La entrevista de Carmen Porras

La restauración necesita referentes femeninos para próximas generaciones

María José San Román, empresaria, chef y presidenta de la asociación Mujeres en Gastronomía

Publicada 15/05/22 -Actualizada 10/06/22 02:08h
La restauración necesita referentes femeninos para próximas generaciones
  • "Como ocurre en tantas otras profesiones, la mujer hace el trabajo, pero no es quien se lleva los laureles"
  • "Es importante que las siguientes generaciones tengan referentes y no piensen que es solo una profesión de hombres"
  • "Si estoy de jurado en una competición de gastronomía, exijo que no sea yo la única mujer, como dijo la ministra"

Más del 55% de los trabajadores del sector de la hostelería son mujeres, pero su visibilidad está muy lejos de la que han logrado los profesionales masculinos en este ámbito, especialmente en la alta cocina. De los 228 restaurantes que hay en España con estrella Michelín, solo un 10% está en manos femeninas. Con el fin de dar más notoriedad a estas profesionales, hace cuatro años se creó la asociación Mujeres en Gastronomía (MEG), integrada actualmente por unas 1.500 personas con diferentes perfiles: cocina, sala, sumilleres o del ámbito de la producción. También está integrada por hombres. Su presidenta, María José San Román, propietaria y chef del restaurante El Monastrell, en Alicante, explica que la finalidad "es que haya igualdad y libertad para la mujer, y es interesante que los hombres también estén con nosotras". Defiende la necesidad de que haya referentes femeninos en esta actividad para las próximas generaciones.

¿Cómo surgió la idea de crear esta asociación?

En una reunión de cocineras y amigas, para la celebración de mis 20 años de profesión, surgió el debate de por qué no había más mujeres con estrellas Michelín, es decir, en la élite, y a partir de ahí seguimos en contacto hasta que decidimos crear la asociación.

¿Cuál es el objetivo?

En hostelería más de la mitad de la mano de obra es femenina, pero no se nos ve. Como ocurre en tantas otras profesiones, la mujer hace el trabajo, pero no es quien se lleva los laureles, ni la presencia en eventos, y el objetivo es dar mayor visibilidad a la mujer en este ámbito. Es importante que las siguientes generaciones tengan referentes y no piensen que es solo una profesión de hombres.

¿Cuántos integrantes tiene MEG?

La asociación crece cada día y en estos momentos somos unos 1.500, de todos los ámbitos: cocina, sala, bodegas, productoras, periodistas... También hay hombres.

¿Como apoyo?

Pretendemos que haya igualdad y libertad para la mujer, y es interesante que los hombres también estén con nosotras. Éste es un mundo de todos, no soy partidaria de encuentros en los que participen únicamente mujeres, como uno que se va a hacer en Asturias, llamado ‘Féminas’. Buscamos integrarnos en la sociedad general.

María José San Román lleva cerca de 25 años en la profesión, al frente de una empresa que comparte con su marido y que es propietaria de seis restaurantes, entre ellos El Monastrell, que contaba con una estrella Michelín hasta el pasado año.

¿Qué pasos están dando para conseguir esa visibilidad?

Una de las cosas es que me hayas llamado para esta entrevista. Se trata de ir regando poco a poco para dar esa visibilidad a las mujeres en esta profesión. Ahora mismo vengo de visitar una bodega en Alicante, y he conocido que quien hace el vino desde hace años es la hija del propietario, pero ella no figura. No había sido consciente hasta hoy de que quien está al frente de esa bodega es una mujer. Hay muchas mujeres que están en esa tesitura, son ellas quienes hacen el trabajo, pero no se sabe nada de ellas.

Lo que pretende la asociación es facilitar un reconocimiento, poner en el escenario a quien realmente está ahí. A veces tenemos una carga histórica de no querer figurar, quizá también por miedo, pero es importante que se conozca para que sirva de referencia a otras mujeres

Desde la puesta en marcha de la asociación, ¿qué avances han conseguido?

Por un lado, nos ponemos en valor unas a otras y hablamos de nosotras. Si voy a un evento menciono a Mujeres en Gastronomía, si estoy de jurado en una competición de gastronomía, por ejemplo, exijo que no sea yo la única mujer, como dijo la ministra [en referencia al anuncio de la titular de Economía, Nadia Calviño, de que no iba a posar para una fotografía en encuentros en los que fuera ella la única mujer].

¿Han tenido algún encuentro con la Administración?

Continuamente. Hay muy buena relación con la Administración, hay que tener en cuenta que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es la igualdad de oportunidades y derechos de la mujer para conseguir un trabajo. La legislación está a favor y simplemente tenemos que ir tejiendo y tejiendo.

A partir de ahora, ¿qué líneas de actuación se marcan?

La asociación está dividida por comunidades autónomas, ya contamos con 14 delegaciones, la última en incorporarse ha sido Madrid, y el objetivo para este año es tratar de contar con delegaciones en todas las regiones.

En octubre de 2018, un grupo de mujeres apostaron por tener mayor presencia en el mapa de España de la gastronomía y crearon la asociación MEG, que desde ese año preside María José San Román.

Acaban de firmar un acuerdo con el Instituto de Cultura Gastronómica de Castilla-La Mancha. ¿Qué implica para la asociación?

En esta tarea que nos hemos encomendado de dar visibilidad a la mujer, cuanto más juntos y en más sitios estemos, mejor para todos.

¿Se sigue preguntando por el jefe?

En el siglo XXI siguen ocurriendo cosas como que se dé por sentado que quien está al mando de la cocina es un hombre cuando un cliente, por ejemplo, quiere felicitar al chef. Es frecuente que se esté delante de una mujer en la cocina y preguntar dónde está el jefe, sucede también con los proveedores. Siempre se pregunta por el jefe como si fuera imposible que una mujer ejerciera ese papel.

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