La reputación del turismo en el País Vasco ha sufrido un retroceso significativo durante el segundo trimestre de 2025. Así lo refleja el último Barómetro de Percepción Turística de LLYC, que asigna a la región una puntuación de 3,9 sobre 10, dos puntos por debajo del mismo periodo en 2024. El informe, basado en el análisis de 6.060 comentarios digitales, muestra que un 51% de las menciones fueron negativas. El deterioro en la percepción contrasta con algunos indicadores positivos y apunta a una creciente tensión entre el desarrollo turístico y la convivencia local.
Entre las principales causas del descenso en la percepción turística destaca el descontento social en Bilbao y San Sebastián, donde la ciudadanía expresa su preocupación por la turistificación y la pérdida de identidad local. Las manifestaciones vecinales contra la gentrificación se han intensificado respecto al trimestre anterior, reflejando un rechazo creciente a un modelo turístico que se percibe como poco equilibrado.
La proliferación de tiendas de souvenirs, el cierre de comercios tradicionales y el aumento de viviendas turísticas han generado una sensación de invasión turística
El impacto del turismo en el acceso a la vivienda es otro factor crítico. Tanto en Bilbao como en San Sebastián, los residentes denuncian un encarecimiento del alquiler debido al auge de los alojamientos turísticos. Esta situación, que ha cobrado mayor visibilidad en los últimos meses, alimenta el malestar social y se traduce en una percepción negativa hacia el sector, pese a sus beneficios económicos.
El informe también recoge un aumento de los conflictos sociales vinculados al turismo. Se reportan incidentes entre residentes y visitantes, así como quejas por comportamientos incívicos. Esto se suma a una preocupación creciente por la elitización del destino, que aleja a ciertos segmentos de la población local. En respuesta, algunas ciudades como Vitoria-Gasteiz promueven un modelo más sostenible e inclusivo, con avances en tecnología y accesibilidad, aunque su impacto aún es limitado.
Eventos y avances que no compensan
El informe de LLYC señala también elementos positivos, como la inauguración de la ruta Bilbao-Nueva York, que no solo facilita el acceso de turistas estadounidenses a la región, sino que también refuerza la imagen de la ciudad como destino internacional de primer nivel. También se valora el éxito de eventos como el Basque Fest o la final de la UEFA Europa League, ya que enriquecen la oferta turística, promueven la diversidad cultural y el intercambio internacional.
Sin embargo, estas iniciativas, aunque bien valoradas, no han logrado revertir la percepción general. La población reconoce su valor económico y cultural, pero demanda una regulación más estricta y una redistribución territorial del turismo
El descenso en la percepción turística del País Vasco refleja una tensión estructural entre crecimiento y sostenibilidad. Aunque el sector avanza en conectividad, inclusión y oferta cultural, la falta de medidas de contención y redistribución turística está generando rechazo local. El reto para las autoridades y operadores es claro: redefinir el modelo para garantizar una convivencia armónica entre visitantes y residentes, sin comprometer la calidad de vida ni la identidad del destino.
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