Seminario INTO 2021

Personas más expuestas al virus: ¿cómo son sus ganas de viajar?

Publicada 26/11/21 -Actualizada 20/12/21 02:06h
Personas más expuestas al virus: ¿cómo son sus ganas de viajar?

Verano de 2020. España sale de un largo proceso de desescalada tras el azote de la primera ola de COVID-19. Muchos ciudadanos han sufrido las duras restricciones de viajes que han aplicado sus comunidades por estar en una peor situación sanitaria y paralelamente un buen número de personas han sufrido la enfermedad. ¿Cómo afectaron estos dos factores a sus ganas de viajar ese verano? Curiosamente, según las investigaciones realizadas al respecto, toda esa gente que tuvo una mayor exposición al virus estaba mucho más dispuesta a viajar en esas fechas que aquellos que menos lo sufrieron, explicó este miércoles Veronica Leoni, investigadora adjunta de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) durante la mesa redonda 'Demanda turística en la era pos-COVID e innovaciones para la recuperación de la confianza del viajero', celebrada en el marco de la XVI edición del Seminario Internacional de Innovación y Turismo (INTO). "Descubrimos que el hecho de estar en una provincia en fase uno (las que llegaron más tarde a la nueva normalidad), sumado a haber tenido síntomas compatibles con la COVID incrementaba en deseo de viajar, lo que se alinea con el viaje medicinal", destacó Leoni. Se trata de un dato muy significativo a tener en cuenta de cara a la próxima temporada precisamente en unos momentos en que Europa vive su peor ola de contagios de toda la pandemia.

Por contra, los grupos control, aquellos ciudadanos situados en lugares con menos exposición al virus no contaron con las mismas ganas de viajar.

"Se trata de un mensaje positivo a la industria, esa actitud positiva del turista ante el hecho de viajar. El viaje se trata de un alivio tras esa situación de estrés, una prioridad a la que no quiere renunciar, lo que es buena una noticia para el sector", incidió Leoni

Así, la investigadora diferenció dos tipos de turistas: aquellos más resilientes y quienes tienen más miedo a viajar. Precisamente, para poder acoger a los primeros la investigadora de la UIB apeló a la resiliencia de los destinos: "deben absorber ese shock e intentar adaptarse a ese paisaje cambiante y a las nuevas preferencias", defendió.

En este punto, citó como ejemplo los cambios observados en Venecia en cuanto a la satisfacción del viajero con el destino tras la irrupción de la COVID.

"Descubrimos que había aumentado la falta de satisfacción. Esto pudo deberse a la falta de capacidad de las empresas para adaptarse a los retos y reaccionar ante esos cambios en la demanda", apuntó

Así, indicó que estas nuevas preferencias de los viajeros que ha traído la COVID implican cambios en los servicios del hotel. "La gente está más interesada en la aplicación de los protocolos sanitarios en los hoteles y en la disponibilidad de espacios que permitan la distancia social", señaló Leoni, que añadió que en la investigación también se observó puntuaciones muy bajas a los desayunos de hotel ante la manera en que se habían organizado para adaptarse al virus. "Esto es algo muy importante para la experiencia del turista", recordó.

En esta mayor preocupación del turista por la seguridad sanitaria coincidió José Antonio Pérez-Aranda, director y profesor de la Escuela Universitaria de Hoteleria y Turismo CETT-Universidad de Barcelona, quien esgrimió los datos de la segunda edición del Instituto de la Digitalización del Turismo Vodafone Business-CETT que ponen de relieve que en cuanto a las prioridades del viajero en esta nueva etapa, en primera y segunda posición están la seguridad sanitaria y la higiene.

"El cliente manifestaba cierta preocupación al contagio y también al comportamiento responsable de otros viajeros, por lo que exige a las empresas haga mucho hincapié en estas variables", detalló Pérez-Aranda

A estos aspectos sanitarios, primordiales para el turista en esta nueva era, sumó la transparencia, la confianza, la sinceridad y la responsabilidad, lo que a su juicio supone un cambio de valores en el consumidor a raíz de la pandemia. "Esto da una pista sobre cómo el consumidor exige a la empresa un comportamiento cada vez más ético y más responsable y que su comunicación irradie esa confianza, clave en la relación con la empresa", agregó.

José Antonio Pérez-Aranda.

Recuperación del 80% del turismo internacional

De cara a la próxima temporada, Javier Ibáñez, economista de la Unidad de Análisis Sectorial del Departamento de Estudios de CaixaBank, avanzó que los estudios de la entidad vaticinan una recuperación del 80% del turismo internacional con respecto a los niveles de 2019, mientras que el nacional se situará en cotas muy superiores a ese año prepandemia.

"Es un nivel bastante alto, teniendo en cuenta que venimos de un 2019 que fue espectacular", resaltó

Con respecto a la recuperación en el sector, Ibáñez constató cómo en agosto se vivió un auténtico boom del gasto en el turismo doméstico debido a los efectos de la demanda embalsada -"tras una temporada muy larga sin gastar en servicio turísticos había muchas ganas", el llamado efecto champán- y por la demanda cautiva: "lo más sencillo era viajar por España, porque otros países tenían más trabas", observó.

Dos efectos que se fueron disipando en septiembre y octubre hasta alcanzar la normalidad del turismo nacional en noviembre, mientras que en estas últimas semanas paralelamente se recuperaba el internacional.

"Ha habido un aplanamiento de la curva estacional, lo que supone que la temporada se alarga. La caída de estos meses está siendo menos intensa y se acerca a la curva del 2019, lo que indica se está acercando la normalización del turismo internacional", subrayó el economista de CaixaBank

Ibáñez adelantó también las previsiones de PIB turístico de la entidad para 2022. "Con lo que hemos visto de doméstico e internacional vamos a estar en alrededor de un 90% del nivel de 2019. Eso es una caída del 10% respecto a preCOVID", señaló.

En este sentido, aseguró que tener esa caída del 10% supone que este 2022 va a ser un buen año, teniendo en cuenta que 2019 fue un ejercicio récord. "Con este 10% por debajo del 2019 nos situamos en un año similar a 2017, que ya fue muy bueno y muy rentable para el sector turístico", recordó Ibáñez, que hizo hincapié en que esta recuperación no será igual en todo el sector.

Las medidas de Iberostar

Por su parte, Sandra Benbeniste, directora de Sostenibilidad EMEA del Grupo Iberostar, destacó cómo la cadena ha seguido trabajando en estos tiempos de pandemia en reforzar los tres ejes que siempre la han definido: calidad, salud y seguridad y la sostenibilidad. En este sentido añadió un factor a tener en cuenta: cómo se comunican a los clientes las acciones en estas áreas.

En cuanto a la calidad del servicio, aludió a la eliminación por parte de Iberostar de todos los plásticos de un solo uso, y señaló que está acción no está reñida con que la experiencia del cliente siga siendo buena. "Ya no hay amenities, pero nos hemos dado cuenta de que nadie los echa de menos. Hay alternativas ecológicas y la calidad está al mismo nivel", defendió.

Las palancas de recuperación de Iberostar.

Con respecto a salud y seguridad, mencionó los dispositivos 'How we care' de la cadena, en los que se recogían los estándares de higiene y aspectos como la seguridad del entorno, la distancia social, la separación o la innovación.

"Pero además, señalizado y comunicado para garantizar que el cliente tenga esa sensación de seguridad, tanto en su habitación como en los espacios comunes. Esto ha llevado a que el 92% de nuestros clientes estén valorando positivamente estas medidas de seguridad", destacó Benbeniste, que puso de relieve que la incidencia del virus en los hoteles de Iberostar desde enero ha sido del 0,002%

Y sobre el tercer eje, la sostenibilidad, Benbeniste abundó en las medidas ya implementadas por Iberostar, como la eliminación de los plásticos de un solo uso en sus operaciones desde 2020, y avanzó las previstas: ser libre de residuos en 2025 y una mucho más ambiciosa, reducir las emisiones y lograr la neutralidad en carbono en 2030, cuando el resto del sector tiene como meta 2050.

A estas sumó un consumo responsable del pescado y marisco para proteger los océanos y el cuidado de la salud de las costas. "Protegiendo los ecosistemas y la salud costera de nuestro entorno también estamos contribuyendo a preservar el entorno de nuestros hoteles", incidió.

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