más valorado: el célebre apartamento en Torrevieja.

9.- Agencias de viajes o anuncios en los periódicos eran los encargados de informar al usuario para reservar sus vacaciones. Sin embargo tenía que fiarse de ellos ya que no podía saber previamente las opiniones de otros clientes o buscar en diferentes webs hasta conseguir el mejor precio.

10.- La casa del pueblo era “hacer turismo rural”. Aunque pueda parecer algo actual, el turismo rural ya existía hace años, pero se trataba de la casa del pueblo de la familia.

11.- Ritual sagrado: las dos horas de digestión. Hace 40 años este tiempo de espera no era negociable, pero actualmente sí ya que no existe ninguna evidencia médica ni biológica que lo apoye. De hecho algunos nadadores profesionales comen inmediatamente antes de una competición para tener la energía necesaria para unos buenos resultados.

12.- Publicidad en la playa. Uno estaba tranquilamente tomando el sol en la playa y de repente pasaba el helicóptero o la avioneta tirando camisetas, botellas o pelotas de plásticos. Cualquier cosa que le animara a tirarse al agua e ir a buscarlo nadando. Esto ya no sucede, por los peligros que entrañaba esta inesperada competición por conseguir el codiciado merchandising.

13.- ¿La cabina o locutorio más cercano? Nada de móviles con los que estar en contacto 24/7, se tenía que buscar una cabina o locutorio y, muy importante, llevar algo de suelto.

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