Informe i|talento de la Fundación Impulsa

Mercado laboral: niveles de empleo infracualificado y sobrecualificado

Publicada 29/04/22 -Actualizada 25/05/22 02:09h
Mercado laboral: niveles de empleo infracualificado y sobrecualificado

El mercado de trabajo español presenta importantes desequilibrios entre la oferta y la demanda de competencias que es necesario revertir para garantizar el aprovechamiento del talento e impulsar, por esta vía, la competitividad global. Y es que existen relevantes diferencias entre los conocimientos y habilidades adquiridas por la población activa y los requisitos del tejido empresarial para cubrir las vacantes laborales en uno o varios segmentos del mercado de trabajo, entre ellos el turismo, según pone de relieve el informe de la Fundación Impulsa, que refleja que en 2021 Castilla-la Mancha, Extremadura, Andalucía, Comunidad Valenciana y Baleares contaban con las mayores tasas de trabajadores infracualificados. “Se trata de gente poco formada que está en puestos donde la demanda de cualificación es más alta que la que tienen, lo que es malo para la eficiencia de esas empresas", explica a HOSTELTUR, Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa, quien detalla que este problema de infracualificación y sobrecualificación se replica también en la hostelería. "En España hay más infracualificación en el sector turístico y hotelero que en la media de la economía", afirma.

Eso sí, igual de negativo es contar con trabajadores infracualificados, como la otra cara de la moneda: los empleados sobrecualificados. Según los datos, del documento, España presenta mayores tasas de infracualificación que de sobrecualificación (26,3% frente al 19,6%). "Hay un exceso de gente poco cualificada", indica Riera.

"Tan malo es para una economía tener una cosa u otra. Ambos indicadores nos están diciendo que no estamos asignando bien el talento a las competencias que tiene ese talento. En cuanto a la sobrecualificación tenemos gente muy formada que está desempeñando puestos de trabajo de categoría media, mientras que la infracualificación supone que hay gente poco formada que está en puestos donde la demanda de cualificación es más alta que la que tienen", explica Riera

El informe constata que estos desequilibrios denotan problemas de disponibilidad de trabajadores (por la escasez de competencias) y al mismo tiempo que en la relación entre la oferta y la demanda se genera una inadecuación de competencias. Así, en España el nivel de inadecuación es del 45,9%, mientras que en Europa del 37%. No obstante, según Riera, a raíz de la crisis de la COVID los territorios han mejorado estos desajustes.

"A lo largo de la pandemia, la afectación de la actividad ha impactado claramente sobre las magnitudes laborales, si bien cabe destacar una tendencia, tanto por parte de las empresas como de la población en edad de trabajar, de transitar hacia tramos ocupacionales relacionados con un mayor nivel de habilidades y competencias", señala el informe.

Según el documento, en cuanto a infracualificación del talento, en 2021 España se situó algo ligeramente por encima de la media europea, con un 26,3% de la población activa, frente al 25,1% en los Veintisiete. Unas tasas que superan con creces las comunidades que lideran la tabla de población infracualificada: Castilla-la Mancha (35,8%), Extremadura (32,4%), Andalucía (29,3%), Comunidad Valenciana (28,9%) y Baleares (28,4%). Por contra, País Vasco, Madrid y Navarra presentaron las tasas más bajas (16%, 20,7% y 21,1%, respectivamente).

Tal y como recogen estos datos, si bien País Vasco tiene mucha sobrecualificación de su mano de obra, sin embargo, cuenta con los mejores datos de España en cuanto a infracualificación: "Esto significa que su estructura económica está utilizando bien la mano de obra cualificada, pero tienen un exceso de sobrecualificación, que implica que bien están exportando talento o bien que tienen que sofistificar más su tejido empresarial", señala.

En cuanto a la sobrecualificación, la proporción de la población ocupada que cubre puestos de trabajo de una categoría profesional inferior al nivel formativo alcanzado, España supera la media europea, con un 19,6% de población ocupada sobrecualificada frente al 11,9% de la UE.

Una media europea que más que duplican el País Vasco (27,8%), Navarra (25,3%), Cantabria (24,9%) y Asturias (23,1%), y que también superan con creces el resto de comunidades: como Canarias (21,0%), Cataluña (19,2%) o Baleares (18,1%), entre otras

Turismo

Este problema no es ajeno el sector turístico. En este punto, el director de Impulsa ilustra con el ejemplo de Baleares: en la rama de comercio y hostelería en su conjunto, los niveles de inadecuación son aún más altos que en la media nacional o europea: de un 56%.

"Es mucho más alta, y concretamente porque hay una infracualificacion del 36,6%", destaca Riera, que abunda en que también a nivel nacional hay una mayor infracualificación en el sector turístico, incluido el hotelero, que en la media de la economía.

Esnenario posCOVID

¿Cómo se pueden atajar estos desajustes en el mercado laboral español? Desde Impulsa instan a fijar una acción coordinada y transversal entre las esferas educativa, laboral y empresarial, especialmente después del impacto que la pandemia ha ejercido sobre los actuales modelos negocio y las ventanas de oportunidad que ha abierto, particularmente, digitalización y economía circular.

"Hemos entrado en un escenario posCOVID que es altamente disruptivo y complejo, altamente demandante de la mano de obra con competencias tecnológicas, matemáticas científicas y demás. Hubiera sido mucho mejor entrar sin desequilibrios, pero estos están ahí, por lo que habrá que acelerar el equilibrio de estos desajustes, si no resultará muy difícil adaptarse a este nuevo escenario", sostiene

Así, en cuanto a esta triple dirección a trabajar Riera destaca que por un lado, estaría "la dotación de talento", lo que corresponde a los centros educativos, donde el papel de la administración es importante. En segundo lugar, estaría "la asignación de talento", que corresponde al mercado laboral, donde habría que revisar cuestiones como la flexibilidad y la eficiencia. Por último, estarían las cuestiones relacionadas con el aprovechamiento de ese talento, algo que corresponde a las empresas, "lo que requiere hacer políticas de recursos humanos o de sofistificación de procesos", indica.

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